“Las colinas del hambre” ganó el Premio Municipal Manuel Musto de Novela en 1943 pero la escritora Rosa Wernicke (1907-1971) empieza la obra en 1937. La novela está ambientada en la primera villa miseria que se formó en Rosario, en lo que hoy se llama el  barrio de la República de la Sexta o Tablada.

La autora retrata en forma minuciosa, realista y muy prolija las formas y estilos de vida de las gentes que viven, habitan “el vaciadero”, el basurero municipal al que luego anexan un matadero municipal (a principios del S. XX). De ahí que por aquella época se le decía “Mataderos”. Sería pasando el puerto hacia el sur al fondo, sobre las barrancas, lo que ella llama “colinas” son las montañas de basura que se van haciendo en el lugar a medida que pasa el tiempo.

Hace un retrato despiadado del  único concesionario del lugar, el cual, se siente aludido por la obra y compra todos los ejemplaresde la novela una vez publicada, de forma tal que no se la conseguía en las librerías de Rosario.

 Allí aparecen el hambre, la desnutrición, la prostitución infantil, también la prostitución a secas,los cirujas que traen en los carritos lo que puede servir desde el centro hasta el barrio, vendiendo por centavos lo que le sirva al concesionario y quedándose ellos con el resto. También hay en el lugar un criadero de cerdos, termina la obra con el dueño del chiquero (un hombre despreciable) casándose con la bella doncella del lugar. La historia de dos hermanos, uno es el curandero del lugar, agonizando de tuberculosis y el otro un parásito social despreciable que no quiere pisar el barrio por asco y vergüenza.

Aparece en forma meticulosa y detallada el trabajo que hacen los recicladores de la basura y también retratadas las vidas y las gentes que en ella y de ella viven.

Es una crónica dura y despiadada de la primera villa de la ciudad.

Rosa Wernicke escribió ensayos, teatro, novelas, cuentos, artículos periodísticos, críticas literarias, ensayos; adaptó obras al radioteatro, colaboró en los diarios “La Prensa”, “La Tribuna” y “La Capital”.

En 1933 viviendo ella en Córdoba publicó “En los albores de la paz”, publicó “Los treinta dineros” (cuentos), Premio de la Asociación del Magisterio e “Isla de angustia”, Primer Premio de Cultura de la Provincia de Santa Fe. Dejó sin editar  “La mosca dorada”, “Las señoras y las otras” (novelas) y las obras de teatro “La estrella ciega”, “El héroe”, “La obra maestra”, “El amor y las furias”, “Cenizas en los cabellos” y “El circo”.

Había nacido en Pergamino,Provincia de Buenos Aires, dejó a su primer marido porel pintor Julio Vanzoy forma pareja con él en Rosario. Estuvieron juntos desde1934 hasta 1971.Rosa tuvo una enfermedad crónica neurodegenerativa y es anécdota de la ciudad que él la cuidó todo el tiempo mientras ella estaba imposibilitada y postrada. Vanzo la retrata en varias de sus obras, “El saco rojo”, es el retrato más famoso que el pintor hizo de ella. Vanzo ilustra la edición de “Las colinas del hambre” publicada en Editorial Claridad (editorial de la izquierda latinoamericana).

Actualmente la municipalidad de Rosario otorga el Premio Manuel Musto de novela social, en homenaje a Rosa Wernicke.

Antonio Berni (Rosario, 1905, 1985) fue un prodigio de la plástica rosarina. Hizo su primera muestra a los 15 años, la primera exposición en Buenos Aires le valió excelentes críticas de los diarios “La Prensa” y “La Nación”. A los 20 años gana una beca del Jockey Club para ir a estudiar a Europa, estudia y expone en Francia y España, vuelve y es becado nuevamente por la Provincia de Santa Fe para perfeccionarse en Europa. Con el golpe de Uriburu en 1930 se suspenden las becas y vuelve a Rosario.

    Aquí crea “La Mutual de Artistas Plásticos”, junto con Grela y otros artistas. Hace una muestra famosa con Spilimbergo y Butler en Buenos Aires que es vista por el Presidente Alvear. En 1929 se hace amigo de Aragón y Bretón e ingresa al movimiento surrealista, con De Chirico y Magritte. Es influenciado por el muralismo mejicano, se hace amigo de David Siqueiros, realiza el “ejercicio plástico”  y también las cúpulas de las Galerías Pacífico.

Berni concluye que es imposible el muralismo extramuros de masas en la Argentina. Crea murales transportables, de gran tamaño, para exponer intramuros, haciendo el soporte con bolsas de arpilleras del cereal del puerto, cosidas y pintadas para óleo que es lo que más usa. De esta época (1934) son “Manifestación” y “Desocupados”, obras de un alto realismo social expresivo.

“El artista está obligado a vivir con los ojos abiertos y la dictadura, la desocupación, la miseria, las huelgas, las luchas obreras, el hambre, las ollas populares crean  una realidad tremenda que rompe los ojos”.

Militó para el comunismo desde muy joven y fue seguidor de Rodolfo Puiggrós, colaboró ilustrando publicaciones del partido.

Viaja al interior, al Chaco y Santiago. A la vuelta de esos viajes nace Juanito Laguna, después crea a Ramona Montiel. Esos son los personajes que le dieron fama mundial. El artista refiere “Juanito es un chico pobre pero no un pobre chico”, “Yo con Juanito Laguna le puse nombre a una multitud de anónimos desplazados y marginales.”

 Tanto Juanito como Ramona son inmigrantes del norte del país que van a poblar la villa de la gran ciudad. De ahí la técnica del collage, o xillocolage ya que agrega rezagos de la industria recuperados de los basurales de la villa miseria (chatarra, latas, cartón, tela o arpillera, lana, plástico, botones,etc.). “El collage le da mayor potencia expresiva a la obra, tiene que haber siempre una tensión entre estética y política en la obra” (Berni).

Ramona es la niña prostituta que consigue, con la belleza y el tiempo, clientes poderosos como jueces, obispos, fiscales y militares. Tiene una perentoria vida de lujos hasta que envejece y se afea. De todos modos no hay una secuencia temporal en las obras. Los personajes aparecen en distintos tiempos y muchas obras de Ramona no se expusieron en Argentina porque eran ofensivas para ciertos sectores. Sorprende “Ramona bebé” en donde destaca los rasgos sexuales y el erotismo de la niña.

 En 1962 gana el Premio de la Bienal de Venecia por la serie de Juanito. En 1963 expone en Nueva Jersey, en 1965 presenta en el Instituto Di Tella “La voracidad o las pesadillas de Ramona”, creando objetos polimatéricos terroríficos de volumen importante. Tanto los Juanitos como las Ramonas cotizan fortunas en el mercado internacional del arte apenas nacen. Sorprenden los ojos enormes y abiertos, mirando al espectador de la obra, estos ojos son los ojos de la desnutrición, algo que tanto Juanito como Ramona padecen desde niños.

 Sus últimos cuadros fueron “Cristo en el garaje” (1981) y “Mujer desnuda en la arena”. El Cristo tiene un realismo expresivo de tal dolor y sometimiento que intrínsecamente refiere a los torturados y desaparecidos durante el proceso militar.