Plaga de Atenas (430 a.C – 429 a.C)

¿Cómo fue la primera epidemia de la historia?

En forma de introducción

En estos tiempos que corren donde el actor principal se llama Covid-19  el protagonista letal  del 2020 de nuestra Era está haciendo historia  como otros  virus letales que durante siglos  lleva la insignia de la muerte. Pero hace muchos siglos en la Atenas  gloriosa en la cultura y en la guerra fue azotada por una plaga que estuvo en consonancia con una guerra también letal que fue la del Peloponeso entre atenienses y espartanos que juntos  cobro la vida de miles de individuos de todos estamentos sociales ahí no hubo divisiones de clases porque ese enemigo invisible mataba a ricos y pobres, dictadores y corruptos  etc. Pero existe  una imagen  Pericles que le toco vivir  ese drama humano demasiado humano como una descripción de la Condición humana de Andrés Malraux, si el gran Pericles  estratega mandatario  y dictador  que se creía un semi Dios fue también víctima de ese primer enemigo invisible  combatió a los espartanos  por la gloria de Atenas pero fue derrotado por una pandemia brutal que termino con el siglo de Pericles la edad de oro de Grecia.

Como sabrán, el coronavirus del Covid-19 no es la primera pandemia que ha azotado la humanidad. Desde hace siglos, las enfermedades han cobrado la vida  de millones de humanos. El primer registro que tenemos de una epidemia es de hace 25 siglos, cuando la Plaga de Atenas causó estragos en la Antigua Grecia.

¿Qué es una epidemia?

   Se cataloga como epidemia a una enfermedad que se propaga activamente debido a que el brote se descontrola y se mantiene en el tiempo. De esta forma, aumenta el número de casos en un área geográfica concreta. Así como pasó con el coronavirus y muchas otras enfermedades.

La Plaga de Atenas

   Esta es la primera epidemia  de la que tenemos registro. En el segundo año de la Guerra del Peloponeso, en el 430 a.C., estalló una epidemia en Atenas. La enfermedad persistiría en partes dispersas de Grecia y el Mediterráneo oriental hasta que finalmente desaparecer en 426 a.C.

 El origen de la epidemia ocurrió en el África subsahariana, al sur de Etiopía. La enfermedad se extendió hacia el norte y el oeste a través de Egipto y Libia a través del mar Mediterráneo hasta Persia y Grecia. La plaga entró en Atenas a través del puerto de Pireo de la ciudad. El historiador griego Tucídides registró el brote en su monumental obra sobre la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) entre Atenas y Esparta. Según varios estudiosos, al final, la epidemia mató a más de 1/3 de la población. Una población que oscilaba entre los 250 mil y 300mil habitantes en el siglo V a.C. Según la mayoría de las cuentas, la plaga que afectó a Atenas fue el episodio de enfermedad más letal en el período de la historia de la Grecia clásica.

La epidemia a través de Tucídides

   En su Historia de la Guerra del Peloponeso, Tucídides, que presenció la epidemia, describió los “calores violentos en la cabeza” de las víctimas, “enrojecimiento e inflamación en los ojos”, y lenguas y gargantas “ensangrentadas y emitiendo un efecto antinatural y fétido aliento.” Los pacientes experimentarían sofocos tan extremos, escribió, que “no podían soportar tener [ellos] ropa o ropa de cama, incluso de la descripción más ligera”. En las últimas etapas de la infección, la enfermedad terminaría con “ulceración violenta” y diarrea que dejaría a la mayoría demasiado débil para sobrevivir.

  Tucídides observó que los enfermos estaban “atormentados por una sed incesante” que no estaba saciada, independientemente de la cantidad de líquidos consumidos. A muchos de los enfermos les resultaba difícil dormir, en cambio, mostraban una inquietud constante. Muchas de las víctimas murieron dentro de los 7 a 9 días posteriores al inicio de los síntomas.

   Aquellos que sobrevivieron a la enfermedad, a menudo sufrieron desfiguración de sus genitales, dedos de manos y pies (que a veces se perdieron), ceguera y pérdida de memoria (de otros, así como de ellos mismos). Tucídides notó que, en algunos casos, las aves y otros animales que generalmente se alimentaban de carne humana fueron rechazados por los cuerpos enfermos o murieron ellos mismos por consumir la carne enferma y podrida.

¿De qué enfermedad se trató?

   Hay  varias hipótesis. Desde la viruela, tifus, peste bubónica y el ébola. Sin embargo, incluso cuando hay especímenes antiguos disponibles, pueden no ser suficientes para identificar una enfermedad. Las bacterias, como la fiebre tifoidea y la peste, pueden identificarse mediante un muestreo de ADN, pero este no es siempre el caso con los virus.

¿Cuál es la diferencia entre brote, epidemia y pandemia?

Muchos de ellos, incluidos los virus del Ébola, la gripe y el sarampión, requieren una muestra de ARN para una identificación positiva, y hasta ahora, el genoma viral de ARN conservado más antiguo pertenece a un espécimen de heces de reno de 700 años de antigüedad, mucho más reciente que las muestras de Atenas en el siglo V a.C. La estructura del ARN lo hace mucho más inestable, y por lo tanto más propenso a la degradación, que el ADN, lo que significa que si la plaga de Atenas fue viral en lugar de bacteriana, su fuente puede seguir siendo un misterio.

Con información de Historia de la Guerra del Peloponeso  

       LA MISTERIOSA PESTE DE ATENAS

El final de la era de Pericles fue un periodo agitado en la antigua Grecia. En el 431 a.C Atenas y Esparta se batían en guerra por el control del Mediterráneo y una extraña epidemia, la llamada peste de Atenas, acabó con un tercio de la población de la ‘polis’ marcando así el devenir de las guerras de Peloponeso. Científicos de la Universidad de Atenas han desentrañado ahora las claves de esta plaga que acabó con la vida de unas 300.000 personas.

 La peste de Atenas fue en realidad una epidemia de fiebre tifoidea, una enfermedad infecciosa provocada por una bacteria denominada ‘Salmonella tiphy’.

«Jamás se vio en parte algún azote semejante y víctimas tan numerosas; los médicos nada podían hacer, pues de principio desconocían la naturaleza de la enfermedad.       Además, fueron los primeros en tener contacto con los pacientes y morían en primer lugar». Así describía Tucídides en su ‘Historia de la guerra del Peloponeso’ la plaga que asoló Atenas desde el 430 hasta el 426 a.C.

   En 1994 un equipo de arqueólogos descubrió en el cementerio de Kerameikos de Atenas una tumba que contenía al menos 150 cuerpos. Junto a ellos se encontraron vasijas y otras ofrendas funerarias que fueron datadas en el 430 a.C., periodo que coincide con el del relato de Tucídides.

Los autores del estudio analizaron los restos encontrados para determinar qué enfermedad fue la que azotó la polis griega y se llevó por delante la vida de tantos atenienses, incluido el mismísimo Pericles.

Secuencias de ADN amplificadas

   «Violentos dolores de cabeza, […] enrojecimiento e inflamación de los ojos, sufusiones de sangre en garganta y lengua… El cuerpo se ponía de color lívido, hacia rojo, y aparecían pústulas y úlceras […] La inquietud se hacía intolerable y morían al séptimo o noveno día. Si sobrevivían este tiempo, aparecían extenuantes diarreas que terminaban con la vida del enfermo. Algunos escapaban vivos, pero perdiendo los ojos o los dedos de manos y pies».

   Los síntomas de la enfermedad descritos por Tucídides han suscitado numerosas teorías acerca de la naturaleza de la enfermedad. Los científicos han enunciado a lo largo de la historia hasta 28 hipótesis distintas al respecto.

   Para comprobar cuál de ellas era la acertada, el primer paso del estudio consistió en la amplificación de secuencias de ADN pertenecientes a distintos agentes infecciosos.

   ‘Yersinia pestis’ -responsable de la peste-, ‘Rickettsia prowazekii’ -del tifus-, el ‘Bacillus anthracis’ -del ántrax-, la ‘Mycobacterium tuberculosis’ -de la tuberculosis-, el Virus de la peste bovina y de la ‘Bartonella henselae’ -de la enfermedad del arañazo del gato- fueron los microorganismos amplificados.

   Este material genético fue comparado con los fragmentos de ADN extraídos de los cuerpos de Kerameikos pero no se encontraron coincidencias. Sin embargo, en el séptimo intento, algunas secuencias del ADN de la ‘Salmonella tiphy’ fueron identificadas en la pulpa dental rescatada de los restos de la tumba.

   «En conclusión, los resultados de este estudio señalan la fiebre tifoidea como causa probable de la Plaga de Atenas», señala el estudio, publicado en el ‘International Journal of Infectious Diseases’. «Considerando la superpoblación y condiciones de insalubridad que se daban dentro de los muros de la sitiada Atenas, una epidemia de tifus podría haber sido la causa del desastre», añade.

EN FORMA DE ANEXO DE LA ATENAS DEVASTADA         

La plaga de Atenas o peste de Atenas fue una epidemia devastadora que afectó principalmente a la ciudad-estado de Atenas en el año 430 a. C., en el segundo año de la Guerra del Peloponeso. Se cree que debió llegar a Atenas a través de El Pireo, el puerto de la ciudad y única fuente de comida y suministros. La ciudad-estado de Esparta y gran parte del Mediterráneo oriental también fueron afectados por la epidemia, aunque en menor medida. La plaga volvió en dos ocasiones, en el 429 a. C. y en el invierno de 426-425 a. C. 

   Esparta y sus aliados, con la excepción de Corinto, eran casi exclusivamente potencias basadas en tierra firme, capaces de concentrar grandes ejércitos de infantería que eran casi imbatibles. Bajo el mando de Pericles, los atenienses se retiraron tras las murallas de Atenas, esperando mantener a Esparta controlada mientras que su marina superior arrasaba los transportes de tropas espartanos y cortaba las líneas de suministro. Desafortunadamente, la estrategia también llevó a que mucha gente del campo entrase en la ya sobrepoblada ciudad de Atenas. A su vez, gente que vivía fuera de las murallas se desplazó asimismo hacia el área central, convirtiendo a Atenas en el lugar perfecto para el contagio masivo de la enfermedad. 

   En su Historia de la Guerra del Peloponeso, el historiador contemporáneo Tucídides describe la llegada de la epidemia, que comenzó en Etiopía, atravesó Egipto y Libia y llegó luego al mundo griego. La epidemia brotó en la ciudad abarrotada, y Atenas perdió posiblemente un tercio de las personas que se cobijaban tras sus muros. La visión de las piras funerarias ardiendo hizo que el ejército espartano se retirara por temor a la enfermedad. Mató a gran parte de la infantería ateniense, algunos de los marinos más expertos y a su líder, Pericles, que murió en uno de los brotes posteriores en 429 a. C. Tras el fallecimiento de Pericles, Atenas fue dirigida por una sucesión de jefes débiles e incompetentes. Según Tucídides, hasta el año 415 a. C. la población de Atenas no se pudo recuperar lo suficiente como para preparar la desastrosa Expedición a Sicilia

   Los historiadores modernos no se ponen de acuerdo sobre si la plaga fue un factor crucial o no para la derrota ateniense en la guerra. En cualquier caso, se cree que la pérdida de esta guerra pudo allanar el camino para el éxito de los macedonios y, finalmente, los romanos

   Una moderna teoría culpa a la fiebre tifoidea de la plaga.

Conclusión

Así, a la pregunta del título tendríamos que responder que por la vía del diagnóstico diferencial clínico es probable nunca se sepa con certeza cuál fue el agente que causó la gran plaga de Atenas y que la paleomicrobiología es posiblemente la mejor esperanza para estrechar el cerco sobre la verdadera causa. La evidencia actual tampoco permite decir con certeza si el relato es historia o ficción. Hay también diversas opiniones sobre la importancia que la plaga de Atenas tuvo en el desenlace de la guerra y por ende en la evolución del mundo antiguo. Para algunos, la pérdida de un cuarto o más de la población, la muerte de líderes y especialmente la de Pericles, y el derrumbe del orden social y moral, contribuyeron en forma importante a la derrota de la liga de Delos. Los costos en vidas de la plaga sumados a los de la brutal guerra fueron enormes para el mundo griego: la población masculina de Atenas una década después de finalizado el conflicto era quizás la mitad de lo que era al iniciarse en la guerra. Sin embargo, «un año después delfín de la guerra Atenas había recuperado la democracia plena; dentro de una década, su flota, murallas e independencia; un cuarto de siglo después, la mayoría de sus antiguos aliados y restablecido su poder al punto que se puede hablar de un segundo imperio ateniense»1. Finalmente, si el objetivo de Tucídides fue el de posibilitar que otros pudiesen reconocer la plaga si es que llegase a volver, este claramente no se cumplió si la plaga ya volvió o, quizás, hay que   esperar a que regrese para ver si se cumple. Si su objetivo fue horrorizar y conmover, sin duda que lo ha venido cumpliendo durante 25 siglos y es probable lo siga haciendo en el futuro.