Por Carlos del Frade (Especial Para El Vecino)

 

De aquellos 29 congresales que declararon la independencia, dieciocho sufrieron exilios, torturas, expulsiones, censuras y arrestos varios. Solamente once pudieron seguir con una vida más o menos normal. Tres de ellos fueron asesinados, Laprida, José Severo Malabia y Juan Agustín Maza y Díaz Gallo fue torturado con saña y alevosía. Uriarte, sacerdote, fue uno de los que sufrieron cárcel y estuvo arrestado varias veces, promovió el reparto de tierras.

Pedro Ignacio de Castro Barros, riojano, partidario decidido de la Revolución de Mayo, fue nombrado diputado a la Asamblea Constituyente del Año XIII. Fue partidario de la libertad de vientres. Fracasó en su intento de forzar la sanción de una constitución.

…..Pasó a Buenos Aires, como asesor económico del gobierno de Juan Martín de Pueyrredón.

Escribió algunos tratados sobre política e iglesia, y fue nombrado vicario de San Juan, y luego canónigo de la catedral de Salta.

En camino hacia esta ciudad, fue apresado por una partida federal del gobernador de Santa Fe, Estanislao López, y tomado prisionero. Se fugó a través del Chaco y consiguió llegar a Salta. Pero debió huir por los enfrentamientos entre partidarios y opositores de Güemes. Regresó a San Juan pero también debió escapar unos meses más tarde, por su oposición a la política liberal de Salvador María del Carril.

De modo que se instaló en La Rioja. Fundó allí una escuela, y la dirigió hasta que fue nombrado rector de la Universidad de Córdoba, en 1821. Fue legislador provincial en esa ciudad, y daba clases en el actual Colegio Nacional de Monserrat, sin dejar de dirigir la Universidad.

Se opuso a la llamada «Reforma eclesiástica de Rivadavia», que interpretaba como era una forma encubierta de apoderarse de los bienes de la Iglesia. Dirigió un periódico, El Observador Eclesiástico, desde donde atacó a Bernardino Rivadavia y sus aliados.

Recorrió la nueva diócesis de Cuyo, ayudando al obispo a establecer su organización. Tuvo una gran influencia sobre Facundo Quiroga, y fue tal vez quien más influyó para que éste declarara la guerra a muerte contra el partido «impío» de Rivadavia.

Cuando José María Paz ocupó el gobierno de la provincia de Córdoba, se pronunció en su favor (lo que lo alejaba de Quiroga). Por consejo de Paz fue nombrado vicario de la diócesis de Córdoba por la legislatura. Vencida la Liga Unitaria del Interior fue llevado prisionero a Santa Fe. El gobernador López le permitió moverse con libertad, e incluso predicar en un templo frente a todo el gobierno. Desde allí atacó el sistema federal, por lo que el caudillo le dio tres horas para que se embarcara hacia Buenos Aires. Al llegar a destino, el gobierno lo confinó en un barco por varios meses (evidentemente, la prudencia no era su fuerte).

Por mediación de Tomás Manuel de Anchorena se le permitió finalmente bajar a tierra, pero en 1833 se trasladó al Uruguay. En 1841 pasó a Chile, donde dio clases en la Universidad de San Felipe hasta poco antes de su muerte.

José Severo Malabia, nació en Charcas, actual territorio boliviano, y en el año 1815, poco antes del desastre de Sipe Sipe, fue electo diputado al Congreso de Tucumán, que se reunió en esa provincia a comienzos del año siguiente, después de la derrota independentista en el Alto Perú. Huyó hacia Tucumán y se incorporó a la misma.

Una de sus primeras actuaciones fue contra el diputado por Salta, coronel José Moldes, a quien acusó falsamente de cometer varios delitos, para impedir su incorporación al Congreso (Moldes podía ser una competidor importante contra el grupo porteño, e incluso era el candidato provinciano al cargo de Director Supremo).

Juró y firmó el acta de la Independencia el día 9 de julio de 1816. Era de tendencia monárquica, y defendió su ideología con tenacidad, hasta casi lograr que se coronara un rey en la actual Argentina. Se trasladó con el congreso a Buenos Aires, y firmó la constitución unitaria de 1819.Después de la disolución del Congreso, en 1820, se unió al grupo unitario de Bernardino Rivadavia, y fue diputado provincial de la provincia de Buenos Aires.

En 1826, fue enviado por Rivadavia como secretario del embajador ante el gobierno de Bolivia, general Juan Gregorio de Las Heras. Su misión era ayudar al general para que, a cambio del reconocimiento de la independencia de ese país, la Argentina recuperara la provincia de Tarija. Boicoteó la misión, ayudando a que esa provincia siguiera perteneciendo a Bolivia.

Se radicó por un tiempo en Charcas, donde ocupó varios cargos oficiales. Más tarde regresó a Buenos Aires como embajador de Bolivia, pasando después a actuar en la política local. Por su oposición al gobernador Juan Manuel de Rosas se vio obligado a exiliarse un tiempo en Montevideo.

Pasó a Lima, donde fue embajador boliviano ante el gobierno del Perú, y luego fue ministro de la Suprema Corte de Justicia boliviana.

Huyó de regreso a Buenos Aires en tiempos del dictador Andrés de Santa Cruz y se radicó en esa ciudad (con permiso de Rosas) hasta su muerte.

Mariano Sánchez de Loria, originario de Chuquisaca, apoyó el proyecto de una monarquía a cargo de una familia real inca para las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Después del Congreso se mudó a Buenos Aires y continuó trabajando como abogado allí. Alrededor de 1817 su esposa murió y retornó entonces a Chuquisaca donde se ordenó como sacerdote, convirtiéndose luego en canónigo de la Catedral de Charcas. Cuando murió ejercía de párroco de Tacobamba en Potosí.

Pedro Ignacio Rivera, nació en Mizque, actual territorio de Bolivia, se incorporó en la sesión del 26 de marzo de 1816 y por unanimidad de votos resultó electo vicepresidente, en la sesión del 24 de abril, solicitó el inmediato auxilio al ejército del Alto Perú pronunciando un elocuente discurso; en la del 9 de julio aclamó la independencia nacional y firmó el acta respectiva.

Al tratarse la forma de gobierno dejó sentada su opinión a favor de la monarquía y según consta en «El Redactor» en otro largo discurso cuyo argumento fue persuadir que era “una acto de necesidad, de conveniencia y de justicia, adoptar la forma monárquica temperada, bajo la dinastía de los antiguos incas”

Es autor del proyecto de formación del ejército, fijando la contribución de cada provincia en un cinco por ciento de reclutas, sobre el número de sus habitantes.

Presidió la reunión del Congreso en el primer aniversario de la declaración de la Independencia, oportunidad en la que pronunció un inspirado discurso en respuesta a la arenga del Director Supremo, General Pueyrredón.

Intervino en los debates y sanción de la Constitución de 1819, continuando en el Congreso hasta su disolución. Posteriormente residió en Buenos Aires, donde falleció el 17 de febrero de 1833.

Pedro León Díaz Gallo, santiagueño, en 1816, mientras se hallaba al frente del curato de su ciudad, fue elegido diputado al Congreso de Tucumán, en el cual llegó a ocupar la vicepresidencia en 1816 y la presidencia en 1819. Tuvo una destacada participación por sus conocimientos y eficacia, interviniendo con entusiasmo en los debates y comisiones; y firmando la declaración de independencia de la Argentina el 9 de julio de 1816.

Cuando el congreso se trasladó a Buenos Aires fue electo para ejercer la presidencia en turno del cuerpo. Tuvo una participación muy activa al tratarse la Constitución unitaria de 1819. Al disolverse el Congreso en 1820 regresó a Santiago e intervino en el movimiento autonomista de la provincia de ese año y desempeñó el ministerio durante el gobierno de Juan Felipe Ibarra. En 1821 firmó el tratado de paz entre Tucumán y Santiago del Estero en Vinará, junto con Pedro Miguel Aráoz de Tucumán y José Andrés Pacheco de Melo de Córdoba.

A pesar de haber sido elegido diputado al Congreso Constituyente de 1826, no formó parte de éste pues viajó a Salta, sede de la diócesis santiagueña, a optar por el concurso al curato de su ciudad natal. También desempeñó el cargo de diputado provincial, donde ejerció mucha influencia por su larga práctica en la vida pública.

En 1838 el gobernador Ibarra le encargó el gobierno de la diócesis de Santiago, lo que motivó un conflicto eclesiástico con el Cabildo de Salta que nombró para Vicario Capitular en sede vacante al doctor Figueroa. Ocupó por largo tiempo, el puesto de vicario foráneo. Cuando Manuel Taboada tomó el gobierno por una revolución contra su primo Mauro Carranza, el 1 de octubre  de 1851, se fugó hacia Tucumán para ponerse a salvo, pero perseguido por gente de Taboada fue tomado preso por estos en Antajé, departamento Banda; y llevado de vuelta a su ciudad, donde sufrió torturas de sus adversarios. Puesto luego en libertad se dirigió a Tucumán donde murió.

Pedro Francisco de Uriarte, también santiagueño y sacerdote, fue uno de los firmantes de la Declaración de la Independencia de las entonces llamadas Provincias Unidas en Sudamérica. Integró la comisión que redactó el reglamento para el Director Supremo.

Con el Congreso ya trasladado a Buenos Aires fue designado vicepresidente en 1817. En 1818 propuso por la repartición de tierras, resultando por ello el precursor de la colonización. Estuvo en contra de entronizar al duque de Luca en el gobierno. Intervino en la sanción de la Constitución de 1819.

Diluido el Congreso en 1820 fue arrestado por orden de Manuel de Sarratea junto con otros diputados y acusado arbitrariamente de haber querido entregar el país a una nación extranjera. Por pedido del gobernador Ramos Mejía se lo liberó pudiendo así regresar a su curato de Loreto.

La junta de la Venerable Tercera Orden de Santiago lo eligió ministro, en 1824 y 1825. En 1830 fue arrestado por el gobernador Juan Felipe Ibarra, y encarcelado en El Bracho. Tras largos padecimiento pudo salir gracias a pagar una importante suma de dinero.

Falleció al frente de su curato, a los 81 años, mientras celebraba misa en honor a Santa Rosa de Lima. Sus restos fueron sepultados en la iglesia de Loreto.

Esteban Agustín Gascón ,había nacido en Oruro, actual Bolivia, se unió al Ejército del Norte a las órdenes del general Manuel Belgrano, y luchó en la batalla de Salta, en febrero de 1813.

Fue nombrado gobernador intendente de Salta, cargo que ocupó por poco tiempo. Producida la segunda expedición al Alto Perú, volvió a ocupar la presidencia de la Audiencia y la gobernación de Charcas.

Después de la batalla de Ayohuma se trasladó a Buenos Aires, y se puso a órdenes del ejército que operaba en la Banda Oriental y sitiaba a Montevideo. Fue auditor general de guerra y asesor legal de sus jefes, el general José Rondeau primero, y luego Carlos María de Alvear. Caída Montevideo en manos independentistas, fue alcalde del Cabildo, teniendo a su cargo la inspección, organización y mantenimiento de los hospitales.

Regresó a Buenos Aires en 1815, al ser evidente que la ciudad iba a ser entregada a los federales del caudillo José Artigas. Presidió la Junta de Observación que intentaba poner algún freno al gobierno de los directores supremos durante el período en que este cargo fue ocupado por Ignacio Álvarez Thomas. Fue coautor del Estatuto Provisional, especie de embrión de constitución.

En 1816 fue elegido diputado para el Congreso de Tucumán, y su nombre fue propuesto como candidato a director supremo.

Fue el principal opositor a la firma por el Congreso del Pacto de Santo Tomé, que hubiera pacificado el bando artiguista con el resto del país y hubiera logrado el traslado a Tucumán los diputados de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental, que nunca estuvieron representadas en él.

Fue uno de los firmantes del Acta de la Independencia, el 9 de julio de ese año.

Su principal preocupación en el Congreso estuvo siempre en la reorganización de la defensa de la frontera norte. También fue el autor de la iniciativa que hizo oficial la bandera nacional creada por Belgrano en 1812, y que hasta entonces era sólo la bandera del Ejército del Norte.

Desde 1817 fue ministro de hacienda del Director Juan Martín de Pueyrredón, colaborando con la expedición a Chile del Ejército de los Andes, organizado por el general José de San Martín. Fundó la «Caja Nacional de fondos de Sud – América», una especie de caja de créditos con pretensiones de banco, que fue la primera institución crediticia de ese país. Después de sancionada la constitución de 1819 fue electo senador por Tucumán; pero la caída del directorio y el Congreso dejaron ese nombramiento sin efecto.

En 1820, después de la batalla de Cepeda, fue nombrado sucesivamente juez, diputado provincial y secretario de la Junta de Representantes de Buenos Aires. Se opuso a la reforma religiosa del ministro Bernardino Rivadavia desde la legislatura y la prensa. Desde fines de 1822 fue camarista del Tribunal de Justicia de la provincia. Renunció después de la revolución fracasada de Tagle, oponiéndose a fusilar a los presos.

Pedro Miguel Aráoz, nacido en Tucumán, sacerdote, fue uno de los firmantes del Acta de la Declaración de independencia de la Argentina, pronunciándose por la monarquía en cuanto a la forma de gobierno que convenía instaurar en el país. Le tocó presidir el cuerpo en el último período de sesiones desarrollado en Tucumán. Luego que el mismo se mudara a Buenos Aires, renunció a su mandato en diciembre de 1818, alegando razones de salud y la ya larga separación de su curato, retornando a la capital tucumana.

Fue diputado por Tucumán, con José de Arteaga, al congreso de los pueblos de Tucumán, Catamarca y Santiago que el 17 de mayo de 1820 votó la formación de la República de Tucumán, cuya presidencia suprema fue encomendada al gobernador Bernabé Aráoz. Creada la legislatura provincial, al Dr. Aráoz le tocó presidirla, interviniendo en la sanción de importantes leyes como la de libertad de imprenta y la creación de un banco provincial. Escribió la Constitución de la República y fue creador del primer periódico editado en esta provincia, llamado «El Tucumano Imparcial».

Tomás Godoy Cruz, nacido en Mendoza, en 1814 creó una fábrica de pólvora, en 1815 es elegido junto con el Dr. Juan Agustín Maza, diputado y representante por Mendoza en el Congreso de Tucumán y en 1817 cuando el Congreso vuelve a iniciar sus sesiones en la ciudad de Buenos Aires es designado presidente del mismo.

Colaboró con José de San Martín en la preparación de su expedición libertadora, comprometiendo su fortuna personal en el equipamiento del Ejército de los Andes.

El 3 de julio de 1820 es elegido gobernador, cargo que desempeña hasta el 21 de enero de 1822. Durante ese período, el general José Albino Gutiérrez vence las incursiones montoneras de José Miguel Carrera, que es fusilado por orden de Godoy Cruz.

Fue ministro de su pariente, el gobernador José Videla Castillo, hasta que la derrota frente a los federales de Facundo Quiroga lo decide a marchar al exilio enChile.

Volvió a Mendoza después de su exilio, bajo la protección del caudillo José Félix Aldao, dedicándose a la agricultura y la cría de gusanos de seda. Falleció el 15 de mayo de 1852. Sus restos descansan en el templo San Vicente Ferrer, del departamento mendocino que lleva su nombre.

Eduardo Pérez Bulnes, cordobés de nacimiento, en 1815 apoyó la elección del gobernador federal José Javier Díaz, que lo nombró jefe de la policía de la provincia. También fue miembro de la legislatura local.

En 1816 fue electo diputado al Congreso de Tucumán, y en tal carácter fue de los que proclamó la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 9 de julio de ese año.

Por su pertenencia al partido federal tuvo serios encontronazos con la mayoría unitaria del mismo. Como los diputados cordobeses José Antonio Cabrera y Miguel Calixto del Corro, fue expulsado del Congreso a principios de 1817, cuando se negó a trasladarse con el mismo a Buenos Aires. Como esperaba, allí el Congreso se transformó en un núcleo unitario, dependiente de las tendencias e intereses políticos de la capital.

No apoyó a su hermano, Juan Pablo Bulnes en sus rebeliones contra el gobernador Díaz, a quien apoyó hasta el final de su mandato. Volvió a apoyar a Díaz en 1820, y fue electo diputado provincial. En un principio se opuso al gobernador Juan Bautista Bustos, pero más tarde se unió a él.

Fue diputado al Congreso General de 1824 en Buenos Aires, donde se pasó al partido unitario en oposición a la posición de su provincia, apoyando la constitución unitaria de 1826. La provincia revocó su mandato, pero el congreso decidió que siguiera en su cargo. Su propio hermano Juan Pablo presidió la sesión de la Legislatura que rechazó la constitución unitaria.

Regresó a Córdoba al producirse la invasión de José María Paz y se incorporó al gobierno como diputado provincial y presidente de la Legislatura. Fue enviado como mediador ante Facundo Quiroga en vísperas de la batalla de Oncativo. Se retiró de la vida pública a la caída de Paz.

Teodoro Sánchez de Bustamante, nació en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia pero fue congresista en Tucumán por la provincia de Jujuy, que presidió durante el mes de junio; durante su mandato presentó una «nota de las materias de primera y preferente atención para las deliberaciones y discusiones del Congreso».

Fracasó en acelerar la declaración de la independencia, que lograría su sucesor Francisco Laprida el 9 de julio, siendo Sánchez de Bustamante uno de los firmantes del Acta. En noviembre de 1818 fue elegido nuevamente presidente del Congreso, ya instalado en Buenos Aires.

Tuvo muchas intervenciones en las sesiones del Congreso, entre ellas las referidas a las relaciones con el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, que ocupaba la Banda Oriental. Fue uno de los redactores de la Constitución de 1819, y poco después fue electo diputado por Santiago del Estero para el futuro Congreso Nacional, que nunca llegó a reunirse.

Pretendió reemplazar al general Martín Miguel de Güemes —héroe de la Guerra Gaucha— como gobernador de Salta, pero fracasó en su intento.

En enero de 1820 fue el último presidente del Congreso, y después de la batalla de Cepeda fue arrestado por orden del gobernador Manuel de Sarratea.

En enero del año siguiente fue elegido diputado por la Provincia de Buenos Aires al Congreso Federal que se estaba reuniendo en Córdoba a iniciativa de Juan Bautista Bustos, y que fracasó por presión porteña. Permaneció en Córdoba, al servicio de Bustos, hasta 1824, año en que regresó a Jujuy tras la muerte de su esposa.

Más tarde fue legislador provincial y apoyó la política de Gorriti, en apoyo de los unitarios. En 1829 fue presidente de la legislatura.

Al producirse la victoria federal de 1831, huyó a Bolivia, donde se radicó en Sucre y luego en Santa Cruz de la Sierra, donde se dedicó a la enseñanza secundaria. Allí falleció en el año 1851.

José Andrés Pacheco de Melo, sacerdote nacido en Salta, fue electo diputado de Chichas para el Congreso de Tucumán en 1816, firmando la Declaración de la Independencia. Después del Congreso se mudó a Buenos Aires, en 1818. Posteriormente fue Ministro de Gobierno en Mendoza. Posteriormente, fue pacificador en Córdoba (1821) y San Juan (1825), retirándose en ese año de la vida pública.

Su muerte es aún no clara, se cree que murió en la década de 1820, sobre el lugar, algunas fuentes señalan que murió en Mendoza y otras que pudo haber muerto en Chichas.

 José Ignacio de Gorriti ,nació en San Salvador de Jujuy, y en 1816, el pueblo de Salta lo eligió diputado al Congreso de Tucumán; teniendo en el mismo una importante actuación, tanto en los debates como en las decisiones. Su nombre aparece en las actas del congreso en las sesiones secretas celebradas entre julio y agosto.

En 1817, con el Congreso ya en Buenos Aires, renunció a su cargo de diputado para volver a Salta y continuar su lucha contra los realistas. Electo senador al disuelto Congreso de 1819, fue luego ministro de Güemes y gobernador interino de Salta en 1819 y 1821. En 1820 consiguió una rotunda victoria frente al coronel realista Guillermo Marquiegui, del ejército del general Olañeta en la guerrilla que culminó en la jornada del Día Grande de Jujuy el 27 de abril de 1821.

Debido a conflictos que sobrevinieron renunció a su cargo, pero Güemes le pidió que volviera a colaborar con él, encargándole organizar el cuartel general del Chamical con el coronel Jorge Enrique Vidt. Estando a su frente, recibió a Güemes herido de muerte prestándole las últimas asistencias.

Aunque severo en algunos aspectos fue un progresista gobernador de Salta entre 1821 y 1823. En 1825 fue gobernador delegado por ausencia de Arenales. Tras el derrocamiento de éste por su hermano «Pachi» Gorriti, desde 1827 hasta 1829, gobernó por segunda vez con gran eficacia: introdujo la vacunación antivariólica, fomentó la educación y la beneficencia, y legisló sobre el ejercicio de la medicina, la sepultura y nombramientos e incompatibilidades del Poder Judicial.

Sería una vez más gobernador delegado en 1831, debiendo emigrar ese año a Bolivia, pobre y con muchos hijos, a causa de las derrotas que le infligiera Facundo Quiroga. Falleció en Charcas en 1835, auxiliado por su ilustre hermano, el canónigo Juan Ignacio Gorriti.

Manuel Antonio Acevedo, sacerdote salteño, fue elegido Diputado por la jurisdicción de la ciudad de Catamarca al Congreso de Tucumán junto con José Eusebio Colombres. Estaba a favor de la institución de la monarquía incaica, siendo él quien propuso que el monarca de la incipiente Argentina fuese un descendiente de los incas, en la sesión del 12 de julio de 1816.Cuando el Congreso fue trasladado a Buenos Aires, Acevedo fue su último presidente justo antes de que fuera disuelto; como resultado de la victoria federal de 1820 fue reducido a prisión. Puesto en libertad, en 1821, pasó a ser el secretario de la Sala de Representantes de Buenos Aires.

Luego regresó a su labor de cura en Belén. En Catamarca abrió una escuela, fundó un seminario y dictó gratis una cátedra de filosofía.

En 1822 redactó el «Proyecto de Constitución» para la Provincia de Catamarca, que más tarde fue sancionado en 1823. Fue uno de los primeros legisladores de Catamarca al ser nombrado vocal de la primera constituyente catamarqueña. También fue diputado por Catamarca en el Congreso General de 1824.

En 1825 se incorporó a la Constituyente reunida en Buenos Aires, interviniendo en las discusiones sobre la llamada «Ley Fundamental».

Pedro Medrano, nació en la isla Gorriti, en Maldonado, en la antigua Banda Oriental, hoy Uruguay. Fue diputado por Buenos Aires en el Congreso de Tucumán, ejerciendo como primer presidente y dando el discurso inaugural. Medrano también propuso agregar al acta de la Independencia, a continuación de la propuesta de emancipación “de los reyes de España, sus sucesores y metrópoli”, la expresión “y de toda otra dominación extranjera”. Su propósito era desvirtuar los rumores de un acuerdo con los portugueses para establecer un protectorado lusitano. La propuesta sería aprobada por unanimidad. Junto a Teodoro Sánchez de Bustamante y José Mariano Serrano integró la comisión redactora del «Manifiesto a las Naciones».

Medrano fue secretario de la Junta de Representantes (la formada luego de la Batalla de Cepeda, que eligió como gobernador a Manuel de Sarratea) en 1821.

Fue diputado de la Sala de Representantes durante el gobierno de Rosas.

También se destacó como orador y poeta. Escribió un largo romance titulado Carta de Celio a Armesto, de clara intención política; La Martiniana y la traducción al Poema de la Expedición al Desierto, de 1833-34.

Cayetano José Rodríguez, sacerdote nacido en San Pedro, en el Perú, fue designado e 1813 como miembro de la Asamblea General Constituyente encargándose de redactar los diarios de las sesiones hasta la disolución de la asamblea en 1815. Fue elegido como representante de Buenos Aires para el Congreso de Tucumán de 1816.

Después del Congreso, Rodríguez volvió a sus responsabilidades religiosas y públicas. En 1822 fundó el periódico El oficial del día, en el cual se oponía a las reformas impulsadas por Rivadavia, las cuales eran defendidas por el periódico El Centinela. Luego de la promulgación de las leyes de Rivadavia se retiró de la vida pública, dedicándose a sus deberes religiosos.

José Darregueira, nació en Moquegua, Perú, se unió a la Logia Lautaro, dirigida por Carlos María de Alvear, y éste lo designó en 1815 para integrar la cámara de apelaciones. Fue elegido para integrar el Congreso de Tucumán en nombre de Buenos Aires; fue uno de los electores de Juan Martín de Pueyrredón para el cargo de Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y posteriormente fue uno de los firmantes de la Declaración de independencia de la Argentina.

Durante las sesiones posteriores, se mostró como un defensor irreductible del unitarismo, y promovió toda clase de acusaciones contra José Moldes y contra los diputados por la Provincia de Córdoba, Miguel Calixto del Corro y José Antonio Cabrera. Para imponer la preeminencia de Buenos Aires, utilizó la excusa del avance de los ejércitos realistas en dirección a San Miguel de Tucumán para proponer el traslado del Congreso a Buenos Aires y trabajara activamente en el logro de ese resultado. A principios de 1817, el Congreso se trasladó a Buenos Aires, donde Darregueira fue simultáneamente diputado y asesor legal del Director Supremo Pueyrredón. Falleció afectado por una enfermedad pulmonar en mayo de 1817.

Antonio Sáenz, nació en Buenos Aires y también era sacerdote, estudió en la Universidad de Chuquisaca y participó del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. Fue luego capellán castrense y diputado por Buenos Aires al Congreso de Tucumán, donde firmó el acta de la Declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.

Fue elegido una vez más diputado por Buenos Aires en 1817 e integró en ese carácter la comisión relatora del proyecto de Constitución de 1819. En este año fue presidente del Congreso. Cuando se disolvió debió huir de la ciudad y se ocultó.

Sáenz fue el principal promotor para la organización de la que sería la Universidad de Buenos Aires. Varias veces se había preocupado en dotar a la ciudad de una casa de altos estudios. En 1816 había sido comisionado para su creación pero el intento quedó finalmente anulado. Pero persistió en su empeño por actualizar la educación superior del país, todavía muy aferrada a la enseñanza del tipo religioso en detrimento de las ciencias naturales y exactas que por ese tiempo comenzaban estudiarse pero era necesario organizarlas y estructurarlas en una academia.

Sáenz logró esto con la creación de la Universidad, que se formó mediante la incorporación de instituciones académicas preexistentes. Aprovechó la impronta educativa del gobernador de Buenos Aires, el brigadier general Martín Rodríguez quien junto a Bernardino Rivadavia, su ministro de gobierno, decidieron su erección. La Universidad de Buenos Aires fue fundada el 12 de agosto de 1821 en el templo de San Ignacio y Antonio Sáenz fue su primer Rector. Ocupó la cátedra de Derecho Natural (1822) y de Gentes (1823), redactando para sus alumnos las Instituciones Elementales, convirtiéndose así en el primer autor de la Universidad.

También ordenó la creación de numerosas escuelas en las ciudades de la campaña, y realizó una gira por la provincia con el objetivo de evaluar la calidad de los colegios.

Su fallecimiento repentino en 1825 le impidió ver a la Universidad por la que él tanto trabajó fortalecida institucionalmente. Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta, en el recinto llamado «Panteón de los Ciudadanos Meritorios».

Mariano Boedo, nacido en Salta, junto con José Moldes y José Ignacio de Gorriti fue designado diputado por Salta al Congreso de Tucumán. Siendo designado vicepresidente el 1 de julio de 1816, firmó como tal la de declaración de la Independencia el 9 de julio de ese año. Intervino destacadamente en debates de importancia del Congreso y fue presidente del mismo en 1817.

Al siguiente año dejó su banca por problemas de salud y regresó a su provincia. No volvió a ocupar cargos públicos y retornó a Buenos Aires donde falleció en 1819. Sus restos se hallan en la Iglesia de San Francisco.

Francisco Narciso de Laprida, nacido en San Juan, en 1813 fue el principal instigador del descontento popular que acabó con el gobierno de Saturnino Sarassa, en Chile. Esto le valió ser encarcelado por el interventor posterior. Fugó al poco tiempo. Reincorporado al cabildo, colaboró con José de San Martín en la organización del Ejército de los Andes. Era considerado un perito en leyes y vecino de importancia, por lo que fue elegido en 1815 como diputado de su ciudad al Congreso de Tucumán, junto con Fray Justo Santa María de Oro. Ocupó la presidencia del mismo durante el mes de julio de 1816, de modo que ocupaba ese cargo cuando, el 9 de julio, se votó la Declaración de Independencia de la Argentina.

En 1820 asumió como ministro general de gobierno durante la gobernación de José Antonio Sánchez en la Provincia de San Juan. En 1824 representó a San Juan en el Congreso Nacional, presidiendo el mismo durante unos meses. Era miembro del Partido Unitario.

Tras la disolución del Congreso regresó a San Juan, donde tuvo alguna participación en la política local. El fusilamiento del líder federal Manuel Dorrego inició una guerra civil, a raíz de la cual Laprida se trasladó a Mendoza. Allí apoyó la revolución unitaria dirigida por Juan Agustín Moyano. El 22 de septiembre de 1829, las tropas al mando del ex fraile José Félix Aldao derrotaron a Moyano, muriendo en la matanza que le siguió más de un centenar de personas.