Por Scotti
Mempo Giardinelli es –más allá de su actividad pública y comprometida con el país- uno de los escritores fundamentales de la literatura argentina, y este libro de cuentos avala tal afirmación. El volumen, aparecido recientemente (en 2016), reúne un conjunto de 16 relatos, en su mayoría estupendos, algunos publicados tiempo atrás y otros nuevos, inéditos, como el imperdible “Nabucco” que, afortunadamente para los lectores, el autor alcanzó a incluir a último momento en la edición. Tal como aclara él en un prólogo, el título “Chaco For Ever” (nombre de un popular club de fútbol de Resistencia) no remite al ámbito futbolístico (ninguno de los cuentos tiene ese perfil) sino que responde a un “berretín” personal: “Siempre quise escribir un cuento con ese título que homenajeara a mi padre, entusiasta hincha futbolero”, y quizá puede conjeturarse que es también una declaración de afecto hacia su tierra de nacimiento y residencia, donde él viene desarrollando un valioso emprendimiento cultural con sus Foros literarios y de fomento de la lectura.
El libro se abre con un relato policial de su etapa juvenil, muy bien llevado y resuelto, y que, con su violencia latente, y desenfrenada en el cierre, marca la tónica de todo el libro. En efecto, la violencia, como una especie de leitmotiv, signa las diversas historias y personajes. Esa violencia puede aflorar sin armas, casi salvaje, como en el segundo cuento, “Comelo”, en que los locos de un hospital atacan a mordiscones a un rutinario paseante. En el tercer cuento, “Jeannie Miller” (la historia de una “chica negra” norteamericana que viaja con una beca al Chaco, a Resistencia), la violencia asume la forma del repudio que sufre de parte de su enamorado y, más aún, emerge en el desenlace terrible al que ella se entrega. En “Tiempo de cosecha” (el quinto), un cuento notable, muy chaqueño y a la par muy universal por su conflicto (un personaje sencillo, miserable, que busca trabajo en alguna chacra y no lo consigue), el ataque violento estalla en las últimas páginas. Lo que distingue a este relato es el acertado empleo del diálogo, que remeda la entonación y pronunciación chaqueñas. Otros cuentos destacables son “Los traidores” (una historia de traición amorosa coronada por un atroz accidente y con un desenlace más violento incluso como resultado de un incontenible odio vengativo); “Luminoso amarillo” (un hombre llega en auto a un caserío toba para concretar la “compra” de una indiecita quinceañera, presumiblemente con el objeto de prostituirla), que sobresale por sus diálogos, tan escuetos como los personajes; “Tío Bob” (una historia entrañable, de corte autobiográfico, sobre un viaje del narrador-protagonista a Nueva York, donde por azar halla a un supuesto pariente italiano, quien, tras la fachada de una vida próspera y feliz, arrastra un doloroso episodio de matanza en la Segunda Guerra); “Km.11” (sobre un grupo de ex detenidos durante la última dictadura militar que en una celebración descubren la presencia de quien fuera uno de sus represores); “La perrita…” (otro cuento autobiográfico, acerca de un amigo de su padre que sufrió todo tipo de violencia en el Paraguay de Stroessner ante la indiferencia colectiva); y el ya mencionado “Nabucco”, que despliega de modo magistral el monólogo de un delincuente preso en el Sur, quien silba sin cesar para soportar el encierro y el frío y como un acto de rebelión frente a la violencia de los guardias. La presencia de lo violento –que no es un recurso efectista sino que responde a la época y sociedad en que vivimos y a la propia naturaleza humana- sitúa a los diferentes relatos “al borde mismo del género negro”, según se explicita en la contratapa del libro. Y esta fuerza unificadora coexiste con una amplia variedad temática (como se aprecia en los resúmenes precedentes); con variedad de escenarios(el Chaco, urbano o rural y, en menor medida, Buenos Aires y otros ámbitos); y con variados procedimientos narrativos (se privilegia el uso de la tercera persona y la narración en presente; se alternan con habilidad distintas formas de estilo directo e indirecto para el habla o pensamiento de los personajes; y en “Naturaleza…” se recurre a un original enfoque cinematográfico). En cuanto a los personajes principales (predominantemente masculinos), cabe señalar que no tienen estatura de héroes sino que, dentro de su variedad, son más bien seres comunes o anodinos, afectados por una catástrofe, ataque o tensión desmesurada. Así, el protagonista de “Los traidores”, antes de ser acosado por la tragedia y el resentimiento, es “silencioso y activo, sin ambiciones ni iniciativa especial para nada”. El único personaje más cercano al heroísmo es quizás el presidiario de “Nabucco” que, con su formidable discurso interior y sus gritos en un genuino crescendo, alcanza el clímax, el punto más alto del libro.