Por Mariana Miranda, (Psicóloga/Escritora)

Militante anarquista, desde la más tierna edad, docente, escritor, fundador junto a otros compañeros de la Biblioteca Ghiraldo, presentamos a Carlos Solero: un luchador social, que en épocas difíciles, no cesa de  divulgar sus ideas.

 

-Si tuvieras que definirte a vos mismo y contarle a la gente quién sos  ¿qué dirías? Si tuvieras que autopresentarte digamos….

-Yo me defino por dos cosas, por dos actividades antes que nada…. Primero por la militancia anarquista, sobre todo desde la biblioteca, empecé a militar muy joven, a los 16 años, mi bisabuelo era anarquista, mi abuela  también… Bien, bien, empecé a militar desde los 19 ya trabajaba y  ya estaba estudiando en la Facultad… estuve  más de 30 años trabajando en una empresa metalúrgica familiar…. Con mi viejo…. Después nos fundimos…. Hacíamos repuestos para camiones y acoplados. Desde la militancia anarquista en la Biblioteca Pública Alberto  Ghiraldo  me definiría y también desde la docencia…. Yo doy Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Rosario. No soy sociólogo, soy Licenciado en Ciencias Políticas…. Doy Sociología Sistemática en 2do. Año de Ciencias Políticas y Pensamiento Sociopolítico I  en la Facultad de Comunicación Social. En Ciencias Políticas hace desde el ‘85 que estoy, hace ya 32 años y en Comunicación Social entré en el ‘92. También doy clase en un Instituto Terciario que es un privado, es una tecnicatura en Familia y Niñez, ahí doy Sociología General.

-¿Qué opinás  de la Facultad hoy? ¿Cómo está hoy, como la ves?

-Como docente yo siempre trabajé con gente de edad adulta, ya para arriba. Entre otras cosas porque siempre trabajé en el turno noche y en ese horario cursan los que trabajan, los que no pudieron estudiar antes,  entonces  son ya adultos… Recién ahora estos últimos cuatro o cinco años estoy viendo gente muy joven en la Facultad sobre todo, en el terciario no tanto, gente que recién sale de la secundaria y se anota en la universidad…. Yo doy sociología que es una materia que sirve para pensar y repensar la sociedad, para criticarla, para debatirla…. En este sentido el debate de ideas es lo más importante y uno extraña el debate de ideas en la facultad…. Adentro de la facultad… eventualmente aparece alguien con la capacidad y las ganas de debatir pero los chicos de ahora, los adultos jóvenes ya no debaten… vienen para que les des todo en la bandeja… Esa nunca fue la idea… Nosotros vemos autores clásicos de sociología como Marx, Weber, Durkheim.

-Y, entonces… ¿Cuál es la idea?

El tema es ver qué hacemos con la realidad social, con nuestra realidad social, como podemos transformarla o al menos pensar en cambiarla, sino enseñar sociología  es una tarea  estéril. El trabajo de estudiar sociología es que estudiamos un objeto de estudio que está hablando, que es un sujeto que actúa, eso es lo maravilloso de las ciencias sociales, estudiamos los actores sociales, los grupos, los entrecruzamientos que tienen que ver con el poder de las distintas clases sociales y cómo lo usan. La tarea del docente de sociología  es enseñar a pensar  la sociedad en forma crítica, pero a veces vemos que la facultad de ahora ya no es lo que era en el ‘85, cuando yo entré como docente, donde los alumnos eran adultos que trabajaban, que se pudieron anotar después  del proceso militar y que venían con una trayectoria en militancia, en pensamiento, en formación, que no tiene nada que ver con los chicos que salen ahora de la escuela secundaria. Eran debates hermosos que se armaban en la universidad en aquella época, después de la dictadura. Yo también empecé a militar para la Unión  Socialista Libertaria en el ’78 y ahí  encontré a personas de distintas corrientes de pensamiento, pero me enseñaron a pensar y repensar la sociedad desde la perspectiva crítica: leí  ideólogos como Bakunin, un pensador ruso, Kropotkin, otro pensador ruso, Errico  Malatesta, Rafael Barrett, fue el acercamiento a los pensadores que interpelan la cuestión social. Cruzados con algunos autores que cuestionan;  tales como Rodolfo Walsh y Roberto  Arlt.

-¿Qué aprendiste en el anarquismo?

En el anarquismo yo aprendí el sentido crítico de las cosas que es lo que trato de transmitir a mis alumnos, más allá de los contenidos temáticos académicos que tengan que ver con los planes de estudio y con la materia en sí misma. Pasa que a veces uno se siente que hay algo que lo sobrepasa, que  es  que a partir de los ’90 se mercantilizó la enseñanza y se dio un vacío cultural con algo que los filósofos llaman la posmodernidad. Esto implica que a partir de la caída de las grandes ideologías ninguna revolución es posible. Nadie quiere armar una revolución pero la intención es ir pensando qué cosas de la sociedad pueden cambiarse y cómo… No entregarse a la resignación que es algo que se ve mucho en los jóvenes actuales. Como diría Fernando  Birri la utopía no es inalcanzable, pero sirve para caminar: lo utópico es lo que no existe pero puede ser, lo quimérico es lo que no va a existir nunca.

La teoría del fracaso de los grandes relatos tiene que ver con la implosión que se produjo en Rusia y en toda Europa del Este. La caída del muro de Berlín no es una caída: lo tiraron a mazazos cientos de personas y no significa la caída del socialismo, nunca significó eso, significó la caída de un régimen burocrático de administración gubernamental. Tan sólo eso. Pasa que para la mayoría del mundo occidental  la caída del muro significó la caída mortal del socialismo y esto no es así, nunca lo fue. Pasa que a partir de ese acontecimiento se empezó a hablar del fin de la historia, del fin de las ideologías, de las sociedades posmodernas que tienen amor líquido, capitalismo líquido, etc. tal cual lo teoriza Bauman y otros autores. Entonces el mundo terminó “globalizado” por las grandes tecnologías informáticas y actualmente tenemos un mundo gerenciado  por la tecnocracia. Ya no es más la burocracia administrativa socialista sino la tecnocracia capitalista imperante la que avanza sobre todo el globo.

En este sentido estamos viviendo lo que Marcusse definió ya en 1974 (hace unos cuantos  años atrás ya) como las sociedades unidimensionales con una aparente  convivencia  pacífica, digo bien, aparente, hay que ver todo lo que hay detrás de esa “convivencia pacífica”.  Marcusse muestra que la tecnología es mercancía, la propaganda es una herramienta para venderla. Con eso trabajo en la Facultad de Comunicación Social: se produce el armamento hasta los dientes pero en nombre de la paz. El no cuestionar nada como el pensamiento único que se impone (muchos sostienen que desde la caída del muro lo único que existe es el capitalismo, ya no hay más socialismo, que el socialismo murió) es típico de las sociedades unidimensionales entonces no hay debate, el debate se clausura por sí mismo porque no hay otra alternativa (después de la guerra fría viene la globalización ya no hay dos bloques antagónicos, hay una sociedad “globalizada” y desde ese punto de vista, “unidimensional”).

-En este sentido y desde esta perspectiva, ¿cómo enseñan marxismo hoy en la universidad?

Marx plantea pasar de la administración gubernamental a  la administración social de las cosas. En este sentido también en Rusia hubo una gran burocracia gubernamental socialista que se apoderó de todo después de la revolución. El estado se apropió de los medios de producción pero se fue corrompiendo por los mismos revolucionarios que entraron a administrar el sistema, sobre todo por la burocracia gubernamental que era la que administraba todo.

-¿Cómo se plantean ustedes, tanto los docentes como los alumnos en  la   currícula?

El estudiante está mucho más preocupado por el sistema evaluativo de la facultad que  por los contenidos temáticos de la carrera. También nos pasa que los alumnos que llegan a Comunicación Social (yo doy Sociología en primero)  llegan al primer año inermes, con falta de lectura comprensiva, no entienden lo que leen, eso es un problema de lectoescritura que traen desde la escuela secundaria y, a la vez, vienen desarmados (a nivel moral y político). Ya en segundo año de la carrera de Ciencias Políticas (yo doy en primero y segundo año) ya hacen un salto de tipo cualitativo y sí ya se apoderaron de los contenidos temáticos y de las herramientas teóricas como para tratar de analizar la realidad social. También, a la vez, en segundo año ya son muchas más mujeres que varones, los varones se decantan solos. Yo doy toda la materia atravesada por la cuestión de la perspectiva de género, trabajo mucho con eso, incluso en el terciario, en donde me pasa, también, que la mayoría de los alumnos son mujeres, se ve que entienden que hacer la Tecnicatura en Niñez y Adolescencia es una prolongación del  rol de cuidadoras en el hogar, tengo monjas, docentes, pero la mayoría son mujeres.

Yo por ejemplo les doy Engels y “el origen de la familia” de Engels, pero lo que está en crisis actualmente no es la familia, es la familia del sistema patriarcal, con la figura del pater familia que ejercía la patria potestad sobre todo los miembros de esa familia y, por lógica, se apoderaba del derecho de vida y del derecho de muerte de las mujeres y los niños. En este sentido lo  doy, para que piensen que ahora hay otros tipos de familias, modelos alternativos y diversos de familia, pero son familias que también funcionan, muchas veces mejor que la familia patriarcal.

-En este sentido y con los embates que tuvo el socialismo en el mundo, ¿cómo ves la situación de Cuba?

-Cuba es un proceso que empezó siendo revolucionario con distintos matices, hubo un movimiento revolucionario muy importante hacia fines del Siglo XIX en el que hubo anarquistas importantes, cuando era colonia española. Siempre fue colonia española, luego pasó a manos de los yanquis, gobernada por títeres digitados desde Estados Unidos. Si  leés bien la poesía de José Martí es toda poesía revolucionara anti imperio español, hubo varios movimientos revolucionarios en esa época. Después, para mí, al menos, nunca fue la revolución cubana lo que todos entienden por lo que pasó, nada más, que  en la Sierra Maestra. La revolución cubana fue mucho más profunda y fue mucho más amplia y abarcativa: contra Batista había mucha gente de distintas tendencias, por ejemplo Camilo Cienfuegos pensaba muy distinto de lo que pensaba Fidel Castro. La revolución, como la mayoría de las revoluciones, fue copada por una burocracia y un partido que fue cayendo a medida que el sistema burocrático crecía (en forma directamente proporcional, diría, ojo que te lo dice alguien que no es castrista, tampoco guevarista).

-¿Cuál es la mirada desde el anarquismo?

Hay cosas como la salud y la educación, que después de la revolución cubana hicieron una evolución admirable. El propio Guevara fue muy crítico del proceso sobre todo después que fue a África, pensaba que la revolución había quedado definitivamente bajo el  ejido ruso. Tengo mucho respeto y admiro mucho la dignidad y la valentía del pueblo cubano, no tanto a los burócratas de la revolución. Cuba sufrió desde medidas terribles como el bloqueo norteamericano hasta las jornadas de 12 horas de trabajo continuas. Fueron medidas tremendas. El bloqueo fue una medida para que hagan grandes negocios los mismos burócratas. Yo creo que la actitud de un revolucionario debiera de ser necesariamente autocrítica, sino no es revolucionaria. Guillermo Cabrera Infante, Leonardo Padura muestran la trama oculta de la revolución, la otra trama, la del reverso. De la mano de la revolución se formó una burocracia enorme, lo mismo pasó en la Unión Soviética, y en Alemania del Este. En esa estructura burocrática postrevolucionaria admiro la dignidad del pueblo cubano que es y fue muy encomiable. Un tipo como Padilla que era un poeta muy revolucionario y muy cubano terminó  defenestrado y en la cárcel por no acordar algunas cuestiones con los burócratas gubernamentales, tal cual pasó en el régimen soviético con otros intelectuales. Noam Chomsky decía que con Cuba, había que esperar, nada más, a que cayera como una fruta madura.

Vietnam, por ejemplo, fue una guerra heroica pero terminó privatizando muchas empresas para ser una de las principales proveedoras de esos rubros en Estados Unidos. Ojo que hay que hacerlo eso, pero de una forma o de otra es seguir adaptándose al sistema capitalista. Ahora Raúl Castro en Cuba sigue trayendo la mayor cantidad de cruceros turísticos que puede y el negocio de ellos sigue siendo el turismo extranjero, con eso tratan de mantenerse. Ojo que Raúl es un militarote que está ahí por orden de Fidel, no es Fidel, no tiene el mismo cerebro, pero esto tomalo entre pinzas porque yo tampoco soy castrista. En El Salvador, por ejemplo, gobierna el Frente  Farabundo Martí y allí no hubo grandes cambios en el sistema.

Nosotros desde el anarquismo no planteamos otro sistema sino planteamos que es posible la existencia de un capitalismo más humano, ésa es la utopía, por eso es por lo que trabajamos. Pensar que se puede cambiar la sociedad toda mediante una revolución, incluso el sistema capitalista, es un anacronismo.

-¿Cómo fue tu comienzo?

Yo como militante anarquista empecé en 1978, cuando tenía 19 años, empecé en el Centro de Estudios Sociales Rafael Barrett. Después de la guerra de Malvinas, en 1982 recién, con los compañeros de la Unión Socialista Libertaria, se nos agregaron muchos compañeros nuevos más jóvenes y ahí fue que empezamos con la Biblioteca Alberto Ghiraldo que es un espacio para dar charlas, debates, proyecciones. Hemos participado en las luchas sociales por la ecología, por el género, por la no violencia, etc. Armamos talleres en forma permanente. Nos interesa mucho la formación pública y de los compañeros. Existen básicamente dos actividades principales: ordenar el material y archivo, los libros, las publicaciones, tenemos una hemeroteca muy grande con mucho material anarquista y a la vez hacemos ciclos de cine con carácter social y charlas-debates sobre problemáticas sociales desde la ideología anarquista. Eso por un lado, por el otro hacemos un diario que se llama “La oveja negra” y que sale con formato de periódico una vez al mes, hacemos tiradas de mil ejemplares que dejamos en la biblioteca nuestra, en bibliotecas  públicas, en centros culturales, en librerías de libros usados, etc. La edición se hace en la imprenta nuestra pero la imprenta es aparte de la biblioteca, pasa que funciona en el mismo lugar, no depende directamente de la Unión Socialista Libertaria. En “La oveja negra” las notas van sin firma porque entendemos que es una producción colectiva, vamos ya por el número 43 de la edición. Está todo subido a la web, podés entrar vía internet, si buscás  boletinlaovejanegra.blogspot.com y lo leés de ahí, los artículos míos y el material mío está todo subido al blog de la biblioteca, es bibliotecaalbertoghiraldo.blogspot.com, el mail de la biblioteca es ghirald@hotmail.com . Para pasar cine tenemos un cañón, el último ciclo que hicimos tiene que ver con el tiempo y el capitalismo, por qué ya no tenemos tiempo libre, tiempo para el ocio, después dimos uno del  aislamiento en las sociedades contemporáneas, el otro es la alienación por la manipulación que el capitalismo hace sobre nuestro propio tiempo libre. Después dimos un ciclo en julio, sobre el enfrentamiento entre troskistas y stalinistas en España, en el ’37.

-¿Qué destacás de la biblioteca?

Lo más importante de la biblioteca es que estos últimos años entraron muchos compañeros jóvenes, con muchas ganas, con mucha energía y buenas ideas, los más militantes son los que tienen entre 22 y 32 años. Con ellos nos organizamos y vamos a todos los actos públicos, el principal es el del 1° de Mayo, lo más importante es estar en los lugares de la calle para cuestionar las cuestiones establecidas y participar de las luchas sociales. Siempre tenemos un lugar muy visible en casi todos los actos públicos de los actores sociales que están luchando por algo en contra del sistema capitalista. Por eso la biblioteca no es una biblioteca convencional, entran 40 personas sentadas en el salón principal, no funcionamos con aportes ni con subsidios, nos autofinanciamos con la colaboración de los mismos compañeros anarquistas y, a la vez, eso sí cobramos una cuota mínima para socios de lectura en sala, no prestamos material a domicilio. Abrimos dos días de tarde, miércoles y viernes de 17 a 20  hs. Ahora estamos funcionando desde hace ya 9 años en Carriego y Marcos Paz, pero como alquilamos hemos pasado por muchos lugares en Rosario, arrancamos en Callao al 300, pleno Pichincha, después nos fuimos a Zeballos al 900, después Laprida al 2500, etc. Para mantenernos también tenemos una mesa con las publicaciones que se venden ahí, es de producción propia y hay escritos diversos. Tenemos una videoteca digital que podés bajarla en pent  drive o verla ahí. Con el movimiento que tenemos no necesitamos algo más grande, si se hace algo más grande, buscamos un local donde entren más personas, como por ej. La Toma o ahora presentaron un libro sobre la Comuna de París que lo presentamos en la Librería Mal de Archivo.

Yo hago publicaciones continuas en medios diversos,  presenté el sábado 15 de julio   en la Biblioteca Ghiraldo “Escritos y reflexiones contra teclado”, de Carlos A. Solero que es un compilado de comentarios sobre la realidad social, son escritos reunidos que rescatan ideas, figuras y acontecimientos para la memoria colectiva y que van desde el 2013 al 2017. También se presentó  en Paradoxa  Libros, Mendoza 923,  el pasado  4 de Agosto.

                                                                                                         marianamiranda66@gmail.com