Los traidores que manipularon la historia
Eso es lo que tienen los traidores: mala fama. Pero ¿qué es un traidor? ¿Alguien que «ataca por la espalda» o bien, una persona que cambia de convicciones? ¿Acaso no es legítimo esto último y no supone el axioma por excelencia de la libertad y la soberanía del ser humano? Los traidores, por otra parte, también son creados por quienes manejan el poder en ciertas circunstancias.
Los traidores son necesarios como chivo expiatorio, hubo durante muchos siglos traidores de toda índole que mancharon la historia de las naciones e imperios, Desde espías pasando por militares y políticos -en nuestra historia nacional-, tenemos muchos de estos personajes que manejaron situaciones propias y ajenas.
Es decir, fueron manipuladores y gatopardistas, camaleones, etc. que jugaron y traicionaron los principios políticos de su partido o movimiento. Desde la traición de Urquiza, pasaron San Martin, Rivadavia, Mariano Moreno, Artigas etc…
Asimismo, por los últimos tiempos, hasta nuestro días ha sucedido con: Menem, Pichetto, Chacho Alvarez y otros que marcaron la cancha de la historia nacional. Pero volviendo a los traidores y como introducción al tema de los capítulos que abordaremos, surgirán algunos personajes que cambiaron directa o indirectamente el curso de los hechos más trascendentales
PRIMER PERSONAJE
LA REVELACIÓN DE LOS TRAIDORES DESDE JUDA A SAN PABLO
El personaje de Judas siempre ha sido muy atractivo para novelistas, pintores y contactados.
De hecho, que entre los apóstoles de Jesús hubiera uno que le iba traicionar no se explica bien por los teólogos. Si Cristo es un ser semidivino y dotado de sabiduría, ¿Cómo es que no lo vio venir o lo vaticinó? Claro, suelen esgrimir un argumento de peso al decir que la entrega o traición de Judas es un cumplimiento de las Escrituras, tal como estaba previsto en el plan divino de la salvación de toda la humanidad y fue anunciado de antemano.
Los profetas, como Jeremías lo sabían. Aceptamos ese planteamiento de que había un traidor entre sus más íntimos y que llegado el casos, por 30 tristes monedas de plata le vendió en la noche del Jueves Santo, señalándole mediante un ósculo en la mejilla en el Huerto de los Olivos.
El famoso «obeso Judas» que tanta literatura mafiosa ha generado. Luego, arrepentido, se suicidó. Había que cumplir ese plan divino y alguien tenía que hacer de malo. Así se deduce de varios textos del Nuevo Testamento en los que se le menciona. Y así nos lo han contado hasta la saciedad. Pero un día del año 1978 apareció un texto apócrifo que bautizaron como el Evangelio de Judas, que decía algo diferente de lo que había sido aceptado unánimemente por la grey católica.
La historia del encuentro de este manuscrito, de su desaparición y de su nuevo hallazgo es digna de una película. El cazatesoros holandés Arthur Brand es uno de sus protagonistas, con su fino olfato para encontrar piezas que se dan por perdidas hace décadas, como cuadros de Picasso, de Dalí o El evangelio de Judas. Me refiero a un manuscrito muy dañado, de autor desconocido y de más de dos mil años de antigüedad, descubierto en una cueva de Egipto en 1978 y que llevaba décadas escondido en un caja fuerte en Nueva York hasta que todo se hizo público en el año 2006.
También llamado el códice de Minya (lugar de descubrimiento en Egipto) o Tchacos (por el apellido de la marchante que definitivamente lo vendió a la Fundación Mecenas de Ginebra) contiene, entre otros textos, el «Evangelio Apócrifo de Judas» en el que aseguraba que el traidor a Cristo fue en realidad su discípulo más fiel y el hecho de entregar a su maestro a las autoridades romanas fue en cumplimiento de un plan previsto por el propio Jesús.
De ser así, las cosas cambiaban bastante. Judas quedaba totalmente rehabilitado y pasaba de felón a héroe. Además, no murió violentamente, sino que sobrevivió para convertirse en el guía espiritual de una comunidad gnóstica, la rama setiana, que aplicaba un sistema filosófico y teológico complejo al considerarse descendiente de Set, la otra simiente de Adán y Eva.
La lengua original del manuscrito fue el griego, pero se conserva solo en traducción al copto y al parecer fue utilizado por el movimiento gnóstico de los cainitas. En el año 2006 la National Geographic Society hizo público el trabajo de restauración que se llevó a cabo, así como la traducción del manuscrito y, además, elaboró un video documental titulado The Gospel of Judas. El revuelo ante la nueva interpretación del supuesto «traidor» fue más que notable, lo cual llevó a algunos estudiosos a reconsiderar la historia del cristianismo primitivo en torno a esos últimos momentos de la vida de Jesús. Y hasta dicen que ha sido tachado de «peligroso» por el Vaticano. De hecho, el autor anónimo del manuscrito describe su obra como «discurso secreto de revelación».
¿COMO MURIÓ JUDAS?
Los evangelios sinópticos – y cualquier catecismo – nos dirán que la muerte de Judas Iscariote fue un suicidio cometido después de que él sintió remordimiento (pero no arrepentimiento) por haber traicionado a Jesús. Tanto Mateo como Lucas (en el libro de los Hechos de los Apóstoles) mencionan algunos detalles de la muerte de Judas, y hay algunas contradicciones. Mateo dice que Judas murió ahorcado en un árbol, que algunos han querido identificar con una higuera (y de ahí la mala fama que tiene en algunas zonas: «a la sombra de la higuera ni te sientes ni te duermas»).
El relato del evangelio de Mateo dice: «Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre» (Mateo 27:5-8).
Los hechos, en cambio, dicen que «con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron». ¿Cuál de los dos relatos está en lo cierto? ¿Judas se ahorcó o murió al despeñarse? Para conciliar ambos textos se ha sugerido que cuando Judas se colgó, la cuerda se rompió y su cuerpo cayó reventándose al golpearse contra el suelo. En fin, sin entrar en estos malabarismos dialécticos, no han sido pocos los que han intentado buscar y encontrar la tumba del innombrable. Fuera de teorías extravagantes, en lo que todos están de acuerdo es que la tumba de Judas se perdió en el olvido.
Por lo tanto, no quedan dudas que fue el primer traidor de la historia, donde este personaje cambio el curso de los acontecimientos por el simple hecho de entregar a un iluminado espiritual llamado Jesús.
Asimismo, agrava el hecho, que el entregador fue el más cercano del círculo de hierro del hombre mito elegido por Dios; pero un hombre que cambiaria el curso de la espiritualidad creando una una secta llamada Cristianismo y ese propósito se lo debe a un traidor de su entorno más intimo. Pero debemos pensar que dentro de ese círculo también hubo dos traidores más: Pedro y Pablo esto los veremos en una próxima historia mis lectores.