Palestina llora sangre en los niños que mueren asesinados sin piedad  en los brazos de sus padres, impotentes y desesperados brazos.

Israel pasó de ser un estado asesino, como siempre lo fue, para ser un estado descaradamente infanticida. ¿Qué pasó ahí? Simple respuesta: si los niños son los adultos del mañana, matando a los niños palestinos, mañana ya no habrá más palestinos, sobre todo en la franja de Gaza, franja que no es, nunca lo fue, del estado de Israel.

Aniquilar población civil, mujeres y niños sobre todo, permite avanzar, ocupar, instalarse, ya que los hombres, si no son ancianos, están en el frente y en la primera línea de batalla. Y si hay hombres ancianos mucho ya no van a vivir, son prácticamente descartables.

Colombia está desmadrada en un paro nacional sin par en extensión y en duración y amplitud y jamás nunca, en ningún gobierno constitucional, hubo tantos muertos y heridos fruto de la represión organizada frente  a la población civil. 

La represión de la protesta social y popular a manos de las fuerzas de seguridad estatales es algo que hemos visto, lamentablemente, en distintos períodos en nuestro país. La última grande y grave que recuerdo fue cuando durante el gobierno de Mauricio Macri se terminó de votar la reforma jubilatoria en el Congreso Nacional con golpes y palos y gases y chorros de agua a pobres ancianos jubilados que estaban en la plaza del Congreso protestando para poder salvar lo poco que podían llegar a salvar de una jubilación que podía llegar a ser miserablemente digna… No lo lograron…. La ley les pateó en contra, haciéndolos caer de sus bastones y andadores….Como epílogo les tiraron encima todas las fuerzas de seguridad para que no sigan protestando, con el agravante que lesionaron malamente y llevaron presos a muchos periodistas que cubrían la noticia…

Parecía que pegarle a un anciano era un mérito propio del partido amarillo de ese entonces, partido que fue sumando adeptos y terminó en un frente común con la gente que piensa (se supone) de la misma forma, o con los que se suman para conseguir algún carguito, como usualmente sucede…

Algo así pasó en Chile durante las protestas sociales y populares durante el gobierno de Piñera, parecía un mérito de los carabineros chilenos apuntarle a los ojos a los estudiantes jóvenes (¿será para que no estudien más?). Pensar, como dijo mi abuela, piamontesa y campesina, siempre fue peligroso, sobre todo si sos  joven y encima mujer…

Como para que no quede ningún tipo de duda al respecto, muchos  carabineros chilenos, y muchos policías y soldados colombianos, se esmeran en violar mujeres, después de apalearlas, si pueden las matan, más si saben, que son dirigentes estudiantiles universitarias o secundarias (Videla pensaba lo mismo, calles más, calles menos).

Mi abuelita no padeció a Videla, al menos no de esa forma, pero la tenía bien clara la viejita, peor era hacia fines del penúltimo siglo…Fueran las fuerzas de seguridad o no…

 “Pero una mujer tiene que estudiar, siempre…”, sostenía infalible, mientras le daba al crochet para arriba y para abajo y leía y escribía todo lo que podía.

 Los derechos humanos no parecen ser de nadie, al menos, en la práctica real de las cosas, de cómo se cocinan, a la hora de la represión de los gobiernos fascistas para con la población civil.

El germen del fascismo, su engendro y reproducción, se ve en forma casi documental y muy didáctica, por cierto, en la película “Sostiene Pereira”, una joyita del cine interpretada por Marcello Mastroianni y dirigida por Roberto Faenza. La película está basada en la novela de suspenso del mismo nombre, del escritor italiano Antonio Tabucchi, editada por Feltrinelli en 1994. La película se estrenó en 1995 y narra las desventuras y/o aventuras del director del suplemento cultural de un diario portugués (Mastroianni) a punto de jubilarse, que entabla relación con un joven periodista que quiere publicar notas (el muchacho es un militante revolucionario antifascista, pero más revolucionaria es su novia) abiertamente “impublicables” según lo que sostiene Pereira (Mastroianni). 

No hay ninguna duda de que el muchacho escribe espléndido, pero tampoco hay duda, de que si publican eso, destruyen el diario y los matan. La película está situada en la Lisboa de 1938 en pleno régimen dictatorial salazarista. Desnuda abiertamente las tácticas pedagógicas del fascismo en las escuelas y en las calles de la ciudad. Todavía Franco no ganó la guerra civil en España ni todavía se inició la Segunda Guerra Mundial pero queda muy al desnudo la situación general de la Europa de ese momento. A partir de tantas idas y vueltas del diario y de tantas correcciones y rebotes respecto de los artículos que el joven pretende publicar, se entabla entre ellos una relación quasi filial- paternal, además de una innegable admiración que el periodista viejo engendra hacia su joven colega. La película, como es de suponer, termina con el ataque de fuerzas parapoliciales al departamento del muchacho, quienes logran asesinarlo durante un interrogatorio brutal lesionando también gravemente a Pereira que allí estaba.

Esta situación lo obliga a tomar partido, y el viudo y enfermo Pereira, toda la vida gris, pasa a tomar color rejuveneciendo unos cuantos años y curándose de golpe. Publica, antes de irse del diario, una nota explosiva, abiertamente antifascista, que denuncia  abiertamente todo lo que la película va mostrando desde su inicio.

Algo así se ve, claramente, por más que no es el centro de la película, en la película Roma de  Alfonso Cuarón, estrenada en 2018. La película se centra en Cleo, la nana indígena que entra a los 14 o 15 años por intermedio de una prima a servir cama adentro a una familia clase media alta que tiene cuatro niños. Cleo queda embarazada de un paramilitar del grupo de Los halcones, quien “se borra” al saber su estado. Si bien su patrona la lleva a hablar con él, él la ataca brutalmente y niega toda responsabilidad respecto de su embarazo. En esa escena Cuarón retrata las hordas parapoliciales practicando artes marciales en un campo de entrenamiento propio. En otra escena, la patrona le dice a Cleo que la va a llevar a comprar una cuna para el bebé (la acompaña durante toda la gestación) y en ese momento ocurre una manifestación estudiantil que es violentamente reprimida por los parapoliciales y algunos estudiantes se refugian en la mueblería donde ellas están eligiendo la cuna. Fermín (el parapolicial ultramacho que practicaba artes marciales, padre del hijo de Cleo) entra a reprimir a la mueblería, la ve y no puede matarla, pero sí hacen un desastre con sus compañeros en el negocio, con lo cual Cleo rompe fuente y la patrona la lleva urgente a parir al hospital con el auto. 

Este Fermín que aparece como al pasar por la vida de Cleo, desnuda el patriarcado violento mejicano, sumado en tanto autoridad parapolicial de un régimen determinado. Lo que muestra al pasar la película, es “la masacre de Corpus Cristi” ocurrida el 10 de junio de 1971 en donde murieron asesinados a tiros más de 120 estudiantes universitarios mejicanos. El presidente de entonces, Luis Echeverría Álvarez y las autoridades oficiales negaron el suceso, nadie se responsabilizó y no se investigó el hecho ni desde la justicia ni desde el gobierno. Ese día, fue llamado “el halconazo” ya que  fueron los parapoliciales de Los halcones, entre los cuales estaba el Fermín que aparece en la película, los que masacran a los estudiantes.

El engendro del fascismo nazi se ve en una película anterior a las que ya cité, llamada “El huevo de la serpiente”, estrenada en 1977 y dirigida por Ingmar Bergman. Dicha película está ambientada en el Berlín de 1923 y tira las cartas sobre la mesa mostrando el inicio del nazismo en su propia esencia. 

La miniserie Berlín Babilonia, emitida en The films arts., está ambientada en la misma época y tiene puntos de contacto con esta película. 

 Si bien se quiere mostrar los asesinatos entre palestinos e israelitas como una guerra religiosa que no tiene fin y es desde hace milenios, el Estado de Israel está pretendiendo hacer en Palestina, sobre todo en Gaza, lo mismo que Hitler quiso hacer con ellos en la Shoá: una limpieza étnica. No hay relación entre el poder militar israelí, apoyado desde siempre por los Estados Unidos de Norteamérica y el poder militar palestino, y sí entiendo, queda al descubierto por las noticias, no las más recientes, sino las que escuchamos desde hace años, que el bombardeo israelí sobre la población civil en la franja de Gaza, sobre todo el infanticidio llevado a cabo sin prisa pero tampoco sin pausa, forman parte de una limpieza étnica que el estado de Israel, viene llevando a cabo, también desde hace años, sin ningún tipo de intervención pacifista de ningún organismo internacional de ningún tipo. 

También están ausentes con aviso tanto la ONU como la OEA, y los organismos de derechos humanos en todos los atentados contra población civil por parte de fuerzas de seguridad durante manifestaciones de protesta callejera tanto en Chile, como en Colombia, como en El Salvador y Honduras y en la mayor parte de América latina, convulsionada  durante estos últimos años por gobiernos abiertamente de derecha, que no niegan su admiración por Hitler y sus secuaces (como pasó con Jeanine Áñez en Bolivia y como pasa en Brasil con Bolsonaro)

 La Historia es una rueda que gira y gira, y, va construyendo, cada vez, pelotas de fascismos más gigantes…