La humanidad nido de traidores
La historia de los traidores son numerosas hemos hecho un puente donde los caminos se bifurcan con personajes siniestros que formaron galerías terroríficas, desde César, pasando por Cicerón hasta llegar a Marco Antonio.
Asimismo las revoluciones formaron nuevos traidores que desde las sombras conspiraron para aniquilar a sus propia gente, como así también a los que apoyaban los proyectos del poder personal o no.
La referencia cabe en los casos de Robespierre, Danton, Marat, Fouché y el mismísimo emperador Napoleón que traicionó a sus aliados en las guerras de coalición.
La historia de los traidores sigue también en el siglo XX. Un ejemplo es el caso de un argentino que fue el caso del único traidor a la patria que registra nuestra historia. Se llamaba Guillermo Mac Hannaford, un oscuro militar que participó en el primer Golpe de Estado en la Argentina del siglo XX, pero también fue un testigo directo como agregado militar de la Italia Fascista de Mussolini en la Embajada Argentina en Roma.
En esos años, durante la dictadura del General José Félix Uriburu de 1930, tuvimos nuestras propias camisas negras argentinas; conocidas como la Legión Cívica Argentina. Pero volviendo al tema del oscuro militar, durante la Guerra del Chaco (1932-1935) fue nombrado agregado militar en La Paz (Bolivia), al poco tiempo fue expulsado porque se descubrió que estaba ayudando con arma, municiones y víveres al Paraguay.
Durante la firma de acuerdos para poner fin a la guerra entre Bolivia y Paraguay en la cual el abogado Carlos Saavedra Lamas fue el primer latinoamericano en recibir el Premio Nobel de la Paz en 1936. Tiempo después, el presidente Franklin D. Roosevelt visitó nuestro país y él fue nombrado edecán .Luego que Roosevelt se fuera del país, este militar fue detenido y acusado de “Espionaje”. Obvio, fue destituido y condenado a cadena perpetua en la cárcel de Ushuaia, donde fue enviado en 1938, murió en
1961.
Este fue un hecho no muy difundido en nuestro país, -pero en América en general existieron muchos traidores-, desde la Malinche pasando Benedit Arnold traidor máximo norteamericano durante la guerra de independencia, entregador del fuerte West Point a los británicos. Ahora nos detendremos en otros traidores que fueron la vergüenza de la humanidad en el siglo XX durante la SGM 1939 a 1945.Díriamos que la misma empezó en 1936 durante la guerra civil internacionalista
Española. La referencia es porque en esos años hubo traiciones de ambos bandos e inclusive del Movimiento Nazi. Ahora veremos mis queridos lectores, algunos ejemplos para entender que los traidores durante muchos siglos, fueron los actores fantasmas de la historia humana.
La hora de los traidores del Siglo XX (los traidores de la SGM)
El mariscal Pétain, de héroe de guerra a traidor Philippe Pétain tuvo un papel crucial en la historia de Francia durante la época de las dos guerras mundiales. Considerado un héroe de guerra en la primera, su popularidad le permitió liderar con mano de hierro el gobierno colaboracionista de Vichy durante la segunda guerra mundial
Durante muchos años, Philippe Pétain fue considerado un héroe en Francia. A los sesenta años, este veterano general tomó el mando de las fuerzas francesas en Verdún y las llevó a la victoria en una de las batallas más largas y terribles del conflicto.
Rápidamente se ganó el respeto de las tropas, al mejorar sus condiciones de vida y adoptar estrategias que intentaran minimizar las bajas. Al terminar la guerra, fue considerado un héroe nacional y se le concedió el título de mariscal general de Francia, creado exprofeso para él.
Pero él, consagrado como héroe en la Primera Guerra Mundial, devino en un dictador durante la Segunda y terminó sus días en prisión, condenado por alta traición. El motivo: haber presidido el gobierno de Vichy y colaborado con la Alemania nazi. Él siempre argumentó en su favor que había tomado ese camino como mal menor para evitar la ocupación total de Francia, pero detrás de ello había viejos resentimientos acerca de la gestión del ejército durante el periodo de entreguerras.
Época de cambios
En las dos décadas que transcurrieron entre las grandes guerras, los sucesivos gobiernos franceses adoptaron medidas contra las que Pétain siempre protestó por considerar que debilitaban al ejército hasta el punto de hacerlo inútil frente a cualquier ataque. Asimismo, -Alemania su principal potencia rival- aparentemente era neutralizada por las pesadas imposiciones del Tratado de Versalles, Los gobiernos franceses consideraron el ejército como algo secundario y aplicaron grandes recortes; especialmente en los años 30, cuando los efectos de la Gran Depresión se hicieron notar en Europa.
Las divisiones permanentes se redujeron de sesenta a veinte, así como también el tiempo de servicio militar obligatorio; y no se desarrollaron nuevos vehículos de combate para ninguna de las tres divisiones -tierra, mar y aire-, algo que el mariscal había reclamado con insistencia. Pétain, que había crecido en un ambiente conservador e intensamente patriótico, desarrolló un fuerte resentimiento hacia la clase política francesa, a la que culpaba del debilitamiento militar y moral de Francia.
A pesar de ello aceptó el cargo de ministro de Guerra con la esperanza de frenar las reformas, pero sin éxito.
Cuando Adolf Hitler atacó Francia en la primavera de 1940, el país contaba con un ejército debilitado y anticuado que no pudo hacerle frente. Pétain, viendo en ello una confirmación de sus temores, fue una de las voces más insistentes que pedían un armisticio para minimizar los daños de la guerra. Paul Reynaud, primer ministro francés, transmitió la difícil posición de Francia a su recién elegido homólogo británico Winston Churchill, quien despreció a Pétain diciendo que “siempre había sido un derrotista”.
Pero ni el gobierno británico ni el estadounidense ofrecieron a Francia la ayuda que solicitaba, por lo que Reynaud decidió dimitir y su lugar fue ofrecido, precisamente, a Pétain. A sus ochenta años, el viejo mariscal era considerado todavía un héroe nacional y se creyó que su prestigio serviría para evitar levantamientos sociales y tal vez incluso para conseguir condiciones de paz más favorables, puesto que el propio Hermann Göring había conocido personalmente a Pétain y aparentemente lo tenía en gran consideración.
El gobierno de Vichy
Las condiciones del armisticio dejaban buena parte del sur de Francia teóricamente libre y soberana, con capital en la ciudad de Vichy, cerca de la frontera con la zona ocupada por los nazis. Sin embargo, en la práctica Pétain debía alinearse con los intereses de Alemania para evitar la ocupación total. Aun así, no siempre accedió a las demandas de Hitler -quien esperaba que entrase en guerra del lado del Eje- pero colaboró prestando apoyo indirecto, persiguiendo a las fuerzas de la Resistencia francesa e implantando políticas muy restrictivas respecto a la libertad de expresión y asociación.
El gobierno de Pétain debía ser, en principio, provisional, y tal vez por ello se le concedieron amplísimos poderes recogidos en una nueva Constitución. Pero el mariscal nunca los cedió de nuevo, al contrario, su gobierno se hizo cada vez más dictatorial: en palabras de uno de sus asesores, Pétain “tenía más poder que ningún otro líder francés desde Luis XIV”; competencias legislativas, ejecutivas y judiciales recaían en él y Pétain no dudó en ejercerlas de modo autoritario, convencido de que solo él podría salvar a Francia del desastre. Los valores republicanos fueron apartados en favor de un discurso muy próximo al nacionalsocialismo alemán y, en su afán de contentar a Hitler y sus aliados, aprobó leyes antisemitas y ordenó la detención de refugiados y exiliados de los países ocupados por el Eje. En palabras de uno de sus asesores, como jefe del gobierno de Vichy el mariscal Pétain “tenía más poder que ningún otro líder francés desde Luis XIV”
Alemania ciertamente no invadió el resto de Francia, pero tampoco concedió a Pétain las ventajas que este había esperado. Ambos países seguían oficialmente en guerra, ya que el armisticio nunca desembocó en un tratado de paz, y Hitler procuró recordar siempre al mariscal que su posición y la de su país dependía únicamente de que siguiera sus directrices. En 1944, cuando la guerra se inclinaba en contra de los alemanes, Pétain recibió órdenes directas de Berlín para ser trasladado a Alemania, junto con la amenaza de bombardear Vichy si no obedecía. Solo se le permitió salir del país en abril de 1945, cuando la derrota de los nazis era ya inminente.
De héroe a traidor
A su regreso, Pétain se encontró con un fuerte resentimiento hacia él. Su antiguo prestigio se había esfumado a causa de sus años de colaboración con Alemania y al autoritarismo con el que había gobernado la Francia de Vichy. El gobierno provisional presidido por el general Charles de Gaulle -con el que nunca se había entendido- lo acusó de alta traición y, en el juicio, fue condenado a muerte. Aun así, en reconocimiento a sus méritos durante la Primera Guerra Mundial, De Gaulle le conmutó la pena por la cadena perpetua.
Incluso entonces su fama todavía jugaba a su favor: diversos jefes de estado pidieron a Francia su liberación y, notoriamente, se trataba de países con regímenes muy distintos, como Estados Unidos, el Reino Unido y España. Aun así el gobierno francés se negó por la impopularidad que podría acarrearle ese gesto, que podía ser interpretado como debilidad. Pétain fue condenado a muerte por alta traición, pero se le conmutó la pena por la cadena perpetua
Ya anciano, Pétain pasó sus últimos seis años encerrado, primero en una fortaleza de los Pirineos y luego en la pequeña isla de Yeu, en la costa atlántica. Al cabo de dos años su estado de salud empeoró y empezó a mostrar signos de demencia, imaginando a veces que comandaba sus tropas en batalla. En sus últimos días se le trasladó a una casa fuera de la prisión, donde murió el 23 de julio de 1951 a la edad de 95 años. Se le habían revocado todos sus títulos menos el de mariscal general de Francia: a pesar de todos sus errores sucesivos, para muchos nunca dejó de ser “el vencedor de Verdún”.
El mayor traidor de la S.G.M.
Vidkun Quisling fue un fascista noruego y colaborador nazi. Fue ministro presidente de Noruega de 1942 a 1945 en un estado títere nazi. Su apellido, desde entonces, significa «traidor» o «colaborador».
Vidkun Abraham LauritzJonss øn Quisling nació el 18 de julio de 1887 en Fyresdal, al sur de Noruega. Sus padres fueron Jon Lauritz Quisling y Anna Caroline Bang. Su padre fue ministro luterano y genealogista. Su madre provenía de una familia adinerada de
Grimstad.
En 1905, Quisling ingresó en la Escuela de Guerra. De los 250 cadetes, había obtenido la puntuación más alta en los exámenes de ingreso, conocidos por su dificultad. Tras graduarse de la Escuela de Guerra, Quisling ingresó en la Academia Militar para seguir una carrera en el ejército. Quisling se graduó con las mejores calificaciones en la historia de la Academia desde su fundación en 1817. El rey de Noruega lo premió invitándolo a una audiencia.
En 1911, Quisling se unió al Estado Mayor del Ejército Noruego. Durante los siguientes
18 años, viajó extensamente en misiones diplomáticas y humanitarias. Quisling vivió en Rusia, Finlandia, Inglaterra, Francia, Armenia, Suiza y Alemania. Sin embargo, sus cinco años en Rusia fueron los que más influyeron en su pensamiento político.
Quisling denominó su filosofía política «Universismo», término que tomó prestado del erudito holandés JJM de Groot. En un manuscrito de más de 700 páginas, Quisling intentó explicar el mundo entero combinando el pensamiento cristiano con la física contemporánea para crear una «nueva religión mundial». El Universismo también pretendía proporcionar un camino para unir a todas las naciones en la «unidad mundial».
El objetivo era desarrollar una conciencia colectiva para la unidad global, transmitiendo la conciencia del nivel individual al nivel familiar y al nivel nacional. Con el tiempo, el Universismo adquirió un componente racial, ya que Quisling incorporó la creencia en la superioridad racial nórdica. Afirmó que el camino hacia la unidad mundial solo podría lograrse bajo el liderazgo nórdico, trabajando contra los judíos.
Quisling regresó definitivamente a Noruega en 1929. Se desempeñó como Ministro de Defensa noruego entre 1931 y 1933 como miembro del Partido Agrario. Cuando el Partido Agrario se negó a nombrarlo líder, Quisling se retiró para formar su propio partido.
En mayo de 1933, cofundó el partido político Nasjonal Samling (Unidad Nacional).
Quisling también se convirtió en el fører (líder) del partido La plataforma del partido se basaba en cuatro principios:
1-una visión corporativista de la sociedad
2-un énfasis en el nacionalismo y el cristianismo
3-paternalismo del Estado
4-autarquía económica.
Sin embargo, el Nasjonal Samling no tuvo éxito en las elecciones. En las elecciones parlamentarias noruegas de 1933, el partido obtuvo el 2,2% de los votos. En 1936, las últimas elecciones celebradas antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, solo obtuvieron el 1,8%. Ninguno de estos resultados le permitió obtener un escaño en el Storting, el Parlamento noruego unicameral.
La invasión alemana y el intento de golpe de Estado de Quisling
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, Noruega, al igual que toda Escandinavia, adquirió una nueva importancia estratégica para Alemania. Erich Raeder, comandante de la armada alemana entre 1939 y 1943, estaba preocupado por mantener el acceso naval alemán al Mar del Norte y al Océano Atlántico mediante bases navales en la costa noruega. En diciembre de 1939, primero Raeder y luego Hitler se reunieron con Quisling. Este sugirió que los británicos planeaban invadir Noruega para satisfacer sus propias necesidades estratégicas. Alarmada, Alemania comenzó a planificar la Operación Weser übung, la invasión de Dinamarca y Noruega.
La invasión alemana a Noruega, bajo el mando del general Nikolaus vonFalkenhorst, comenzó el 9 de abril de 1940.
Mientras la ofensiva alemana comenzaba, Quisling se presentó en las ondas noruegas en el primer intento de golpe de estado por radio. Anunció al pueblo noruego que debía acoger, en lugar de resistir, el avance alemán. También anunció un nuevo gobierno y se autoproclamó nuevo jefe de Estado. Dos horas después, Quisling repitió su anuncio radial. Esta vez, advirtió que cualquier negativa a cooperar con el nuevo gobierno acarrearía, en adelante, las más graves consecuencias para los implicados.
El golpe de Estado de Quisling solo duró seis días. El 15 de abril de 1940, el liderazgo nazi lo obligó a dimitir. El rey Haakon VII se negó a aceptar un gobierno de Quisling, lo que obligó a Alemania a continuar la invasión noruega para consolidar su control.
Noruega cayó ante Alemania el 19 de junio de 1940. El rey y el primer ministro Johan Nygaardsvold se exiliaron en Londres.
Ministro-presidente y Años de Guerra
Hitler se había reunido con Quisling en diciembre de 1939 y quedó impresionado. Los planes iniciales para la ocupación alemana habían puesto provisionalmente a Noruega bajo el control de Quisling. Sin embargo, el liderazgo nazi pronto se dio cuenta del escaso apoyo popular que tenía Quisling. El 24 de abril de 1940, Hitler nombró a Josef Terboven, Gauleiter (líder de distrito) de Essen, Reichskommissar (administrador). Von Falkenhorst retuvo el control militar. Además, todos los partidos políticos excepto Nasjonal Samling fueron ilegalizados. Como líder de Nasjonal Samling, Quisling recibió un puesto como jefe del gabinete bajo Terboven. A principios de 1942, Terbove lo nombró Ministerpräsident (primer ministro) de un NasjonaleRegjering (Gobierno Nacional), que era esencialmente un estado títere bajo control alemán.
Una de las primeras medidas de Quisling en este cargo fue reinstaurar el llamado jødeparagrafen (párrafo judío) de la Constitución noruega. Este párrafo, derogado en 1851, impedía la inmigración judía a Noruega. Entre octubre y noviembre de 1942, Quisling firmó una serie de leyes que permitieron el arresto de todos los hombres judíos noruegos, la confiscación de todos los bienes y activos judíos y el registro de todos los judíos noruegos.
Había aproximadamente 2100 judíos en Noruega en el momento de la invasión alemana. Entre ellos había unos 350 refugiados alemanes y austriacos que habían buscado refugio de la Alemania nazi. Un mes después del arresto masivo de hombres judíos, los oficiales nazis que trabajaban con el Nasjonal Samling en Noruega comenzaron a arrestar a mujeres y niños. Actuando según planes que se había desarrollado previamente, la policía noruega arrestó a judíos en toda Noruega y los llevó a Oslo para su deportación a Alemania.
La primera deportación de 532 judíos salió de Oslo el 26 de noviembre de 1942. Otros 158 fueron deportados el 25 de febrero de 1943, seguidos de traslados de grupos más pequeños. En total, 772 judíos noruegos fueron deportados de la capital noruega a Alemania. Desde Oslo, los judíos noruegos fueron enviados por barco a la ciudad portuaria alemana de Stettin (hoy Szczecin en Polonia). Luego fueron trasladados en tren a Auschwitz . La mayoría fueron gaseados inmediatamente después de llegar a Auschwitz. Sin embargo, 34 judíos noruegos, todos hombres, finalmente sobrevivieron para ver el final de la guerra. Afortunadamente, muchos judíos recibieron avisos previos de las redadas por parte de la policía noruega y miembros de la resistencia. Muchos judíos noruegos, unos 1.000, escaparon a la neutral Suecia con la ayuda de la resistencia. Muchos otros se escondieron.
De la posguerra
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, el gobierno noruego en el exilio regresó de Londres y arrestó de inmediato a Quisling. Fue acusado de alta traición, colaboración con un gobierno extranjero, asesinato, malversación de fondos, robo y otros delitos.
Ante el tribunal, Quisling argumentó que actuó en el mejor interés de Noruega y siempre con el objetivo de restaurar la independencia noruega. Sin embargo, el tribunal no quedó convencido y Quisling fue declarado culpable y condenado a muerte. Fue ejecutado el 24 de octubre de 1945 en la Fortaleza de Akershus en Oslo.
En Noruega, en la década de 1930, Vidkun Quisling fundó un partido pronazi llamado el Partido de la Unión Nacional Fascista. Cuando Alemania invadió Noruega en 1940, Quisling intentó un golpe de Estado proalemán contra el gobierno. Dirigió una administración proalemana de 1942 a 1945. Su traición de Noruega a Alemania lo convirtió en una etiqueta para todos los colaboradores y traidores. Después de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades noruegas arrestaron a Quisling, lo juzgaron y lo condenaron por traición. Fue condenado a muerte.
Créditos:
De colaboracionista a “colaborador”
Hoy en día, la palabra quisling se ha convertido en sinónimo de «traidor», un uso que comenzó durante la guerra. El 19 de abril de 1940, apenas diez días después del golpe de Estado de Quisling, el Times de Londres publicó un editorial que reflexionaba sobre la infamia lingüística de Quisling:
Todos deberíamos estar profundamente agradecidos al Mayor Quisling. Ha añadido una nueva palabra al inglés… como sinónimo claro de «traidor».… Para periodistas y otros escritores, cansados de devanarse los sesos o de escarbar las páginas de ROGET [sic] en busca de alternativas, la palabra «Quisling» es un regalo de los dioses. Si se les hubiera ordenado inventar una nueva palabra para «traidor» y se les hubiera dado carta blanca con el alfabeto, habrían encontrado una combinación de letras más brillante.
(CONTINUARA)