Por Sergio Rinaldi (Periodista Ambiental) 

  Coordinador General del «Taller de Comunicación Ambiental» (Rosario).- (Especial para El Vecino).-

Nuevamente  en  este  año 2017 que ya se nos escapa estuvimos en el sur de nuestro  país siguiendo  una nueva  temporada  de  ballenas. La provincia  de  Chubut,  más  precisamente la  bella Puerto Madryn  nos acogió  nuevamente  como desde  hace  más  de  30  años.  

 

De ahí traemos  nuevas informaciones que compartimos ahora con  ustedes,  pero fundamentalmente  traemos el corazón lleno  de  vivencias nuevas. 

 

Nuevamente el  corazón inmenso  de los amigazos  y  grandes  naturalistas  que  allí  viven  nos  recibió  con  todo su calor y  afecto. Gracias familia Meli, gracias Juan Carlos López  y  Patricia Blanco, gracias  José María Musmeci y Griselda  de la Fundación Patagonia Natural…

 

LA ULTIMA INFORMACIÓN  DE ETIQUETADO SATELITAL MUESTRA  QUE NADA ES  SIMPLE EN LA CIENCIA DE LOS  CETÁCEOS..

 

Un programa que apunta a construir una imagen más clara de los motivos de migración y alimentación de la ballena franca austral ha revelado una variedad sustancial de comportamientos animales.

Durante los últimos cuatro años, los científicos han desplegado etiquetas satelitales para comprender los movimientos de una población de ballena franca austral conocida por dar a luz y amamantar terneros en las aguas alrededor de Península Valdés, Argentina. Este trabajo es parte de un programa más amplio de investigación, provocado por un misterioso y estacional evento de mortalidad masiva, que afecta principalmente a terneros jóvenes y ha registrado la muerte de 672 ballenas en diez años.

Las etiquetas de satélite se han utilizado cada año desde 2014, junto con encuestas aéreas y de buques y talleres multidisciplinarios, todos con el objetivo de mejorar el conocimiento de los movimientos y el comportamiento migratorio de esta población. Solo cuando se establezca una imagen más clara, los científicos podrán evaluar de manera confiable un rango de teorías sobre la causa de los eventos de mortalidad en masa.

Este año, ocho etiquetas se implementaron con éxito, llevando el número total hasta ahora a veinticuatro. Las etiquetas tienen una vida media de 3-4 meses y hasta ahora han transmitido 7 semanas de datos valiosos a un equipo internacional de científicos. En años anteriores, algunas de las etiquetas han durado mucho más que el promedio. En general, las etiquetas muestran variaciones sustanciales en los movimientos de las ballenas individualmente y por año, y sugieren al menos tres áreas de alimentación separadas. Las rutas tomadas por algunas ballenas marcadas en diferentes lugares también proporcionan la primera indicación de que pueden usar hábitats distintos de Península Valdés a lo largo de la costa sudamericana.

Estos hallazgos son interesantes e informativos. Si bien el equipo ha desenterrado algunos movimientos novedosos e intrigantes en este y años anteriores, los resultados también plantean más preguntas, en particular con respecto a los diferentes comportamientos de los animales etiquetados de un año a otro. Esto enfatiza la complejidad de la tarea para establecer cualquier vínculo con las razones principales de los eventos de mortalidad en masa. El equipo continuará analizando los datos que se transmiten de las etiquetas de este año y agregará las últimas piezas de información al rompecabezas, informando la información a la reunión del Comité Científico de la IWC el próximo mes de abril.

El compromiso de la IWC con una mejor comprensión de la mortalidad masiva estacional comenzó con el primero de una serie de talleres en Argentina en 2010, y en apoyo de la investigación prioritaria para esta población. La IWC ayudó a patrocinar los esfuerzos de marcado 2017 con fondos para el equipo multinacional de científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Gobierno de EE. UU., La Sociedad de Conservación de Vida Silvestre, Instituto Aqualie, CONICET de Argentina, Fundación Patagonia Natural, Instituto de Conservación de Ballenas y la Universidad de California Davis.

ETIQUETADO POR SATÉLITE PARA AYUDAR A  RESOLVER EL ROMPECABEZAS DE LA EXTINCIÓN  DE LA BALLENA  FRANCA  AUSTRAL EN LA PATAGONIA ARGENTINA

La última tecnología de etiquetado satelital ha sido implementada por científicos que investigan muertes estacionales de terneros de ballenas en Península Valdés, Argentina. Se espera que los dispositivos de seguimiento proporcionen más piezas de un rompecabezas de diez años que ha involucrado a biólogos, veterinarios, oceanógrafos y especialistas en estrés, kril y cambio climático.

672 ballenas francas australes han muerto en Península Valdés en los últimos diez años, la gran mayoría de los terneros jóvenes. Se han propuesto varias explicaciones: estrés nutricional debido al agotamiento de kril, biotoxinas bacterianas en aguas de vivero, enfermedades infecciosas y acoso de gaviota. Hasta ahora no ha habido suficiente evidencia para confirmar que uno o una combinación de estos factores es el culpable. Se ha implementado un Plan de Gestión de Conservación de IWC, y organizaciones de todo el mundo están trabajando con el Gobierno de Argentina para comprender las razones de la extinción y explorar el alcance de las soluciones. El programa de etiquetado es su última herramienta.

Los transmisores se unieron con éxito a cinco ballenas: tres machos jóvenes y solitarios, apodados Papillon, Barefluke y Blubber, y dos hembras adultas con terneros. Las hembras adultas son conocidas como Helena y Buena Onda. Suponiendo que las etiquetas permanezcan unidas a las ballenas, transmitirán posiciones geográficas varias veces al día. Dos de las etiquetas también están equipadas para monitorear perfiles de buceo y la temperatura de los hábitats preferidos de las ballenas. Toda esta información se usará para comprender la ubicación y el estado de los terrenos de alimentación, así como las rutas migratorias que se utilizan para llegar a ellos.

Han pasado dos semanas desde que se instalaron las etiquetas y comenzaron las transmisiones. Los tres machos jóvenes han abandonado las aguas de vivero de Península Valdés. Han cubierto la gran plataforma oceánica, han llegado a la plataforma continental a más de 200 millas de la costa y ahora se dirigen en dirección sudeste, cruzando aguas profundas de mar abierto hacia la Antártida. Las hembras adultas permanecen cerca de la costa argentina, esperando hasta que sus crías sean lo suficientemente fuertes como para completar la larga migración.

Hasta ahora, el proyecto es un éxito, pero el tiempo corre. Las etiquetas no permanecerán unidas a las ballenas durante más de un mes o dos. Se espera que para entonces, las cinco ballenas marcadas y los dos terneros debieran haber llegado a sus áreas de alimentación de verano, y los científicos habrán obtenido más piezas de este complejo rompecabezas.

Las organizaciones involucradas en el programa de marcado son The Wildlife Conservation Society, Aqualie Institute (Brasil) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, EE. UU.) En colaboración con la Fundación Patagonia Natural (Argentina), Instituto de Conservación de Ballenas (Argentina), Ocean Alliance (EE. UU.) Y la Universidad de California, Davis (EE. UU.). Estas organizaciones participantes están comprometidas a continuar esta investigación en los próximos años si se pueden encontrar fondos.

PLANES ACTUALES  DE GESTIÓN DE  LA CONSERVACIÓN

–  Ballenas grises occidentales del Pacífico norte

Se considera que la población de ballenas grises en el Pacífico Noroccidental está en peligro crítico, con solo 130 animales en 2008. Aunque hay evidencia de que se está recuperando lentamente, sigue estando al borde de la supervivencia. Gran parte de la atención reciente se ha centrado en los impactos potenciales asociados con el desarrollo de petróleo y gas en los principales lugares de alimentación de la población en el Mar de Ojotsk. Sin embargo, la supervivencia a largo plazo de la población depende de acciones coordinadas de conservación para abordar todas las amenazas.

El Plan de gestión de la conservación para esta población se desarrolló en colaboración con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y se puede descargar aquí. Una de las primeras acciones bajo los auspicios de la IWC fue un programa colaborativo de telemetría satelital que mostró el movimiento de individuos del Pacífico occidental al este. Los resultados de este programa han llevado a la necesidad de reconsiderar la estructura de población de las ballenas grises en todo el Pacífico Norte e ilustran la necesidad de que las CMP sean documentos vivos que se revisan y actualizan constantemente.

–  Ballenas francas australes

La ballena franca austral se vio seriamente mermada por la caza de ballenas durante los años 1700 y 1800. Estaba completamente protegido en 1935, pero la caza ilegal de los años 1950 a 1970 retrasó cualquier recuperación.

Globalmente, esta especie está clasificada como de «Preocupación Menor» por la UICN y recientemente ha habido un aumento alentador en varias poblaciones. El Comité Científico de la IWC estima que el número total de animales en 2009 fue de aproximadamente 13,600. Esta cifra se acerca al 20% del nivel previo a la explotación.

La población en el Atlántico suroccidental (que invierte frente a Argentina y Brasil) se estimó en alrededor de 4.000 ballenas en 2010. Entre 1971 y 2010, la población aumentó a una tasa anual de alrededor del 6% durante todo el período.

Aunque este aumento a largo plazo es una buena noticia, se necesita un plan de conservación porque se han identificado varias amenazas reales y potenciales para la recuperación continua de la población. Estos incluyen la degradación del hábitat, ataques de barcos, enredos y el acoso de las gaviotas kelp en las áreas de cría.

Aunque la UICN da una clasificación general para las ballenas francas australes como especie de «Preocupación menor», la subpoblación Chile-Perú en el Pacífico sur oriental está clasificada como «En peligro crítico» amenazada por capturas incidentales de pesca, enredo, huelgas de embarcaciones, pérdida de hábitat, contaminación, cambio climático y perturbación acústica. Esta población, que una vez fue abundante, puede ser tan pequeña como alrededor de 50 individuos.

-Ballenas jorobadas en el mar Arábigo

El Comité Científico de la IWC ha observado que las ballenas jorobadas en el Mar Arábigo constituyen una población pequeña y aislada que es vulnerable a las actividades humanas, y que existen datos suficientes para iniciar un proceso destinado al desarrollo de una CMP. El Grupo de trabajo de CMP estuvo de acuerdo con esta recomendación y alentó a los estados clave de rango a comenzar el proceso.

Número récord de Ballenas Francas en Península de Valdés.

(ICB) Instituto Conservación de Ballenas

El relevamiento aéreo de foto identificación realizado esta temporada registró un número récord de 788 en Península Valdés. El máximo número desde que se inició el Programa de investigación Ballena Franca Austral en Chubut. Más de 47 años continuos de estudio por la conservación de las ballenas francas y su hábitat

Los días 9 y 10 de septiembre, los investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas y Ocean Alliance realizaron el relevamiento aéreo anual para foto identificar las ballenas francas en Península Valdés. Se registraron 788 ballenas, un número récord desde que se iniciaron estos relevamientos en 1971.  El Programa de Investigación Ballena Franca Austral completa así 47 años de estudios continuos aplicados a la conservación de las ballenas y su hábitat en la Patagonia Argentina.

El Dr. Mariano Sironi, Director Científico del ICB, estuvo a cargo de las fotografías y Marcos Ricciardi, Coordinador Regional, registró los datos y la localización de las ballenas en un GPS. Los vuelos se realizaron con el Piloto Pedro Domínguez del Aeroclub de Puerto Madryn.

La Prof. Victoria Rowntree explica que » las ballenas francas tienen en sus cabezas un patrón de callosidades único en cada individuo, que se mantiene casi inalterado durante toda su vida. Con un buena fotografía de la cabeza de cada ballena, podemos saber quién es quién en la población y estudiar la historia de vida de cada individuo durante décadas.»  Con esta información los investigadores conocen la dinámica de la población, su distribución en las costas de la península y monitorean el estado general de las ballenas. “En la actualidad, el catálogo tiene información de más de 3.200 individuos conocidos en Península Valdés «, detalla  la Prof. Rowntree.

 «Estamos muy felices con los resultados de este año. Contamos 788 ballenas incluyendo 302 crías en los Golfos Nuevo y San José. Es el número de ballenas más alto que hemos registrado desde que comenzamos estos estudios hace 47 años,» destaca el Dr. Mariano Sironi.  «Estos vuelos tienen por objetivo foto identificar los individuos y no realizar un censo o conteo, por lo que en realidad hay todavía más ballenas en la zona. El área costera entre Puerto Madryn y Puerto Pirámides era una línea casi continua de animales. Hace 23 años que estudio las ballenas francas de Península Valdés. Nunca en mi vida vi tantas ballenas juntas en un solo día», concluye el especialista.

Toda la información generada por los estudios del Instituto de Conservación de Ballenas es reportada cada año a las autoridades responsables del manejo y la conservación de la fauna y el patrimonio natural, tanto a nivel provincial en Chubut como nacional en Argentina.

 SERGIO RINALDI

TALLER DE COMUNICACIÓN AMBIENTAL

tallerdecomunicacionambiental@gmail.com