Tostado, norte profundo de la provincia de Santa Fe. En la frontera con Chaco y Santiago del Estero, tierra de latifundios y necesidades enormes. En ese punto de la geografía argentina, el miércoles 4 de septiembre de 2024, el inefable ministro de Defensa de la Nación, Luis Petri, inauguró un radar militar que tiene como objetivo luchar contra “el narcoterrorismo”, la síntesis de la doctrina de seguridad continental, la teoría del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos que continuó a la otra doctrina, la de seguridad nacional, la que parió los terrorismos de estado de los años setenta. Esa persecución y matanza ilegal que terminó con la vida de miles de muchachas y muchachos que sentían que la vida solamente tenía sentido si las posibilidades eran iguales para todas y para todos.

Dicen las pocas noticias que aparecieron que esa instalación va a nutrir de información al Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial. Según informaron fuentes del Ministerio de Defensa, ese radar que fue fabricado en el INVAP en Bariloche servirá para “ayudar a fortalecer la custodia y defensa del espacio aéreo y garantizar la seguridad nacional en una de las zonas del país más afectadas por amenazas como el narcoterrorismo”. En diciembre pasado, se puso en marcha otro radar igual en Mercedes, Corrientes, y con el de Tostado son ocho los radares RPA240 que están funcionando actualmente en el país, y que surten de información clave Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA).

Petri hizo mención a la lucha contra el narcotráfico como punto prioritario del uso de esta tecnología estratégica. Planteó que el gobierno argentino está “orgulloso de dar la batalla para que los santafesinos y los rosarinos recuperen la paz perdida” y remarcó que “estos radares son fundamentales para impedir que aeronaves vinculadas al tráfico de drogas puedan minar los campos santafesinos o aterrizar en pistas clandestinas”. En Defensa advirtieron que a este sistema de radares se complementará “con un sistema de armas eficiente, que tienen que ver con la compra de aviones F16, como así también la posibilidad de empezar a incorporar sistemas no tripulados a la custodia del espacio aéreo, como los drones”.

Ya en el censo del año 2010 se había registrado en el departamento 9 de Julio la tasa de densidad poblacional más baja de la provincia, 1,7 habitantes sobre una extensión territorial de 16.870 kilómetros cuadrados.

Las necesidades básicas insatisfechas llegan al 15 por ciento de la población del departamento.

Hay 22.499 personas por encima de los diez años que son alfabetos mientras se contabilizaron 1.306 analfabetos, cifra cercana al 5 por ciento de la población tal como lo afirmaban los datos del censo 2010.

Entre enero y julio de 2023 se registró un solo homicidio en el departamento, zona de frontera e integrante de una región atravesada por negocios históricos de contrabando que van desde animales a narcotráfico y armas.

Los días martes 19 de febrero y 5 de marzo de 2019 este cronista tuvo la suerte de estar en la ciudad de Tostado y en la localidad de Pozo Borrado para entrevistarse con campesinos empobrecidos del departamento 9 de Julio. Señalaron la necesidad de contar con desagües que vienen pidiendo desde hace por lo menos diez años para terminar con el drama de las inundaciones. Obras que, por otro lado, ven que se realizan y concretan en grandes extensiones de tierras como la llamada Estancia “El Triunfo”. La estancia forma parte del patrimonio de Domingo Ianozzi, “el mayor terrateniente de la provincia de Santa Fe”, según escribieron los periodistas de investigación, Daniel Enz y Andrés Klipphan en su libro “Tierras SA”. Un total de “más de 400.000 hectáreas en tierras del norte santafesino, aunque quizás eso no aparezca declarado así y aunque de algunas tierras se ha ido desprendiendo, porque tiene varios juicios en contra, en particular laborales o desde alguna comuna. Pero a ello hay que agregarle tierras en Chaco, Santiago del Estero, Buenos Aires y el sur del país. O sea, debe de estar superando las 600.000”, sostienen los investigadores.

En esos lugares de alevosa concentración de tierras y riquezas en pocas manos, el Ministerio de Defensa de la Nación en tiempos de Javier Milei decidió instalar un radar militar para darle lucha al narcoterrorismo. Mientras tanto nadie controla el invicto saqueo de las existencias de la gente estragada que resiste en esa región de Santa Fe, en ese punto de la violentada geografía argentina.

Fuentes: “Aire de Santa Fe”, viernes 6 de septiembre de 2024; investigaciones propias del autor de esta nota.