Mientras la economía de muchos hogares se derrumba y la escala de desocupación e incremento de precios no tiene tope; la desigualdad social profundiza la brecha de oportunidades. Todos mereceos tener un espacio de distención para dejar fluir pasiones y ahí están, estas personas que construyen desde el amor y la inclusión sitios de esparcimiento y educación. Luchan, todos los días, contra la invisibilización de los conflictos sociales.
La música, el arte en general, funcionan como cable a tierra. Desde los barrios, un grupo de artistas y docentes, abren las puertas creando orquestas barriales donde no sólo se inculca el valor emocional y el aprendizaje de un instrumento, sino que también, educan y unen generando lugares de contención.
En la ciudad de Rosario, las orquestas barriales dieron sus primero pasos de la mano de Derna Isla, luego de que en 1975, José Antonio Abreu -director de orquesta, compositor y economista- construyera el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, y lo propagará epidémicamente en América Latina, Estados Unidos, Canadá, Europa, Asía y África.
Luego de la arrasadora crisis del 2001, se implementaron en Argentina las orquestas barriales que tenían como principal objetivo: promulgar el lenguaje musical. Rosario, cuenta con más de una decena de orquestas, organizadas por Derna Isla, Coordinadora Provincial de la Red de Escuelas Orquestas, quién además, colabora con los 45 grupos que se fueron fundando en toda la provincia.
Muchos de estos espacios fueron fundados durante el Kirchenismo, donde Nación articuló junto con el Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe convenios donde se establecían subsidios para instrumentos y contratos con algunos docentes, mientras que desde el Gobierno el Provincial se encargarían de la escuela y del resto de los salarios de los profesores.
Dentro de la variedad de grupos que se constituyen en la ciudad, las que se encuentran ubicadas en los barrios Tablada, Ludueña y Triangulo, son las más concluidas. Barrio Tablada, fundó su sede en la Biblioteca La Vigil, instituida durante el año 2009 y direccionada por Carlos Golfeld, el Tucu. En Ludueña, se construyó en el 2005 por una iniciativa de la docente Derna quién promovió su creación y plantó raíces en la calle Humberto Primo al 2400. La demanda de este proyecto superó ampliamente las expectativas teniendo que abrir en otros establecimientos como el Distrito Noroeste y la escuela San Luis Gonzaga. Por último, el barrio Triángulo reagrupa sus orquestas en la escuela 518 Frey Mamerto Esquiú ubicada en la calle Garay al 5400 desde el año 2004. Luego del acuerdo generado por las Orquestas del Bicentenario, empezaron a contar con un docente para cada una de las cátedras.
El arte, la música y sobre todo el amor y la contención que se generan desde estos espacios construyen lazos de inclusión, transformando realidades dentro de un contexto que margina e incrementa las brechas clasistas. Todas estas expresiones artísticas junto con los talleres, sacan a los jóvenes de las calles y los unen dentro de un ambiente de respeto y colectividad; abren un nuevo mundo cultural a los cientos de asistentes e incluso, a sus familiares, quienes se suman y participan de cada uno de los eventos. La música sana y transforma.