Por Mariana Miranda

       “Sintió que odiaba. Y de pronto el señor Lanari supo que desde entonces jamás estaría seguro de nada. De nada” Así termina el cuento “Cabecita negra”, de Germán Rozenmacher, publicado por primera vez en 1961, en la revista “Siete días”, hace exactamente 56 años. Este cuento dio el título al  primer volumen de cuentos publicado por  Rozenmacher en 1962.

       “¿Usted está seguro de que necesita un seguro?”, predicaba la psicoanalista Alicia Stolkiner, eminente docente de Psicología de la UBA, hacia el año  2003, año en el que explotaron las ofertas de diversos seguros por megacompañías de seguro que te vendían un seguro hasta para respirar.

       Dicho sea de paso, es bastante jocoso (o no, según como se mire), en el último año (2016) me llamaron alrededor de diez veces de distintas compañías de seguros para ofrecerme un seguro nuevo: el seguro contra el robo de la cartera (ja, ja, me robaron media docena o más) que cubre, seguramente, mucho más de lo que llevo habitualmente en la cartera, cuando la llevo (últimamente trato de salir sin nada que se le parezca).

       El cuentito de Rozenmacher, que, dicho sea de paso, es un cuentazo,  y fue el cuento con el que su autor pasó al estrellato, sigue así: “Había tenido que aplastar muchas cabezas para sobrevivir porque si no, hubieran hecho lo mismo con él. Así era la vida. Pero había salido adelante”. “Pero él tenía esa casa, su refugio, donde se podía vivir en paz”. Y prosigue: “- Mire estos negros, agente, se pasan la vida en curda y después se embroman y hacen barullo y no dejan dormir a la gente”; “Entonces se dio cuenta que el vigilante era bastante morochito pero ya era tarde”. “Ni siquiera en la policía se podía confiar”. El susodicho agente de policía es descripto de esta forma en el cuento: “el otro que era una cabeza más alto que él, y que lo miraba de costado, con desprecio, con duros ojos salvajes, inyectados y malignos, bestiales, con grandes bigotes de morsa. Un animal. Otro cabecita negra”. Más adelante: “…de repente un vigilante de mala muerte lo trataba de che, le gritaba, lo ofendía… Era como si de pronto esos salvajes hubieran invadido su casa… La casa estaba tomada” (de ahí que muchos críticos literarios interpretan a este cuento como una remacke de “Casa tomada”, de Julio Cortázar, que tiene un trasfondo similar entre un nosotros y ellos, nosotros, los pares, los iguales, los solidarios, los amigos, ellos o los otros, los diferentes, los salvajes, los enemigos que nos invaden) Y el cuento de Germán sigue: “…el policía lo agarró de las solapas y le dio un puñetazo en la nariz. Anonadado, el señor Lanari sintió cómo le corría la sangre por el labio. Bajó los ojos. Lloraba”, “…empezó a golpearlo, a patearlo en la boca del estómago”

        Y culmina: “Tragaba saliva. Algo había sido violado. “La chusma”, dijo para tranquilizarse. “La fuerza pública”, dijo, “tenemos toda la fuerza pública y el ejército”, dijo para tranquilizarse. Sintió que odiaba. Y de pronto el señor Lanari supo que desde entonces jamás estaría seguro de nada. De nada”.

        El cuento “Casa tomada”, de Julio Cortázar que tiene un parentesco, no tan de soslayo, con el de Rozenmacher, “Cabecita negra”, apareció publicado por primera vez en una revista que editaba Jorge Luis Borges, en el año 1946 y luego fue incluido en la primera edición de Bestiario (primer libro de cuentos de Julio) en 1951. En “Casa tomada” el narrador cuenta la historia de él y su hermana Irene encerrados en una casona colonial y antigua que va siendo paulatinamente invadida por los otros, entonces ellos van cediendo partes de la casa a los invasores y se van retirando cada vez más hacia el interior de la vivienda.

       El concepto de “invasión” aparece psicológicamente retratado en forma brillante  en ambos cuentos. Es algo a lo que alude con cierta ironía la Stolkiner al preguntar si pagar un seguro en esta cruda realidad en verdad te asegura algo. El vendedor te convence, pero, del dicho al hecho hay mucho trecho como decían las viejas en mi pueblo.

        En ambos cuentos, en forma yo diría bastante directa y no tan elíptica se alude al fenómeno del peronismo. El de Cortázar es más elíptico, no tan directo diría, el de Rozenmacher trata abiertamente la problemática. También, el término “cabecita negra” o “negro cabeza” apareció para referirse en forma despectiva y racista hacia los que Evita llamara “mis descamisados” en alusión directa esto a los camisas negra de Mussolini. Los descamisados o los cabecitas negras fueron los que horrorizaron a media Buenos Aires cuando se fueron a remojar las patas en la fuente el 17 de octubre de 1945, fecha fundacional del movimiento peronista. Si bien el cuento de Cortázar es abiertamente siniestro, no es ni tan despectivo ni tan racista pero pone el acento en lo-siniestro-de-los-otros-que-nos-invaden, el de Rozenmacher tiene un guiño cómplice hacia esos cabecita negra y un dejo de desprecio hacia el sector de la población encarnado en el Señor Lanari, un comerciante burgués que tenía una ferretería en la Avenida de Mayo, una quinta de fin de semana, un auto propio, un tercer piso propio cerca del Congreso. También Rozenmacher retrata a la perfección ese racismo tan argentino que es algo así como “las brujas” (hoy justo es viernes 13) que “todos dicen que no existen pero que las hay, las hay”

            Rozenmacher murió a los 35 años en 1971 con uno de sus hijos en un accidente. Mucho de la historia argentina no llegó a ver ni a escuchar. Si bien fue muy amigo de Rodolfo Walsh nunca compartió la teoría de Walsh de que había que pasar de la escritura a las armas. Los dos fueron periodistas y escritores brillantes pero Germán nunca tuvo una posición de militancia abierta hacia el peronismo. Sí en todos sus cuentos hay una identificación muy profunda con los sometidos, los postergados, los desplazados social  y económicamente y un desprecio importante hacia la burguesía.  Walsh entra a formar parte de la inteligencia de montoneros pero nunca fue parte del núcleo duro del peronismo, de las mafias de los sindicatos y esas yerbas. Es más, denuncia abiertamente los casos de corrupción en sindicatos en libros como “¿Quién mató a Rosendo García?”, donde denuncia públicamente a  Vandor  y a las fuerzas del orden, a “toda la fuerza pública”, diría el señor Lanari, en obras de investigación periodística como “Operación masacre”, su obra más difundida y editada, a partir de que, investigando el hecho de los fusilamientos de José León Suárez, se entera de que “hay un fusilado que vive”.  Cortázar sí, siempre fue abiertamente antiperonista y se fue horrorizado hacia París mucho antes de los grandes episodios de violencia generados a partir del movimiento. Volvió al país el 12 de diciembre de 1983, con el retorno de la democracia y la indiferencia oficial y de los medios. Alfonsín no lo recibió. Le dio una sola entrevista al periodista Marcelo Perrone. Al mes vuelve a París en donde muere de leucemia el 12 de febrero de 1984.

         Volviendo a  los “cabecita negra” del cuento de Rozenmacher  hoy serían los  que son llamados  popularmente “los negros de mierda”, los que piden en los semáforos, son trapitos, habitan la villa, venden merca en los bunkers, y pueblan la casi totalidad de las cárceles del país. Entran y salen, salen y entran, clama la voz popular, pero son los presos más frecuentes si uno hace un estudio demográfico cierto sobre quiénes van a la cárcel y quiénes no.  También, remojaron las patas en la fuente personajes como Boudou que no perdieron la vergüenza con tal de sumar muchos votos y prenderse en el movimiento peronista. Hoy tenemos peronistas abiertamente rubios y de ojos celestes que habitan en Puerto Madero ganan fortunas y manejan Audis o Mercedes. No son tan pocos los que se dieron cuenta de que el peronismo es un gran negocio y se pasaron de partidos abiertamente antiperonistas (como fue la UCD en una época) al peronismo. También es cierto que habría que hacer un estudio demográfico puertas adentro del peronismo a ver qué tipologías existen dentro de su poderosa fauna variopinta. Si bien es cierto que los más pobres votan al peronismo, por una cuestión meramente pasional, también hay gente que hizo mucho negocio con el movimiento y que de pobres no tienen nada. Ya entraron siendo ricos y siguieron haciendo guita ahí adentro.

         También hay gente que descubrió que militando desde la secundaria en cualquier partido, cualquiera que sea, a los 20 ya garroneaste algún cargo en el estado y después seguís subiendo y no parás más. El amor a la Patria, que tanto defendió San Martín, las ideologías políticas y las plataformas partidarias se perdieron en un tumulto frondoso de frentes diversos en donde hay gente que pasa de acá para allá según sean las predicciones electoralistas del momento. Bajo lemas que incluyen siempre un nosotros “Cambiemos”, “Podemos”, etc. que incluyen (al menos ilusoriamente) al elector, pasan a representarnos gente que nunca antes había representado nada ni a nadie, o peor, gente que nunca nos representó tan mal. La crisis de representatividad de las democracias contemporáneas se ve en todas partes, pero nunca tanto como acá y como ahora. Tenemos los advenedizos de siempre y los políticos de carrera que tienen una larga trayectoria de sumarios en el poder judicial.

          De cara a las próximas elecciones, que son legislativas, nada más, no se votan funcionarios del poder ejecutivo, se tiran hermosas flores unos contra otros y son mínimas y mezquinas las propuestas.

          La famosa “brecha” que pasó también a ser un buen negocio para dividirse el país entre los  peronistas  y los que no lo son (son socios, apuntó alguien en algún medio) polariza al escéptico  electorado. El peronismo con una crisis de representatividad peor que la de la república, no tiene un candidato fuerte. Sobrevive Cristina con su capacidad de oratoria y convocatoria sin igual y una larga lista de causas penales,  un Randazzo creíble pero eclipsado, un tipo como Mazza que para no pelear con Cristina se fue y armó un partidito, un Lousteau  que duró muy poco  en la embajada yanqui  y  volvió a su petit partido, un Macri que terminó gritando “Viva Perón” (todo sea a la hora de sumar votos), un radicalismo y un socialismo que están heridos de muerte  y  viendo para qué lado rajar y con esto, una inaudita presencia de los partidos de izquierda, sobre todo del Frente. Hay gente que se presenta y nadie entiende muy bien para quién patea o con quién está. Entre tantas flores que se arrojan los candidatos, Cristina también apuntó que ella siempre fue peronista, y sino ¿qué otra cosa iba a ser? ¿No fueron peronistas, también, todos los menemistas? A pesar de eso, resurgió como el Ave Fénix  el economista Domingo Felipe Cavallo  (quien nos traumó profundamente a todos) hablando loas de la política económica del gobierno de turno como si él mismo no se acordara del desastre que hizo y que terminó en un 2001 catastrófico.

       Entre tanta marea que sube y que baja entre los peronistas y los que no lo son, el macrismo propone reforma tributaria y laboral sin límites, y Carrió apuntó  que hay un 20 % de posibilidades de que Santiago Maldonado esté en Chile con los Rim (quiso decir RAM pero no le salió ¿por qué un 20 y no un 15 o 16 pregunto?, ¿qué baremo usó?). Si está tan segura como dice ¿por qué no va a declarar a la justicia? ella que es tan legalista y se la pasa armando causas en contra de los demás. Bulrich sostiene  (tienen algo, sospecha alguien) que la gendarmería no tuvo nada que ver, es absolutamente inocente (no lo dijo así, pero…) Cuando Chiquita Legrand  le preguntó si la fuerza que ella dirige tenía algo que ver la susodicha Patricia (de montonera a gendarme, ¡mi Dios! ¡Qué claro que la tiene!!) miró el piso haciendo  pucheros. Así, como hacen los chicos cuando dicen “Yo no fui”.

      Y Santiago Maldonado no aparece. Julio menos. No es tan grave, cheee…. Apunta alguien también. Total desaparece gente todo el tiempo, apunta también Carrió. Si un empleado no me sirve, lo echo, apunta Amalia Granata con una lógica empresarial fulminante. Lilita remata: “Es como Walt Disney” cuando encuentran un cadáver sospechosamente flotando río arriba (ningún cadáver flota en ese sentido, que yo sepa, normalmente todo lo que flota en un río baja, va río abajo) el 17 de Octubre, después de un acto multitudinario en Racing de la ex presidenta el día 16. “Lo plantaron”, aseguran los mapuches y funcionarios policiales y judiciales: hicieron tres rastrillajes ahí y antes no estaba (por lo menos el sábado 14 no estaba, sostiene una mapuche). La familia y abogados querellantes sostienen que lo plantaron, alguien apuntó en  face “le soltaron el cemento de las patas para que flote ahora”. La familia (Sergio, hermano mayor de Santiago, y su esposa) estuvo 8 horas custodiando el cadáver porque no confían en nadie: es de una gravedad institucional inaudita. El cadáver viajó a Buenos Aires con el Juez Lleral y el oficio para la autopsia (en Esquel no hay tecnología suficiente para esa autopsia). Sergio, el hermano, reconoció los tatuajes de Santiago en la Morgue Judicial. Es Santiago  Maldonado. La autopsia va a ser lerda: el protocolo de Minesotta para desaparición forzada de personas es muy exhaustivo y específico. Las muestras se van a analizar en Córdoba. Si bien el gobierno, además de las bestialidades grotescas de Carrió, no ha dicho nada, (“hay que amordazarla” dijo alguien del Pro)  hay una teoría peligrosa dando vueltas en medios oficialistas: el cadáver fue plantado por los mapuches, los mapuches lo mataron, ergo, todos los mapuches son terroristas (¿los gendarmes no, che?, ¿o acá trabajan todos para Benetton?)

      Todo pasa. Todo queda. Todo fluye. Todo vuelve. Cambiar todo para no cambiar nada. Es la certeza. ¿La chusma regresará? ¿O nos seguirán repartiendo globos amarillos la “gente como uno”? ¿Alguien domesticará a “la fuerza pública” alguna vez? De las diferencias entre las autopsias del caso Nisman y del caso María de los Ángeles Paris, ¿algún funcionario del poder judicial hizo algún tipo de declaración pública? Berni fue el que más tiempo estuvo y el que entró primero (apunta alguien) al departamento del fiscal. Pero entre la autopsia de un suicidado y alguien asesinado, quiero creer que hay una diferencia. No soy médica, pero… Un tabique nasal fracturado, un maxilar golpeado, costillas rotas, heridas defensivas, y etc. Fueron cositas que se les pasaron cuando hicieron la primera autopsia. El caso Paris: murió de muerte natural dijeron los científicos. Encerrada en una comisaría y esposada. Hace ruido. Como Franco Casco. Mucho ruido. Hay más de 30 policías procesados por encubrimiento en el caso Casco. La segunda autopsia  de María de los Ángeles Paris dijo que había sido torturada durante horas y tenía lesiones acordes a ese proceder y que murió por los golpes a los que fue sometida, hay  una diferencia. La perito de la Corte Suprema de Justicia de la Nación admitió que en el Instituto de Medicina Legal de Rosario pasan cosas que ella jamás en su vida había visto. Ni siquiera en el caso de Luciano Arruga, caso que peritó.  “Acá pasan cosas raras”, tituló Mempo  Giardinelli a un cuento maravilloso escrito por los ’70. El gobierno no dice nada pero sorpresivamente (también) encargó una encuesta (gobernar no es encuestar, digo) para ver el impacto electoral de la aparición del cadáver. ¿La gendarmería tuvo algo que ver?, inquirió Chiquita en un almuerzo, como quien no sabe…

    ¿Quién controla al controlador?  es la pregunta del millón. Tras la demanda social de seguridad las fuerzas ganan territorios. ¿Por qué gendarmería perita a la federal y por qué la federal perita a gendarmería? ¿Por qué no usan civiles para esos peritajes? ¿No sería lo lógico? El perito debe ser impartial e imparcial. Y una pericia es una experticia. Parece que acá no, perita el que más conviene según el caso que sea. La inactividad de algunos fiscales es asombrosa. El juez Otranto y la fiscal anterior del caso Maldonado se estaban investigando a sí mismos. Era para no encontrarlo. Si no fuera por las familias de las víctimas que van a los medios, todo queda en la nada. Sumar agentes no es seguridad de nada. De nada. Así como la Stolkiner decía ¿Usted está seguro de que necesita un seguro? El amigo policía que te cuida de noche y de día, ¿usted está seguro de que es tan amigo suyo?

                                  marianamiranda66@gmail.com