DE FRATERNIDADES A MAFIAS (Cuarta parte)

Las fraternidades tan secretas como conspirativas a lo largo y ancho de la historia formaron a jefes de  estados, provocaron golpes de estado, asesinatos de líderes ajenos y  propios, etc.

Pero uno se pregunta: quienes eran los elegidos para los propósitos mesiánicos mundiales, la historia norteamericana y mundial tiene un contenido en la galería de la historia secreta de estos hombres, como  Theodore Roosevelt, los  Bush, John Adams, Ronald Reagan, los Kennedy y muchos más por esa razón las universidades fueron el reservorio de estos individuos que hicieron lo que quisieron con la humanidad.

Por otro lado, tenemos a la mafia que escasamente se diferencia de las fraternidades.

El origen de esta organización que maniobraba desde las sombras, se ubicaba la isla de Sicilia -en la baja Italia- y el primero en recibir favores de esta tenebrosa organización criminal fue el mismísimo Giuseppe Garibaldi, sí el héroe de dos mundos, con sus camisas rojas que luego emularía otro líder asociado y disociado de la Mafia me refiero a Benito Mussolini y sus camisas negras.

Pero volviendo a la cuestión de estas organizaciones y fraternidades más que secretas;  hacia fines del siglo 19 y comienzo del 20, surgieron como albacea de planes sobre el dominio mundial.

Pero no debemos olvidar me refiero a la organización de los hombres de honor que muchos a los largo del siglo XX fueron colaboradores de gobiernos mundiales para cometer todo tipo de influencia delictiva. Por ejemplo: el caso del mafioso Victo Genovese que colaboró con Estados Unidos en millones de dólares para financiar la invasión a  Italia y el derrocamiento de Mussolini y sus fascistas.

Los intentos de asesinar a Fidel Castro en varias ocasiones en la misma Cuba por esbirros de la Mafia Italo-americana y otros casos que veremos en este capítulo de conspiraciones siniestras.

NOVENA ESCENA (MEJOR INFLUIR SIN DESTACAR)

No todos los sicilianos, -ni siquiera una mayoría-, que participaron de la lucha con Garibaldi fueron mafiosos. Pero, a la hora de repartirse el poder en la tierra conquistada, aprovecharon la oportunidad. En los años posteriores  a 1860 tejieron una red de favores, terror e influencia por toda la  isla, con la cooperación de los jefes de la nueva y poderosa burguesía agraria: los primeros capos. Estos se sumaron a la causa garibaldina y el general «no hilo fino en las cualidades morales y los antecedentes penales» de sus seguidores, según el historiador G.C. Marino.

El resultado indirecto de  la campaña garibaldina fue  el establecimiento de la Mafia siciliana como una estructura bien organizada, cuyas  relaciones de favores mutuos, intimidación y subordinación se extendían por todos los ámbitos, de las iglesias y los ayuntamientos de los  pueblos más humildes a los palacios  de la aristocracia: un escenario perfecto para conspirar e influir.

En los años siguientes  su influencia se extendió hasta llegar al gobierno de  Italia, pero los mafiosos siempre han sabido  cuándo imponerse límites. Como escribe John Dickie, «en la actualidad, al  igual que durante el período crítico de 1875-1877, no son los hombres de honor  quienes establecen la agenda política; muy raramente tienen la inclinación o el poder de cambiar el rumbo de la política italiana. Se limitan  a adaptarse a las  circunstancias haciendo tratos con políticos de todos  los colores».

DECIMA ESCENA  

DE MAFIOSOS A ANTIFASCISTAS

Ya en  el siglo XX, Mussolini llevó a cabo una  dura  persecución de la Mafia, con arrestos y encarcelamientos que no acabaron con ella, pero la dejaron muy tocada.

En el verano de 1943, muchos encarcelados en los tiempos del Duce fueron liberados, y  tanto ellos como los que aún estaban en libertad apoyaron sin reservas la causa antifascista por su propio interés.

El Gobierno Militar: Aliado de los Territorios Ocupados (AMGOT, por sus siglas en inglés) colaboró con los mafiosos sin hacer demasiadas preguntas.

Para ellos: escribió Giuseppe Carlos Marino, «todos los  laboriosos ‘primos’ de Lucky Luciano eran respetables antifascistas». Unos ‘primos’ que incluían  al ganster Vito Genovese -capo mafioso y antiguo colaborador de  Mussolini-, que trabajó directamente con el AMGOT en la propia Palermo, o al capo Vincenzo de Carlo, al que se  confío el control de los almacenes de trigo. Se calcula que, para diciembre de 1943, el 80% de los municipios de la provincia de Palermo estaba en manos de la mafia. El famoso Luciano fue liberado y deportado a Italia en 1946.

DECIMAPRIMERA ESCENA (LA CONNIVENCIA DE LA CIA)

Aunque al final las cosas no saldrían en Cuba como la CIA pretendía, en 1960 inició conversaciones con los mafiosos Meyer Lansky, Johnny Rosselli y Sam Giancan, los que posteriormente se unirían Santo Trafficante (el capo de Florida) y Carlos Marcello- para acabar con Castro.

Se discutió la viabilidad de diversas operaciones, desde un atentado al estilo tradicional hasta envenenar sus cigarros o colocar bombas en los lugares donde practicaba submarinismo,  pero  ninguna se llevó a cabo: la mafia no se tomó en serio esos planes.

Historiadores como Carl Sifakis o Ronald Kessler apuntan a que su propósito fue mantener a la CIA interesada el mayor tiempo posible, mientras ellos se quedaban con el dinero que les ofrecían por asesoramiento y reunían pruebas con las que chantajear a la propia Agencia. La idea siguió en pie unos años, hasta que la Operación Mangosta fue finalmente abandonada.

De la cooperación entre la CIA y la mafia quedan muchas dudas. Se ha dicho que algunos asesinatos de gánsteres atribuidos a guerras entre bandas fueron ejecuciones de la CIA para borrar las pruebas de  dicha colaboración.

Por ejemplo: el asesinato del capo Sam Giancana en 1975, poco antes de que compareciera ante un Comité del Senado por su relación con la Agencia. William E. Colby, director de la CIA, dijo no haber tenido «nada que ver con ello», pero una de las hijas de Giancana declaró que su padre se merecía una medalla por los servicios prestados al país.

DATO: EL CAPITULO ANTERIOR CORRESPONDE A LA TERCERA PARTE

  (CONTINUARÁ)