ALLANANDO EL CAMINO DE LOS NAZIS DESDE ARGENTINA

La política argentina de los años treinta fueron de mucha actividad nazi había empresas con intereses del Reich Hitleriano que manipulaban acciones militares y financieras acordes al nacionalismo militar de los años treinta y cuarenta, donde muchos fueron los actores políticos cívicos militares como Uriburu, Justo, Ramírez y el mismo Perón; quien realizó operaciones encubiertas que beneficiaban a sectores adictos al régimen nacional socialista de Adolf Hitler.

Me acuerdo haber visto una entrevista que le hicieron a Perón durante su exilio en la España del dictador Francisco Franco Bahomonde, donde el periodista le pregunta al líder del movimiento justicialista cómo se identificaría políticamente su movimiento… él contestó con algunos titubeos: “que se consideraba nacional socialista”.

Esto demuestra a la clara que durante años, los nazis fugitivos colaboraron con mucho dinero a las arcas del movimiento peronista.

Algunos contribuirán a decir que el Movimiento Nacional Justicialista era ajeno al fascismo y el nazismo. Bueno, es solo una visión pero como investigador debo pisar un terreno neutral y ver las diferentes caras de cómo en la Argentina pre y pos peronista, se fueron articulando diversas maniobras para gestionar un Cuarto Reich con los viejos y nuevos componentes del Nacional Socialismo Alemán que a través del tiempo, el Hitler muerto en el  Bunker de Berlín resucitó en la América del Sur gracias a los amigos sudamericanos que colaboraron con el régimen Nazi.

Uriburu había nacido en Salta el 20 de junio de 1867 y partió a Buenos Aires en 1881 para concretar sus estudios secundarios. Luego ingresó al Colegio Militar dando inicio a una carrera que coronó con el primer Golpe de Estado del siglo XX, derrocando al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen.

Siempre se supo que el salteño buscó emular en lo personal y conformar una sociedad  afín al “Duce” italiano: Benito Mussolini. Como él; pretendió movilizar a las masas, aunque sólo logró montarse en el descontento con el gobierno radical y aglutinar una runfla de jóvenes “bien” organizados en la Legión Cívica. Grupo que pretendieron ser los «camisas negras» italianos y gozaban de impunidad para que de su elitismo ofendido brotara la furia contra hijos de inmigrantes a quienes identificaban como elementos corrosivos al ser nacional.

En el libro de Marcelo Larraquy ya citado, se destacan algunos sucesos que dan cuenta del vínculo entre la Legión Cívica, Félix Uriburu y los grupos nazis organizados en Argentina. “El nazismo fue incorporándose a la vida política argentina en la década de 1930. El Grupo Argentino del Partido de los Trabajadores Nacional Socialista Alemán fue fundado en 1931. En su planta de adherentes había marinos mercantes, artesanos y empleados de ingresos modestos, que iniciaron sus reuniones en los barcos del puerto de Buenos Aires. Fueron bien recibidos por el poder estatal. El 25 de Mayo de 1931, la Legión Cívica les hizo un lugar en el desfile de la Revolución de Mayo y el pequeño grupo nazi marchó frente a el presidente de facto, José Félix Uriburu con las camisas pardas y la cruz gamada”, destaca el investigador.

No es la única investigación que da cuenta de la relación entre el dictador salteño y los grupos nazis. El vínculo entre el nazismo y nuestro país también fue confirmado por una investigación difundida a fines de febrero del año 2020 por el Centro Simón Wiesenthal. Allí se dieron a conocer una serie de abultados montos y transferencias realizados por casi 12.000 nazis asentados en Argentina que habían aportado a una o más cuentas bancarias en el Schweitzerische Kreditanstalt, que luego se convirtiera en el Banco Credit Suisse, con sede en Zurich, Suiza.

El investigador argentino Pedro Filipuzzi compartió con el Dr. Shimon Samuels y el Dr. Ariel Gelblung (ambos del Centro Simon Wiesenthal) ese listado que descubrió por azar en un viejo depósito de la que fuera la Sede Nazi en Buenos Aires. “Durante la década de 1930, el régimen militar pro-nazi del Presidente José Félix Uriburu, apodado Von Pepe por germanófilo, y de su sucesor Agustín Pedro Justo, acogió con beneplácito una creciente presencia nazi en Argentina. En 1938, este último fue reemplazado por el Presidente anti nazi Roberto Ortiz, quien con el objeto de desnazificar la Argentina, estableció la Comisión Especial para la Investigación de Actividades Anti-Argentina», destacaron desde la organización. (continuará)