Perdidos y no
Entre las multitudes de gente confinada
con las veredas vacías
desiertas de humanos
y pobladas por otros animales
Tu cuerpo y mi cuerpo
Extrañándose en la piel
En el sexo
En el tiempo que no pasa
Entre pantallas estériles
Masticando recuerdos inútiles
De cuando podíamos
Tocarnos
Besarnos
Amarnos
Mamarnos mutuamente
Aprendimos a mirarnos a los ojos
A sentir las ausencias
en el centro de su dolor
A sentir el brillo de las pupilas
como las puertas del alma
del otro

Del otro al que ignorábamos
Del otro al que no veíamos
Del otro
De ese otro que nos falta tanto
Tanto, tanto
Lloramos a solas
las pérdidas de los que ya no existen
De los que se fueron
Contagiados por esta peste maldita
Aprendimos que hay gente que brilla
En el centro de la plaga misma
Aprendimos
Tanto, tanto
Que el amor es el otro
Darle al otro
Sentir al otro
Brillar juntos
Brillar solos
Brillar
En comunidad.
Mariana Miranda, Rosario, Argentina