El pasado sigue abierto en el presente.

Por sueños colectivos inconclusos, por un lado.

Y por pesadillas impunes, por otro.

En una reunión en la sede del Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe en la ciudad de Reconquista, cabecera del departamento General Obligado, fui invitado a participar por los trabajadores del sindicato aceitero.

De parte de la empresa participó el hombre fuerte del grupo, Sergio “el Mono” Nardelli.

En aquellos días habíamos publicado una nota en la querida Agencia Pelota de Trapo donde contábamos las relaciones de Vicentin con el terrorismo de estado, las respuestas que todavía no existen sobre la desaparición de 22 trabajadores y los exiguos controles sobre puertos por donde la evasión, la elusión y otros delitos brillan por su ausencia.

Esa publicación, a través del celular, le llegó a Nardelli en medio de aquella audiencia de conciliación.

El clima se tornó denso. Me preguntó si yo había escrito eso. Le dije que si. Me dijo si estaba seguro y también le respondí afirmativamente.

Cuando terminó la audiencia, cada uno siguió su camino pero ambos desembocamos, como era altamente posible, en el bar “Cheroga”, el más emblemático de la querida ciudad del norte profundo santafesino.

Allí se me acercó y luego de enfáticamente hablar de sus concepciones democráticas me comentó que Vicentin había llegado a esta situación porque: “Mi mejor amigo me puso un tiro en la nuca”.

El mejor amigo de Nardelli, me dijo el hombre fuerte del directorio de Vicentin era Mauricio Macri.

Con el tiempo, en lo que fuera la primera visita de la Comisión de Seguimiento del tema Vicentin de la Cámara de Diputadas y Diputados de la Provincia de Santa Fe, a la sede de la empresa en Avellaneda, Nardelli repetiría el concepto.

El destino de Vicentin, por lo tanto, según aquella frase de Nardelli, era un proyecto conjunto entre el directorio y el ex presidente de la Nación.

La muerte de Nardelli, el 12 de agosto, fue un cimbronazo para la familia, el grupo empresarial y la política en general, especialmente la santafesina.

Algunas crónicas apuntaron que “ya en 2010, cuando era jefe de Gobierno Mauricio Macri viajó a Reconquista, Santa Fe, para solicitar el apoyo económico de los Nardelli.

La relación, sin embargo, se afianzó durante el gobierno de la última alianza entre el PRO, la Coalición Cívica y la UCR, uno de cuyos referentes, Javier González Fraga autorizó el año pasado el otorgamiento de créditos por 300 millones de dólares a Vicentin SA, a pesar de que la empresa ya había empezado a incumplir con sus pagos en agosto de 2019, y pese a que el monto de la deuda excedía los máximos autorizados por el Banco Central para un solo cliente”.

“El ascenso del PRO, como partido mayoritario de Cambiemos, corrió paralelo al de la cerealera Vicentin. Justamente cuando Macri desembarcó en la Casa Rosada, Alberto Padoán, principal socio de Nardelli en Vicentin, quedó al frente de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Durante la gestión del expresidente Macri la empresa protagonizó un crecimiento exponencial que la ubicó en el cuarto puesto entre las cerealeras más importantes del país, que le permitió obtener una ola de créditos irregulares de todos los bancos oficiales dominados por el PRO: el Nación en primer lugar, pero también el Provincia y el Ciudad.

Así, los hermanos Sergio y Gustavo Nardelli se convirtieron en los principales aportantes de las campañas macristas de 2017 y 2019. La cercanía llegó al extremo de que el nombre de Gustavo Nardelli fue medido para la carrera a gobernador en las elecciones que terminó ganando Omar Perotti”, remarcaban las notas periodísticas.

“En los pasillos del Banco Nación, en la época en que lo presidía Javier González Fraga, todos comentaban que la impresionante seguidilla de créditos otorgados a Vicentin, contra todas las regulaciones del Banco Central, no hubieran sido posibles sin el impulso decidido que llegaba del edificio ubicado a apenas 100 metros de la sede central del banco: la Casa Rosada”, terminaban diciendo los escritos.

Nardelli, al que se lo conocía con el apodo de “Mono”, era hijo de una Vicentin y nieto de uno de los fundadores del holding. Si bien durante el conflicto con el Gobierno no habló, era la cara visible de la empresa que en rigor conduce un directorio formado mayoritariamente por miembros de la familia y allegados.

Hace algunos años, Nardelli reemplazó a Alberto Padoán, otro integrante de la familia, como cabeza de la compañía. Estaba casado y tenía cuatro hijos.

Gustavo Nardelli, hermano del empresario fallecido, está siendo investigado en la causa del otorgamiento de líneas de créditos a Vicentin por parte del Banco de la Nación Argentina

Según relataron sus allegados, ese miércoles 12 de agosto, tras la reunión de Directorio por Zoom que se había extendido hasta últimas horas de la tarde, Nardelli salió a correr por Reconquista y luego sufrió un infarto masivo mientras se duchaba en su domicilio.

A pesar de que era hipertenso, nunca había presentado un episodio cardíaco, confiaron en su entorno. A los 59 años, el nieto de uno de los fundadores de la empresa se encontraba transcurriendo semanas muy agitadas por la posible quiebra que enfrentaría Vicentin y las múltiples causas judiciales que lo acechaban.

Nardelli comenzó a trabajar en Vicentin en 1987, tres años después de egresar de la Universidad Católica de Argentina (UCA) como Licenciado en Administración de Empresas.

Desde entonces, junto a la familia Padoán, la empresa que fue fundada por su abuelo hace más de 90 años en la localidad de Avellaneda, en el norte de Santa Fe, continuó con su crecimiento, logrando un envión meteórico durante los últimos años.

Es por eso que se encendieron las alarmas cuando Vicentin, que en 2019 llegó a facturar más de 4.000 millones de dólares, se declaró en cesación de pagos.

A diferencia de su hermano Gustavo, quien también ocupa un lugar en el directorio de Vicentin y hace no mucho fue tentado por Juntos por el Cambio para meterse en la arena política de Santa Fe, Nardelli gustaba manejarse lejos de los flashes y solo era conocido en su ciudad y por los empresarios del rubro.

Cuando se entrevistó junto a otros miembros del Directorio con el presidente Alberto Fernández en la Quinta de Olivos, Nardelli preguntó insistentemente si podía caer preso. Es que una serie de denuncias penales sobre el directorio de Vicentin y su figura le habían quitado el sueño.

En las últimas semanas, al igual que su hermano, la familia Padoán y los otros integrantes del directorio del Grupo Vicentin, Sergio Nardelli se encontraba negociando para vender parte de sus activos a Glencore Agriculture, su socia en Renova y distintos grupos empresarios como el que lidera José Luis Manzano, y así evitar la quiebra

Más allá de estas crónicas periodísticas, todavía me resuena la frase de Nardelli, mirándome fijo a los ojos y apoyando su mano izquierda sobre mi hombro derecho: “Mi mejor amigo me puso un tiro en la nuca”.

Por eso la despedida de Macri parecía ser de otra persona.

La despedida que le hizo su supuesto mejor amigo me sorprendió por su distancia y frialdad: “Querido Sergio permíteme que te diga ‘querido’ por más que no fueron muchas las veces que nos encontramos. Pero en esas veces, y viéndote actuar, fui desarrollando afecto y respeto por tu persona”.

“Me hubiese gustado haber tenido más tiempo para que eso se transformara en una amistad profunda. Quiero despedir a un apasionado por el hacer, por emprender, por generar oportunidades para su familia, su pueblo y la linda comunidad de Avellaneda y Reconquista; capaz de conquistar el mundo sin miedo a innovar y a desarrollar nuevas actividades. Tu familia, tu gente te va a extrañar”, expresó en la carta que leyó una hija de Nardelli en su velorio, según le confirmaron a este medio desde el entorno del ex presidente.

“Nuestro país necesita de muchos con tu espíritu emprendedor para poder salir adelante. Sé de la tristeza que te embargó frente a tantos obstáculos y especialmente tanta agresión. Desde el dolor que tengo quiero prometerte que los argentinos vamos a superar este momento de confrontación y división y vamos a hacerte sentir orgulloso desde donde nos estés observando. Un abrazo grande y un cariño enorme a toda tu familia”, finaliza el texto firmado por Macri.

Sergio Nardelli piantó a otros lugares del cosmos llevándose muchos secretos con él.

Sin embargo, los negocios compartidos con el ex presidente de la Nación continúan investigándose en distintas sedes judiciales, argentinas y extranjeras y especialmente siguen vivos en las angustias de miles de familias que dependen del conglomerado Vicentín que es mucho más que la firma Vicentín SAIC, esa cáscara prácticamente vacía que dejó esa estrategia de vaciamiento, fuga y lavado.