Por Marcelo Agnoli

Muerte de Hitler: Múltiples dudas respecto a la versión oficial.

  En realidad, hasta nuestros días, el tema de Hitler sigue siendo algo complicado de resolver y aunque las investigaciones se acerquen a una aparente verdad siempre quedará un halo de duda sobre las pistas.

 

  Gran parte de lo narrado acá corresponde a la investigación que realizó el periodista húngaro residente en Buenos Aires, Ladislao Szabó y que plasmó en su libro “Hitler está vivo”, texto editado en 1947 y reeditado en el 2006 bajo el título de “Hitler no murió en el Bunker”.

 

 

  Según este mismo autor, cito sus palabras: “La desaparición de Hitler es una historia complicadísima y sutil en todos sus detalles, pero sencilla en el fondo. Fue llenada con lagunas saturadas de tinieblas y cubierta con tergiversaciones yuxtapuestas con el deliberado propósito de engañar y despistar al más hábil de los investigadores”.

 

  El mismo Szabó señala: “Se trató de un plan cuidadosamente preparado con trampas y contradicciones desconcertantes…pero, indudablemente, surgió en forma de una alternativa en su génesis y esa alternativa se resume como esconder una aguja en un pajar”.

 

  A un año y medio de la desaparición de Hitler la creencia en su muerte estaba plagada de dudas, señala Szabó. A partir del mismo Proceso de Núremberg –que duró un año- surgieron los primeros indicios de su huida, afirmando, el fiscal Torey que “era muy posible que Hitler se halle con vida”.

 

WILLIAM F HEIMLICH

 

  Así también, al día siguiente de las ejecuciones de Núremberg, William F. Heimlech, ex jefe del Servicio de Inteligencia de las fuerzas estadounidenses en Berlín, declaró: “Francamente, creo que Hitler no ha muerto. Como miembro del Servicio de Inteligencia, soy siempre escéptico. El cadáver de Hitler nunca fue hallado. He conversado con los rusos al respecto y no hay ninguno que asegure haberlo visto. No existen pruebas concretas del suicidio de Hitler. Así también, en mi opinión Eva Braun sigue con vida.”

 

  En un telegrama de la agencia UP fechado en Londres el 6 de octubre de 1945, el General Dwight D. Eisenhower (1890-1969) señalaba “…que al principio creía que Hitler había muerto pero, a esa fecha, habían razones para creer que aún seguía vivo”.

 

La historia oficial que se nos ha contado tiene su base en los servicios de inteligencia británicos que fueron los que le encargaron a uno de sus miembros, el autor Hugh Trevor-Roper (1914-2003) de que escribiera un libro relatando la muerte del líder nazi. El libro se llamó “Los Últimos días de Hitler” (1947) y se realizó con la finalidad de liberar a occidente de las acusaciones de Stalin de que sus aliados occidentales habían dejado huir al jerarca nazi, según relata el periodista e investigador argentino Juan José Salinas en el documental “El Escape de Hitler”.

En 1955 la justicia alemana declaró la desaparición de Hitler.

 

 

La agonía, últimos días

Para el 21 de abril poco o tal vez casi nada se sabía de Hitler, sólo se decía que estaba dirigiendo la defensa de Berlín desde un refugio subterráneo ubicado debajo de la Cancillería nazi.

En Estocolmo, el 30 de abril algunos cables decían que Hitler había muerto al mediodía del día anterior en su cuartel general, pero la radioemisora de Hamburgo el 1 de mayo por la noche señalaba que “…Hitler había muerto esa tarde luchando hasta su último aliento contra el bolcheviquismo”. Este anuncio incluso fue precedido por música de Wagner y Bruckner y posteriormente una muy solemne declaración del almirante Karl Dönitz (1891-1980).

 

 

KARL DONITZ

Según Ladislao Szabó, “un final demasiado perfecto para ser verídico”. Según la agencia soviética Tass de la época, la noticia de la muerte de Hitler era una nueva treta fascista, señalando que “al propalar la muerte de Hitler, los nazis querían dar al Führer los medios para abandonar la escena y retirarse entre bastidores”.

 

  El 2 de mayo, Berlín cae en manos de los soviéticos después de una cruenta lucha. En ese instante comienza la búsqueda del “cadáver de Hitler”.

Según el Dr. Hans Fritsche (dirigente de propaganda nazi) detenido por los soviéticos en Berlín, aseguraba que “…Hitler había muerto por las granadas soviéticas y que su cadáver quedó oculto en un lugar que será imposible de descubrir”.

Hasta el 8 de mayo, la búsqueda del cadáver de Hitler parecía infructuosa, sin embargo, ese día se anunció que los soviéticos habían encontrado entre las ruinas de la Cancillería un cadáver que se consideraba era el de Hitler.

Szabó señala que el comunicado británico desde el cual emanó esta información decía que: “Todos los sirvientes afirmaron que se trataba de su cuerpo, menos uno, que aseguró que el cadáver era de uno de los cocineros del Führer, quien había sido asesinado, creyéndose que era Hitler por su gran parecido (¿uno de sus dobles?). El mismo sirviente no vaciló en afirmar que según su creencia, Hitler había huido de Berlín.

 

DEUDOR PLETONOV

 

  El mayor soviético Deudor Pletonov comandante del sector de Berlín en el cual estaba la Cancillería y que condujo a las primeras tropas en entrar al edificio, dijo: “El cadáver no era el de Hitler. Era de un doble.”

 

POSIBLE ESCAPE AEREO

 En fin, hay una gran variedad de relatos que no calzan, contradicciones, distractores, lo cierto es que tanta confusión pudo estar intencionadamente destinada a ocultar que, tal vez, Adolf Hitler escapara por avión haciendo escala en el aeropuerto de Hörsching en Austria; avión que sería piloteado por Hanna Reitsch (1912-1979). Esta es la versión que da Otto Skorzeny, el cual afirma que personalmente ayudó a escapar a Hitler.

Berlín? Antecedente citado en el documental “El Escape de Hitler”.

 

 HANNA REITSCH

    La condecorada piloto Hanna Reitsch escribió un libro llamado en español “Volar es mi vida”, en él detalla los momentos finales de la caída de la cancillería alemana. Curiosamente, al final de sus años y en la última edición de su libro, Reitsch, agregó una pregunta como dando a entender su gran secreto: ¿No habré sido yo quien sacó a Hitler desde Berlín? Antecedente citado en el documental “El Escape de Hitler”.