Por Sergio Rinaldi (Periodista Ambiental)  Coordinador General del «Taller de Comunicación Ambiental (Rosario)  

ESTUVIMOS NUEVAMENTE EN EL RAINBOW WARRIOR

El barco insignia de Greenpeace, el Rainbow Warrior lll visitó nuevamente nuestro país. Ya había estado en el puerto de la ciudad de Buenos Aires en el año 2012 cuando las oficinas locales de la organización cumplieron los 25 años. Ahora en el mes de abril pasado nuevamente llegaron a nuestro país, y está vez fue porque ya transcurridos cinco años de la última visita las oficinas cumplieron los 30 años de vida.

Desde hace unos años el Rainbow Warrior III es el nuevo emblema de esta organización a nivel mundial. Este barco fue inaugurado y se sumó a la flota de barcos como sucesor de dos barcos anteriores que llevaban el mismo nombre (Rainbow Warrior y Rainbow Warrior II).   Fue bautizado el día 14 de octubre de 2011, con motivo de la celebración de los 40 años de Greenpeace. Ha sido especialmente diseñado y construido desde cero para que sea sostenible y ecológico. Es propulsado principalmente por velas de 1260 metros cuadrados para reducir lo máximo posible su impacto ambiental. Mide 58 metros de largo y pesa 872 toneladas, fue diseñado  según los estándares medioambientales más altos. A esas velas de 1260 metros cuadrados las sostienen  mástiles de 55 metros de altura con armazón en forma de A lo que permite optimizar la navegación. Además, cuenta con un completo equipamiento y herramientas de acción, entre ellos cuatro embarcaciones inflables (los famosos gomones con los que interceptan otras embarcaciones) y las instalaciones para un helicóptero, a la vez que proporciona alojamiento y equipos de comunicación con la última tecnología. Cuenta con tratamiento biológico de aguas residuales y aguas grises. Tiene una central de ventilación y sistema de llenado de combustible y aceites para evitar derrames. Y su pintura no es contaminante. Cuando hay condiciones climáticas adversas, cambia al motor de potencia de propulsión diesel-eléctrica,  y en el caso de tempestad simplemente se cierra como un submarino y la nave flota sobre las olas.

En ese invierno del 2012 cuando estuvimos en el barco el capitán era Peter Willcox que también era el capitán en el número l cuando fue hundido en 1985 por el servicio secreto francés justo cuando aprestaba a partir hacia Mururoa para detener los ensayos nucleares que Francia estaba realizando.

Era lógico que por nuestro compromiso y apego a la organización debíamos participar y estar en la cubierta de este barco. Y fue así que el 19 de julio y por una gentil invitación que nos llegara desde las oficinas centrales en Buenos Aires estuvimos en este emblema de la organización. Fue realmente emocionante caminar por su cubierta y también una enorme alegría encontrarse con tantos comprometidos compañeros y compañeras con los cuales y en cierta forma reafirmamos en ese lugar el compromiso de lucha ambiental que uno tiene para con este bello pero malherido planeta azul.

LA NUEVA VISITA EN ESTE AÑO 2017

Como aquella ocasión en el 2012 nuevamente teníamos que estar en este símbolo de la lucha ambiental. Fue así que el 13 de abril, jueves santo, partimos junto a mi hijo Pedro a esta nueva visita que ya habíamos pautado con la gente de prensa de la organización. Fue para nosotros un enorme orgullo y pasión caminar por su cubierta y otras partes interesantes del barco guiados en forma personal por los encargados de prensa. Y fue también muy emocionante poder nuevamente charlar y grabar una nota a Noemí Cruz, una de las coordinadoras de la campaña de bosques de Greenpeace aquí en nuestro país.

El Rainbow Warrior es uno de los tres barcos que integra la flota de Greenpeace junto al Esperanza, barco en el cual estuvimos en enero del 2016 cuando visitará la ciudad de Rosario, el Artic Sunrise, que también estuviera en nuestra ciudad en el ya lejano año 2000.

El Rainbow Warrior es un verdadero guerrero que denuncia crímenes ambientales en todo el mundo, y llegó a Buenos Aires para conmemorar los 30 años del trabajo de Greenpeace por la defensa ambiental en el país. Por eso fue muy bueno y acertado por parte de la organización que en el contexto de la visita del icónico barco damnificado por la destrucción de bosques nativos y glaciares expusieran en el mismo barco.

Allí estuvieran Nelly Véliz del MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero), junto a Diego Seguí y Saúl Zeballos de la Asamblea Jáchal No Se Toca de San Juan.

“Desde Greenpeace trabajamos hace muchos años por la protección de los bosques y los glaciares. Fuimos promotores, junto a otras organizaciones y las comunidades, de las leyes de bosques y glaciares. Pero, lamentablemente, estas normativas son violadas constantemente por funcionarios y empresarios”, dijo una de nuestras anfitrionas Noemí Cruz, miembro del área de campañas de Greenpeace.

Nelly Véliz se manifestó sobre los desmontes ilegales en Santiago del Estero, donde las comunidades campesinas son violentadas por proteger los bosques:”Los desmontes en Santiago se realizan vorazmente en zonas catalogadas como rojas y amarillas, que deberían ser preservadas por lo estipulado en la ley nacional de bosques. Los campesinos hemos defendido el monte y hemos sido atacados en muchas ocasiones por protegerlo y vivir de él tomando lo necesario sin afectarlo. Por eso todos juntos podemos defender estos bosques de una riqueza única”

A su vez, la destrucción de glaciares en San Juan fue otra de las problemáticas que se trató en esa oportunidad. La mina Veladero de la empresa Barrick Gold, que provocó en los últimos 18 meses tres derrames, fue responsable de la contaminación de 5 ríos de la provincia. Fue así que Saúl Zeballos, de la Asamblea Jáchal No Se Toca de San Juan, se refirió a la responsabilidad de las autoridades en este conflicto.

“Todos los funcionarios nacionales y provinciales nos han abandonado, cuando en realidad están obligados a defendernos del avance de la minería porque la ley de glaciares así lo exige. Estamos luchando por nuestros glaciares, por el agua que es de todos. Ya nuestras fuentes hídricas están contaminadas con metales pesados y sustancias tóxicas”.

El Dr. Diego Seguí, abogado querellante de la asamblea, dijo: “Veladero está sobre área periglaciar. Y la ley nacional de glaciares es clara al estipular que no puede haber minería sobre glaciares. La función de estos ecosistemas es fundamental para la región andina central ya que regulan los cursos de agua de los ríos. Además, este emprendimiento está ubicado en la reserva de biosfera de San Guillermo. Por eso, todos debemos exigir que se cierre Veladero”.

En está ocasión fueron 16 los tripulantes que llegarón en el barco comandados por el capitán catalán Pep Barbal Badía. Otro catalán también es Emili Trasmonte, primer oficial en el barco, navega desde el año 2009. También hay tripulantes de nuestro país, hermanos chilenos, españoles, ruso, alemán, panameño, italiano, libanés, estadounidense y fijiano. El jefe de cocineros, Daniel Bravo, de México, es quién vino a nuestra ciudad en el «Esperanza» en enero del 2016 y quién ese momento cargo la cocina del barco con los productos agroecológicos de las huertas rosarinas.

DATOS QUE NOS APORTA LA ORGANIZACIÓN BAJO EL TÍTULO DE «CONOCE LA HISTORIA DETRÁS DEL BARCO INSIGNIA DE GREENPEACE.

RAINBOW WARRIOR l (1978)

Construido en 1955, el primer barco Rainbow Warrior fue un barco de arrastre originalmente llamado Sir William Hardy. Sirvió al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación hasta 1977. Fue el primer barco diesel eléctrico construido en el Reino Unido. Greenpeace tardó ocho meses en recaudar el dinero necesario para un pago inicial del 10% de la nave. El saldo se debía abonar en 60 días. Con el tiempo, las esperanzas de comprar el barco disminuyeron. Pero cuando la sucursal holandesa del Fondo Mundial para la Vida Silvestre aceptó ayudar a financiar una campaña para salvar a las ballenas, Greenpeace había adquirido su primer buque en Europa por £ 40,000.

Greenpeace International lanzó el barco en 1978 como Rainbow Warrior (Guerrero del Arco Iris) basándose en una leyenda de los indios Cree: “Llegará un tiempo en que los pájaros caerán del cielo, los animales de los bosques morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, hombres de todas las razas y pueblos se unirán como guerreros del arco iris para luchar contra la destrucción de la tierra”.

En 1985, el primer Rainbow Warrior fue hundido a raíz de dos bombas colocadas en el buque por espías del servicio secreto francés. El atentado se cobró la vida del fotógrafo Fernando Pereira, quien era parte de la tripulación. El buque insignia de la organización se dirigía a protestar contra las pruebas nucleares de Francia en Mururoa. Monsieur Hernu, Ministro de Defensa, dimitió y el Primer Ministro, Laurent Fabius, admitió que el servicio secreto francés había ordenado el ataque al Rainbow Warrior.

Mafart y Prieur, los acusados ​​de asesinato e incendio provocado, se declararon culpables en el Tribunal Superior de Auckland por menores cargos de homicidio y daños intencionales. Fueron sentenciados a 10 y 7 años de cárcel. Un Tribunal Internacional condenó a Francia a pagar una indemnización a Greenpeace por el hundimiento del buque ($ 8.16 millones de dólares). El gobierno francés también pagó una compensación a la familia de Fernando Pereira. Además, tuvo que «pedir disculpas» por el bombardeo, mientras que las penas de Prieur y Mafart se redujeron a tres años. El dinero recibido permitió a la organización adquirir un nuevo barco, que fue bautizado Rainbow Warrior II y siguió el camino de su predecesor.

RAINBOW WARRIOR ll (1989)

Fue construido en 1957 como pesquero de arrastre. Greenpeace lo adquirió en 1989 y lo reconstruyó. Ese mismo año se cumplía el cuarto aniversario del hundimiento de su predecesor. El Rainbow Warrior II se diseñó con el objetivo de minimizar al máximo su impacto sobre el medio ambiente. Su posibilidad de navegar a vela y su dotación de paneles solares permiten un importante ahorro de combustible. El 10 de julio de 1989 fue lanzado al agua en Hamburgo, Alemania. Inmediatamente, inició una gira europea y se preparó para una campaña pacífica contra las redes de deriva.

 RAINBOW WARRIOR lll (2011)

En 2009 Greenpeace Internacional firmó un contrato con el astillero Fassmer para construir el Rainbow Warrior III. Es el primer buque de la flota de Greenpeace con diseño personalizado y construido desde cero teniendo en cuenta la sostenibilidad. Fue construido con los más altos estándares ambientales. El Rainbow Warrior III es un velero que cuenta con una completa gama de equipos de seguridad y herramientas de acción, entre ellos, cuatro embarcaciones inflables, instalaciones para el aterrizaje de un helicóptero y una plataforma de comunicación con la última tecnología. El barco fue construido principalmente para navegación (utilizando energía eólica en lugar de combustibles fósiles), con la opción de que, en condiciones climáticas inadecuadas, pueda cambiar al motor de potencia de propulsión diesel-eléctrica. A estas condiciones se suman estas características: la forma del casco ha sido diseñada para maximizar la eficiencia energética, cuenta con un mástil y velas con armazón en forma de A lo que permite optimizar la navegación, puede realizar el tratamiento biológico de aguas residuales y aguas grises, tiene una central de ventilación y sistema de llenado de combustible y aceites para evitar derrames y además, la pintura no contamina. Toda la financiación para la construcción del buque provino de donaciones de individuos. Greenpeace no solicita ni acepta fondos provenientes de empresas o partidos políticos. El Rainbow Warrior III entró al agua por primera vez en julio de 2011. Fue bautizado el 14 de octubre de 2011 en Bremen, Alemania, con motivo de la celebración de los 40 años de Greenpeace. El barco visitó por primera vez nuestro país en el año 2012, con motivo del 25 aniversario de la organización.

CURIOSIDADES

El actual Rainbow, al que la propia tripulación llama “Old Lady” (la vieja dama) tiene algunas peculiaridades y leyendas.

Campana y prismáticos: el recuerdo del primer RW, está muy presente en su

sucesor. En el mess room, comedor y lugar de reunión y trabajo, la foto de Fernando

Pereira ocupa una de las paredes. En el puente hay unos prismáticos que se

rescataron del mar, que todavía funcionan. Además, está la campana del anterior

buque, que sólo suena para alertar si el barco se va a pique. Dentro de la

Superstición marinera nunca debe tocarse pues cuando suena, su significado es claro.

Dave: el habitante más célebre del barco se aloja en la proa: Dave, el delfín de madera.

Sobre él circulan varias leyendas. Una dice que era un delfín que acompañaba al barco y que, para ser parte de la tripulación, pidió a Neptuno ser de madera para estar siempre en el barco. En realidad, es un regalo de un voluntario alemán que, se dice, dejó en su interior un mensaje de buena suerte y una botella. Sobre el origen de su nombre (diminutivo de David en inglés) también hay varias versiones: que proviene de David McTaggart, figura fundamental dentro de la Greenpeace y otra que hace referencia a la lucha de David contra Goliat que, cada día, lleva a cabo la organización.