EL EXILIO DE UNA REVOLUCIONARIA

A causa de su arrolladora actividad, comienza a peligrar su salud. Los compañeros del grupo filo dramático “Germinal” convocan a todos los grupos libertarios y sociedades obreras para realizar una función a beneficio de su persona.

En 1907, Virginia participa junto a otras destacadas mujeres en la huelga de inquilinos como parte del “Centro Femenino Anarquista”.

A raíz de su intervención en el movimiento de inquilinos, se le aplica la Ley de Residencia y es expulsada al Uruguay, siendo Montevideo su lugar de radicación definitiva.

La casa de Virginia en Montevideo se convierte en una base operativa de las vanguardias libertarias deportadas de Argentina. Juana Rouco Buela, en su obra autobiográfica “Historia de un ideal vivido por una mujer”, rememora los esfuerzos y la tenacidad de la Bolten en propagar el ideario entre los obreros orientales.

Lamentablemente, se ha perdido el último tramo de la vida de Virginia. De su trayectoria han quedado los testimonios recogidos por los periódicos La Protesta Humana y La Protesta y, en especial, la publicación La Voz de la Mujer (1896-1897), que se convierte en el primer manifiesto libertario dirigido por mujeres para mujeres, siendo sostenido económicamente con el aporte de su trabajo como operadora de calzado.

Sus redactoras sostienen que es el primero en su tipo en América Latina. Este periódico es sumamente original en su carácter de expresión independiente de una corriente feminista fusionada con una orientación revolucionaria y proletaria.

   La Voz de la Mujer es la típica publicación de época; pequeño, semiclandestino y efímero, publica solamente nueve números. Su lema lo confirma: Aparece cuando puede. La fecha de su muerte no se registra pero ha heredado a la humanidad el derecho a que las mujeres trabajadoras tengan condiciones dignas para desarrollar su actividad laboral.

Bolten, Virginia (R. Argentina 1872-1969)

Esta mujer legendaria aparece por primera vez en la escena pública en la ciudad de Rosario liderando la manifestación del 1º de mayo de 1890 a la cabeza de las columnas sosteniendo las banderas de lucha, todo un gesto a finales del siglo XIX. En la bandera que ella sostenía podía leerse: “Primero de Mayo Fraternidad Universal”. Fue oradora principal durante la manifestación que se realizó en la Plaza López, en el centro de la ciudad y marchó junto a su compañero Manuel Manrique, andaluz del gremio de zapateros, otro orador de fuste que también habría escrito piezas filodramáticas. La policía reprimió y Bolten fue detenida e identificada   como agitadora bajo el cargo de atentar contra el orden social. De hecho, se había convertido en la primera mujer argentina en hablar en un acto público.
Virginia Bolten nació en San Luis en 1872. Su padre fue Enrique (o Federico) Bolten, un alemán procedente de Chile que comerciaba por los campos de las provincias andinas. Su madre fue Dominga Sánchez, hija de un estanciero de San Luis, alejada de su familia a partir de su unión con Bolten. Tuvo tres hermanos, Dominga, Manuel y Enrique. Del padre se decía que había tenido “ideas avanzadas” y que había abandonado Alemania en 1850 a causa de la represión posterior a la revolución de 1848. Sus padres se separaron cuando ella era chica y no se sabe cómo llegaron a Rosario ella y sus hermanos donde comenzaron a trabajar. Virginia se convirtió en Rosario, donde vivió quince años, en un símbolo de la lucha social y el feminismo.

En 1900 fue detenida nuevamente junto a Teresa Marchisio por distribuir propaganda anarquista a las puertas de las fábricas.
El Rosario de la época, llamado “la Barcelona argentina” por su efervescencia anarquista, era un gran polo industrial con centros fabriles suburbanos y barrios obreros donde la carencia, la explotación y la insalubridad eran el cuadro general. Virginia, empleada desde su adolescencia como aparadora de calzado en una de esas fábricas de donde es echada por agitadora, vivía en aquel ambiente del Barrio Refinería del cual surgiría la  mayor mayor resistencia obrera del país. Hacia el 900 se encuentra militando en la famosa

Refinería Argentina del Azúcar, al noroeste de Rosario, donde se iniciará la gran huelga de trabajadores de 1901.

Fue conocida entonces como la “Luisa Michel rosarina”, tal como lo atestigua Bialet-Massé, debido a la fogosidad de su arenga.
A principios de 1901 dirigió la Comisión Femenina de Huelga que se creó en ocasión de la lucha iniciada por obreros de la Refinería y seguida por los de Luz y Fuerza, Obras Sanitarias de la Nación y Compañía de Aguas Corrientes. Estas huelgas se mantuvieron hasta 1905 y fueron apoyadas, en defensa de los trabajadores que reclamaban reducción horaria y aumento salarial, por el dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, de ideología anarquista y también por Lisandro de la Torre y otros notables socialistas. En 1901 se formó el comité obrero para la coordinación de la huelga organizado por nacionalidades y en “solidaridad al Congreso Obrero y Socialista de París” que quedó constituido en la calle Rioja de Rosario, en el café La Bastilla. Como asidua parroquiana se la podía hallar a Bolten interactuando con esa dirigencia en este café.

Pero Virginia Bolten ya había desafiado a la sociedad con su participación en la publicación, de 1896 a 1897, del periódico anarcofeminista La Voz de la Mujer, que aparecía de modo semiclandestino entre Rosario y Buenos Aires y se financiaba a través de suscripciones de compañeros. El principal objetivo de La Voz de la Mujer fue la concientización sobre el sometimiento de la mujer, su explotación por parte de la familia y de la patronal, ya que sus sueldos eran más bajos que los de los hombres.
Su lema era “Ni Dios, ni Patrón, ni Marido”. Bolten nunca firmó ningún artículo en este periódico aunque se reconoce su discurso bajo el uso de seudónimos. Aparecieron nueve números de la publicación, el último el 1º de febrero de 1897. Les costaba mucho sacarlo, aparentemente estas anarcofeministas no tuvieron toda la financiación que necesitaban y por ello tuvo corta vida, un hecho por otra parte común a las múltiples revistas obreras, no limitado a las publicaciones feministas. Los originales de La Voz de la Mujer fueron recuperados por Max Nettlau, quien los donó al Instituto de Historia Social de Ámsterdam, donde se encuentran, aunque el número seis se haya perdido.
En 1899, formando el grupo “Las Proletarias” de Rosario con Teresa Marchisio y María Calvia relanzan La Voz. La línea ideológica de La Voz de la Mujer seguía el anarco-comunismo, los predicamentos de Luisa Michel y el anarcofeminismo de Emma Goldman, lo cual significó un auténtico pensamiento de vanguardia para la región del Plata, no aceptado fácilmente por los compañeros ni por las mismas obreras muy apegadas en aquel tiempo a los sentimientos de familia y maternidad. En este sentido, Bolten fue un faro solitario que se adelantó en varias décadas a su época, planteando la problemática de género desde fundamentos teóricos y éticos que serían abordados más ampliamente con posterioridad.
La Protesta Humana sigue su trayectoria durante 1900 e indica que Virginia Bolten fue oradora en la inauguración de La Casa del Pueblo, centro anarquista de Rosario, como representante del periódico La Voz y que habló entonces de la necesidad de unión para conquistar los derechos de las mujeres. El 26 de enero el mismo periódico informó que Virginia, en representación del diario socialista El Heraldo, ha tenido una “controversia pública” en La Casa del Pueblo con el director del diario La
República por haber éste difamado a los anarquistas.

El 24 de octubre de 1901 fue oradora en el acto contra el asesinato del austríaco Cosme Budislavich, primer mártir obrero durante las huelgas iniciadas en Refinería. En marzo de 1902 el diario La Protesta Humana se refi rió a Virginia Bolten auspiciándole éxitos en la gira que emprendió por los pueblos del interior para hacer propaganda libertaria.

 

Ese año encabezó la marcha del 1º de Mayo en Rosario, en la que también participó
el dramaturgo Florencio Sánchez y dio varias conferencias en
Zárate. En 1903 desarrolló una agenda vertiginosa. Para la conmemoración del 1º de Mayo, residió en Montevideo donde fue oradora y a su vez, poco después, hizo en San Nicolás (provincia de Buenos Aires), un mitin en el que habló sobre la condición femenina. El 8 de agosto de 1903 dio en Zárate la conferencia “Violencia justificada”. El 9 de agosto dictó en La Plata una conferencia sobre el rol de la mujer. Luego otras tres conferencias feministas en Zárate y el 17 de agosto se presentó en Villa Constitución.

Viajó entonces a Santa Fe donde se presentó el 22 y 23 de agosto; de allí siguió su gira por Rafaela, Rosario y Buenos Aires. En Buenos Aires asistió el 31 de agosto a la fiesta de aniversario del Sindicato de Portuarios, realizada en el Teatro San Martín.

En Buenos Aires asistió el 31 de agosto a la fiesta de aniversario del Sindicato de Portuarios, realizada en el Teatro San Martín.
En 1904 apareció en Buenos Aires actuando con la FORA en el conflicto del Mercado de Frutos, liderando un Comité de Huelga Femenino. Este año sufrió problemas de salud ya que el grupo  filodramático “Germinal”, del que también participaba, solicitó ayuda a los compañeros para asistirla. En 1905 la encontramos en Tandil hablando en un teatro. Allí entró la policía para impedir su conferencia, pero al no lograr hacerla callar y levantándose la audiencia indignada por la intromisión, un escribiente policial disparó tiros contra la platea. Hubo varios heridos entre los asistentes, muchos de ellos ni siquiera obreros, ya que la llegada de Bolten producía curiosidad entre los vecinos de esas localidades, que se movilizaban para escucharla. En ese año colaboró con el periódico anarquista comunista El Combate de Montevideo.

En 1906 junto a Juana Rouco y demás compañeras creó el Centro Femenino Anarquista en Buenos Aires que tendrá protagonismo central en la Huelga de Inquilinos de 1907, lucha por la cual muchas de ellas serán deportadas aplicándosele la Ley de Residencia.
Virginia Bolten fue una líder sobresaliente de la primera generación de anarquistas que tenía como eje ideológico el anarcocomunismo en el orden de la economía y el gremialismo en la estrategia política.

A ello el grupo “La Voz de la Mujer” (un colectivo de mujeres que sobrepasa en tiempo a la publicación de La Voz), privilegió al anarcofeminismo como objetivo primordial. Estas mujeres hicieron de la militancia una verdadera religión y del anarcofeminismo una vanguardia teórica con respecto al género que sería atendida por el
pensamiento académico hacia el final del siglo xx.
Bolten desarrolló su militancia en Rosario, Buenos Aires y Montevideo. En el Uruguay comenzó a actuar a partir de 1903 en viajes en los que supuestamente se reunía con su compañero deportado Manuel Manrique, quien, para algunos, ya residía allí desde 1902, estrenando la nueva Ley de Residencia que permitía a la Argentina la expulsión de extranjeros. En este período que va de 1902 a 1907 Virginia vivió alternativamente entre la Argentina y Uruguay. Entró y salió clandestinamente del país varias veces, apareció en pueblos del interior de Argentina, dio conferencias y participó en actos en uno y otro lado del Plata.

Ese itinerario es difícil de reconstruir pero muestra la marca de la militancia anarquista de la primera década del 900 bajo la fuerte represión del gobierno argentino, la mayor liberalidad uruguaya bajo la presidencia de Batlle y Ordoñez (1903-1907) y la furibunda resistencia ácrata junto a los obreros en las grandes huelgas del período. Lo interesante respecto de Bolten es que desarrolló esta actividad extenuante siendo para entonces madre de por lo menos cinco hijos.
Aunque algunos investigadores creen que Bolten fue deportada en 1905, está probado que es a partir de 1907 que fija su residencia en el Uruguay. Con el grupo formado con Juana Rouco y María Collazo, también deportadas de Buenos Aires después de la Huelga de Inquilinos, editan en Montevideo la revista quincenal La Nueva Senda en 1909. Ese mismo año Bolten participó en Montevideo de la manifestación del 1º de mayo como disertante y fue oradora en el acto de repudio al fusilamiento en Montjuich del pedagogo libertario catalán Francisco Ferrer y Guardia realizado el 13 de octubre. Apoyó además a la anticlerical asociación feminista uruguaya “Emancipación”.
Afianzada ya en el país oriental, adhirió al comienzo de la tendencia dentro del anarquismo que apoyó al Partido Colorado como vanguardia contestataria para la segunda presidencia de Battle (1911-1915). Fue lo que se llamó “anarcobatllismo”, que consistió en una alianza nacida de la simpatía del presidente Batlle por el movimiento anarquista y el apoyo de éstos a los proyectos de nacionalización del capital extranjero y transformación del Estado en laico. Entre los anarquistas deportados de la Argentina se produjo este fenómeno de adhesión a la política battlista; entre ellos están E. Clerici, F. Berri, Troitiño, Zamboni (ex redactor de La Protesta) y Virginia Bolten, que son duramente criticados desde La Protesta de Buenos Aires dirigida entonces por Teodoro Antillí, quien los identifi có como “la desviación uruguaya”.

Este acercamiento de Virginia al batllismo no fue perdonado por algunos sectores y de hecho el periódico El Socialista la calificó de traidora a la causa obrera.
El último accionar público de Bolten en Montevideo en las filas del anarquismo se registra en 1923 participando en la actividad del popular y prestigioso Centro Internacional de Estudios Sociales, cuna de la intelectualidad ácrata montevideana. A fines de los años veinte hay evidencias de que adhirió a la agrupación anticapitalista “Principismo Battlista Avanzar” creada en 1929 por el político Julio César Grauert. La casa de los Manrique-Bolten funcionó entonces como comité.

En los años posteriores, esta mujer excepcional parece haber llevado una vida más tranquila dedicada a su familia y también a su barrio. Aunque no se viera documentado hay versiones que aseguran que Manuel Manrique y Virginia contrajeron matrimonio. Tuvieron ocho hijos, todos adornados de legítimos nombres ácratas: Zulema; Liber Urano (1898), Themis, Hume Mayo (1904), Acracia, Helios (1908), Hildara y Esmirna Olga (1915). La primera vivienda que tuvieron en Montevideo estaba en el Cerrito de la Victoria, en la llamada “Curva de la (calle) Industria”, sobre la calle Pablo Pérez. Allí Manrique era muy popular, se le llamaba “Alcalde” del barrio por su involucramiento en las necesidades vecinales. Se dedicaba a pintar
cuadros y a la apicultura. Cuidaban de una huerta y de las gallinas.

La segunda casa a la que se mudaron estaba en el barrio Jardines de la Manga. A Virginia siempre le gustó cultivar rosas.

Manrique falleció en 1954. Virginia el 23 de julio de 1969; vivió noventa y seis años. Hay descendientes suyos en el Uruguay que curiosamente desconocían el pasado de lucha de “los abuelos”, como se los llamó en el barrio. Virginia Bolten jamás hablaba de su origen, ni de sus años de juventud, ni de su militancia aguerrida, seguramente por razones de seguridad, pero poniendo también de manifiesto la fortaleza y hermetismo de su carácter.

“Ni Dios Ni Patrón Ni Marido”

La película ‘Ni Dios, ni patrón, ni marido’ narra los hechos que culminaron en la creación de “La Voz de la Mujer” en 1886, el periódico anarcofeminista desde el cual un grupo de pioneras bregaba por el amor libre, la igualdad de derechos y el fin de toda dominación cuando aún no despuntaba el siglo XX.
El periódico “La Voz de la Mujer” es el primero en Latinoamérica que englobó las ideas anarquistas y feministas.

Obra

La Nueva Senda, Montevideo, 1909.

Bibliografía:

Mabel Belluci. “Hembras, anarquistas y de armas llevar”, en Fin de siglo Nº 6, 1987. 34-36.

Cristina Guzzo. Las anarquistas rioplatenses. 1890-1990. Phoenix, Orbis Press, 2003.

Luis Hierro Gambardella. “Doña Virginia”, en El viento y la siembra. Montevideo, Acoli Editorial, 1981. 53-88.

Maxine Molyneux. “Ni Dios, Ni Patrón, Ni Marido. Feminismo anarquista en la Argentina del siglo xix”. La voz de la mujer. Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 1997.11-40.

Yamandú González Sierra. “Virginia Bolten”. Trabajo y utopías.
Montevideo Nº 5.