Hace unos días atrás, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (ex

Bernardino) se inauguró una muestra de dibujos del mismo Fontanarrosa que trata sobre el proceso judicial a los ideólogos anarquistas ajusticiados con la pena de muerte por el estado norteamericano.

El mismo día que se inauguró la muestra que ocupa toda la planta baja, en una de las salas de arriba se presentó la película de Sacco y Vanzetti, dirigida por Giuliano Montaldo, en donde Gian María Volonté interpreta a Vanzetti y Ricardo Cucciolla interpreta a Sacco.

La película fue presentada con una charla del profesor Carlos Solero, en donde señaló las características socioculturales y políticas del momento del proceso judicial en la Norteamérica de esa época (1920). También haciendo algunos parangones con la situación actual del país y del mundo.

El tono de la película, filmada en 1971, da cuenta de las desprolijidades e ilegalidades propias del mismo proceso judicial, tanto la detención y persecución que se hacía en los barrios italianos de inmigrantes, más con los afiliados a sindicatos y/o agrupaciones político-sindicales, sobre todos los de filiación anarquista.

También la música, interpretada por Joan Báez, con el tema “Esto es para usted”, es ácida y crítica (por aquella época Joan Baéz encabezaba, junto a Jane Fonda y muchos otros las manifestaciones en contra de la Guerra de Vietnam).

Todos sabemos que “la América” nunca fue ni tan buena ni tan generosa con la inmigración (a pesar de que muchos vinieron, como se decía en Europa, a “hacer la América”) y menos lo fue con el indio y el gaucho, población autóctona de esta tierra.

La situación en la Norteamérica del proceso judicial de Sacco y Vanzetti no era demasiado diferente a los otros países que recibieron inmigración europea: se “marcaba” abiertamente a los inmigrantes que practicaban cierta ideología, sobre todo si la misma estaba emparentada con el anarquismo o con el comunismo (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).

Sacco y Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica el 23 de agosto de

1927. Se los encarceló en 1921 por un supuesto robo y homicidio de dos personas.

El gobernador del Estado de Massachusetts, Michel Dukakis, en 1997 declaró que Sacco y Vanzetti fueron injustamente enjuiciados y encarcelados y que “cualquier deshonor debería ser para siempre borrado de sus nombres”.

Sacco era zapatero y Vanzetti era pescadero pero ambos eran seguidores de

Luigi Galleani, un anarquista que bregaba por la violencia revolucionaria.

De todos modos es cierto que se “marcó” en América, no sólo en el Norte, sino en la mayoría de los países, a los inmigrantes sindicalizados, más si eran obreros y estaban afiliados a alguna agrupación, como “tirabombas” o “cabecillas de huelgas”.

Esto originó, en la Argentina, la sanción de la “Ley de Residencia”, aprobada en 1902 que permitía al país deportar a los inmigrantes “indeseables”. La famosa “Ley Cané” o “Ley de residencia para extranjeros” autorizaba al estado argentino a deportar a su país de origen a los extranjeros “cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público”.

Conozco la ley porque mi abuelo, quien fue uno de los cabecillas del “Grito de Alcorta”, estuvo a punto de ser deportado en esa época (1912).

Me resultaba increíble (no sé si existe todavía) pasar por Alcorta y pasar por el boliche bailable “El grito”, que existió mucho tiempo en esa localidad. También es importante señalar que recién en 1958 fue derogada esta ley en nuestro país.

Actualmente los parangones de aplicación de la “ley antiterrorista” son mucho peor y más graves que lo que fue, en su época, la “ley de residencia”, ya que continúa “marcando” como “peligrosos” a los extranjeros.

Apenas empezó el proceso judicial y con ambos inmigrantes presos se organizó dentro de Estados Unidos el “Comité de Defensa de Sacco y Vanzetti”, en donde prominentes juristas nacionales y muchos internacionales defendían a los imputados y denunciaban lo turbio (por no decir negro) del proceso judicial en el que se los condenó a muerte.

Se negaron las apelaciones presentadas tanto en la Corte Suprema del

Estado de Massachusetts, estado en donde fueron encarcelados y juzgados, como en la Corte Suprema de los Estados Unidos de Norteamérica. Se organizaron manifestaciones y protestas en todo el mundo occidental para pedir la liberación de ambos presos.

En 1926 el caso generó polémica internacional y en 1927 hubo huelgas y protestas en Nueva York que se extendieron a todo Estados Unidos y el mundo.

Se hizo una Comisión para revisar el proceso judicial pero la misma comisión los declaró culpables y ratificó la condena. Crecieron las huelgas masivas pidiendo la liberación de ambos pero no tuvieron resultado. Sacco y Vanzetti murieron en la silla eléctrica el 23 de agosto de 1927.

Se les levantó un monumento en su homenaje en el mismo estado de Massachusetts en donde perdieron la vida.

La película es brillante, confieso que la vi en la niñez, junto con mi padre, y da cuenta realmente de la persecución político-judicial de algunos sectores de la sociedad yanqui, no sólo los negros eran los “peligrosos”.

Me impactó profundamente la muestra de los dibujos de Fontanarrosa de la planta baja: deben ser de los años ’70, calculo, o no, no sé exactamente las fechas en las que el Negro los hizo pero sí admito que es lo mejor del Negro que vi en mi vida y forma parte de las primeras épocas del Negro, esas épocas en las que no era ni tan famoso ni tan vendido.

La serie se basa en todo el proceso judicial a los activistas anarquistas, pero el tipo de trazo, la línea, las aguatintas a pincel, las perspectivas y los cuadros, las falsas escuadras en punta de rotring, incluso algunas cosas hechas a plumín, realmente sorprende.

El tono de la muestra, también acorde al de la película, es blanco y negro pero más negro que blanco, en el sentido en que el proceso judicial en sí mismo fue negroide y dando cuenta en lo visual de tal situación.

Además de esto, los textos escritos al margen en lápiz por el mismo Fontanarrosa, sorprenden por la acidez y crítica sociopolítica al estado yanqui en sí mismo, y, a su vez, al estado en general, cuyos representantes más autoritarios (y esto no es casual), son los jueces y la policía, las autoridades que encarnan la práctica de “la ley”.

La agudeza de pensamiento del Negro Fontanarrosa siempre estuvo presente, en todo lo que hizo, pero, creo, que es uno de sus trabajos más críticos política y socialmente hablando.

No son dibujos humorísticos, son más bien de denuncia y crítica por el proceso judicial en el que perdieron la vida los dos inmigrantes italianos.

La aplicación de las leyes, más del código penal, es un mecanismo de control social que los estados utilizan para autopreservarse, muchas veces las leyes no acompañan, otras los procesos judiciales poco o nada tienen que ver con la letra escrita de la ley, y muchas veces, la aplicación de esas leyes es definitivamente política.

Sacco y Vanzetti quedaron para la historia como dos víctimas del estado yanqui del momento.

En este contexto, que no fue nada más que yanqui, muchos fusilados, por ejemplo, de la Patagonia Rebelde, y muchos deportados de muchas huelgas, entre otras el Grito de Alcorta, también fueron víctimas de un sistema que necesitaba al inmigrante para crecer (después de haber aniquilado al indio) en lo económico pero que “marcaba” al inmigrante, más si estaba instruido y era sindicalizado, como “peligroso” o “traidor”.

Recuérdese que cuando la inmigración fue más masiva en la América en Europa los ideales anarcosindicalistas o comunistas eran masivos entre la clase obrera (el triunfo del comunismo en Rusia fue en 1918).