ENIGMAS, MISTEROS Y HECHOS NUNCA RESUELTOS
La historia contiene otras historias poco contadas y asombrosas, enigmáticas y llenas de misterios.
Siempre contamos la historia elaborada por historiadores, pero jamás vimos que dentro del universo hay hitos claves de nuestra humanidad que son los hilos conductores de ciertos hechos que pudieron cambiar la historia de la humanidad.
Hay hechos poco conocidos que conforman secuencias de momentos bisagras de la historia.
Estos son algunos ejemplos emblemáticos: El caso de los zombis reales fueron protagonistas de un hecho bélico durante la primera guerra mundial, las visiones de batallas antiguas y de militares de otros tiempos que veía el general, norteamericano de cinco estrellas Patton, el suicidio de Hitler que nunca fue, la falsa invasión a Gran Bretaña pensada por Calígula que nunca se realizó, la desaparición de un batallón británico en una niebla durante la batalla Gallipoli, el escritor que se adelantó a la tragedia del Titanic, las teorías de conspiraciones como la del asesinato de Kennedy, o la desaparición de aviadora Amelia Earhart, el asesino en serie Jack el Destripador miembro de la realeza británica durante el reinado de Victoria y otros hechos que marcaron la humanidad entre el misterio y la realidad de un misterio, de aquí en más mis queridos lectores comenzará una series de historias cortas donde ustedes serán los protagonistas y sacaran sus propias conclusiones y comentarios.
LAS TEORIAS CONSPIRATIVAS SOBRE EL ASESINATO DE KENNEDY
Existen varias teorías de conspiración sobre el asesinato de John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos. Estas teorías se crearon poco tiempo después de la muerte de Kennedy, y han continuado surgiendo desde entonces. Cuando se intenta profundizar sobre este tema, aparece como gran obstáculo la enorme cantidad de información falsa que hay disponible. Muchas de estas teorías proponen una conspiración, que envolvería a organizaciones tales como el Sistema de Reserva Federal, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a Israel, al Mossad, la KGB, la Mafia, al director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) J. Edgar Hoover, al vicepresidente Lyndon B. Johnson y Richard Nixon incluyendo intereses del ejército y del Gobierno Federal de los Estados Unidos así como también la organización masónica.
Trasfondo

«Se Busca por traición». Panfleto que circulaba el 21 de noviembre de 1963, un día antes del asesinato de Kennedy.
En 1964, la Comisión Warren concluyó que no había evidencias “persuasivas” que indicaran que Lee Harvey Oswald estaba involucrado en una conspiración para asesinar al Presidente. Casi de inmediato, críticos comenzaron a cuestionar las conclusiones oficiales de la Comisión y escribieron libros atacando tanto a la Comisión como a sus conclusiones. Entre ellos estaba Mark Lane (un abogado que brevemente representó a la madre de Oswald) que escribió el libro Apresuramiento para Juzgar (Rush to Judgment), crítico con la Comisión Warren.
En las décadas siguientes grupos independientes de investigadores han ido publicando, literalmente, docenas de libros diferentes, exponiendo a veces contradictorias teorías.
En 1967, el fiscal de distrito de Nueva Orleans, Jim Garrison, arrestó al empresario local Clay Shaw y lo acusó de ser parte de una conspiración para matar a Kennedy. Garrison comienza un análisis exhaustivo del crimen, empezando por el supuesto homicida L.H. Oswald. Encuentra una extraña relación entre Oswald y dos misteriosos individuos, David Ferrie, piloto comercial y Clay Shaw, un hombre de negocios de Nueva Orleans. Los tres sospechosos asistían con regularidad a reuniones destinadas a una operación que fraguaba una futura invasión a Cuba y la formación de un plan para llevar a cabo el asesinato del presidente Kennedy.[2] Tras un juicio largo y controvertido, Shaw fue absuelto por el jurado después de menos de una hora de deliberación.
Las investigaciones de Garrison atrajeron a muchos investigadores del país quienes proveyeron a Garrison de informaciones y teorías. A estos investigadores se les concedió acceso a presupuestos del fiscal de distrito. El ejemplo más notable de esto es el logro de Garrison respecto a la grabación Zapruder que permitió que los miembros del jurado vieran por primera vez la cinta. Se realizaron copias piratas que rápidamente circularon entre la gente y la cinta fue mostrada finalmente en televisión por primera vez en 1975.
En 1976, el Congreso constituyó el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos (HSCA) para investigar las muertes de John F. Kennedy, de su hermano Robert Kennedy y de Martin Luther King, Jr.
La HSCA investigó varias teorías propuestas por investigadores del asesinato, a la vez que criticaron muchas de ellas.
La HSCA concluyó en 1979 que Oswald fue el asesino y estaban por concluir que este había actuado solo, cuando apareció un audio (Dictabelt recording) grabado durante el asesinato. Basado en más de 20 testigos que escucharon los disparos realizados frente a Kennedy y en el análisis de la grabación por un grupo de expertos, el comité concluyó que había habido un cuarto disparo y por lo tanto un segundo tirador, y que Kennedy por lo tanto había muerto como resultado de una conspiración. Investigadores que durante años habían cuestionado los descubrimientos de la Comisión Warren respecto a la existencia de un solo tirador como responsable del asesinato y que habían sospechado de una conspiración se sintieron reconocidos por el informe de la HSCA.
La certeza del análisis de la grabación Dictabelt fue cuestionada: algunos argumentan que todos los sonidos que aparentan haber sido disparos «ocurrieron cerca de un minuto después del asesinato» basándose en las interferencias escuchadas. El panel de científicos del Comité del Congreso recibió un mayor apoyo sobre la existencia de una conspiración gracias a D. B. Thomas – en 2001 – quien concluyó, basado en interferencias en el canal II, que había un 95% de probabilidades de un cuarto disparo. Sin embargo, tanto Thomas como la HSCA, asumieron que la grabación del canal II se refería a un intervalo temporal continuo (sin cortes); análisis realizados por Michael O ‘Dell indicaban que este no era el caso.
El director Oliver Stone en su película de 1991 JFK, basada en los descubrimientos de la HSCA y en los libros escritos por Garrison y Jim Marrs – fue lo que Stone llamó una «contra-ficción a la ficción de la Comisión Warren». Esta controvertida película mostraba un extenso tema y presentaba muchas de las alegaciones de Garrison como hechos. El renacido interés por el asesinato debido a la película llevó a la formación del Assassination Records Review Board, para reunir y desclasificar todas las grabaciones retenidas por el Gobierno de EE. UU relacionadas con el asesinato. Con el nuevo interés que generó la película de Stone se realizaron muchos esfuerzos para refutar las teorías sobre una conspiración, tales como la de Gerald Posner en su libro «Caso Cerrado» nominado a un Premio Pulitzer, el documental de la ABC llamado Beyond Conspiracy (Más allá de la Conspiración) presentado por Peter Jennings, y el libro de Vincent Bugliosi titulado Reclaiming History (Reclamando la Historia).
Una encuesta realizada por la ABC News (en 2003) mostró que un 70% de los estadounidenses respondía diciendo que «sospechaban un complot» en el asesinato del Presidente Kennedy.
Un tirador
Howard Brennan, de 45 años de edad, mientras esperaba frente a la calle del Texas School Book Depository la caravana del Presidente, se fijó en un hombre que estaba en la ventana sureste del sexto piso del depósito de libros escolares. Justo antes de que pasara el automóvil del Presidente, escuchó lo que en su momento pensó que era un tubo de escape de un auto o una explosión. Miró hacia arriba del edificio y vio a un hombre con un arma, apuntando y disparando por última vez. Pocos minutos después del asesinato, Brennan describió al hombre a la policía. Luego testificó que Lee Harvey Oswald, a quien vio en una línea de detenidos en la estación de policía, la noche del asesinato, era el hombre que vio realizando el disparo.
Bonnie Ray Williams y dos trabajadoras que se encontraban mirando la caravana desde las ventanas del quinto piso del Depository escucharon tres disparos provenientes del piso de arriba, y del techo cayeron partículas en su cabeza.[6] Sin embargo, Bonnie Ray Williams dijo en la oficina del Sheriff de Dallas el día del asesinato, y al FBI al día siguiente, que había oído solamente dos tiros por encima de él y Harold Norman no hizo mención de oír el cerrojo del fusil ni el casquillo percutido golpeando el suelo por encima de él, durante su primera entrevista con el FBI el 26 de noviembre.
Gobernador John Connally, su esposa y dos agentes del Servicio Secreto, quienes se encontraban en la limusina (limousine) presidencial, testificaron que los disparos provenían del Texas School Book Depository. Charles Hester, Emmet Hudson y Marilyn Sitzman, los únicos testigos situados en el Grassy Knoll que dieron testimonios sobre la dirección de los disparos, dijeron que estos provenían del Texas School Book
Depository.
Marilyn Sitzman estaba parada en un muro de 1,2 metros de altura a 14 metros al este de la cerca de 1,5 metros. Ella declaró que no vio a ningún tirador detrás de la cerca: «El sonido del fusil habría volado el muro.»
Lee Bowers estaba operando en una torre de control de trenes, viendo el estacionamiento al norte de la cerca y al oeste del Texas School Book Depository. Dijo que «no había nadie allí» detrás de la cerca en el momento de los disparos.
De los testigos de oídas, 99 creyeron que todos los disparos se produjeron de Texas School Book
Depository, y solo cinco creyeron que se produjeron de dos lugares distintos que son Plaza Dealey y de una cerca al lado de donde filmaba Abraham Zapruder.
La Comisión Warren y el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos concluyeron que los disparos que dieron muerte al Presidente Kennedy e hirieron al Gobernador Connally fueron hechos desde arriba y detrás de la limusina presidencial.
Al poco tiempo del asesinato, se encontró un fusil parcialmente escondido entre unas cajas del sexto piso del Depository, y la funda improvisada de papeles que cubría el fusil fue encontrada cerca de la ventana desde la cual se efectuaron los disparos.
Más de un tirador
Los descubrimientos de la Comisión Warren y la teoría de una sola bala están equivocados, según quienes apoyan la teoría de una conspiración. El fusil de Oswald, de acuerdo con los testimonios del FBI., estaba frío solo después de disparar tres balas en los seis segundos que duró el asesinato. La Comisión Warren, mediante testimonios de oídas, determinó que solo tres balas fueron disparadas: una de las tres balas no dio al vehículo; una impactó a Kennedy y pasó a través del Gobernador John Connally, y el último disparo fue fatal para el presidente. Sin embargo, el gobernador Connally fue herido diversas veces, por lo que los disparos tuvieron que ser más de tres, lo que supone al menos un segundo tirador aparte de Oswald, lo que implica una conspiración; por eso al decirse que Oswald fue el único tirador, una de sus balas debió herir más de una vez al gobernador. Esta teoría se conoce como la bala mágica. Además, la trayectoria de la bala, que dio a Kennedy sobre el hombro derecho y pasó a través de su cuello (de acuerdo con la Autopsia de John F. Kennedy), debió haber cambiado un poco su curso y dar en el pecho y la muñeca de Connally. Por ello, la conclusión de los escépticos es que hubo más de tres disparos, por lo que debió de haber más de un tirador.
Nellie Connally estaba sentada en el auto presidencial al lado de su marido, el gobernador John
Connally. En su libro From Love Field: Our Final Hours, la Sra. Connally decía fervientemente que su esposo fue herido por una bala diferente de las dos que hirieron a Kennedy.
Roy Kellerman, un agente del Servicio Secreto, testificó: «Ahora, en los segundos que acaban de pasar, una serie de fragmentos entraron al auto.»
Testigos: 35 testigos de la Comisión Warren que presenciaron el asesinato pensaron que se habían producido disparos frente al Presidente — desde el área del Grassy Knoll o el Triple Underpass — mientras que 56 testigos de la Comisión pensaron que hubo disparos desde el Depository, o por lo menos desde esa dirección, detrás del Presidente, y 5 testigos de oídas pensaron que los disparos provinieron de dos partes distintas.[17]
Prueba de física: Cuando la bala fatal golpea la cabeza de Kennedy, esta se va hacia atrás y no hacia adelante como uno podría esperar que se vaya si recibe un golpe por la espalda. Esto haría que el disparo en la cabeza sea consistente con uno efectuado desde la zona de la loma cubierta de hierba.
Un gran número de médicos y enfermeras en el Hospital Parkland Memorial, así como de otras, todas ellas informaron que una parte importante de la parte posterior de la cabeza del Presidente se destruyó, lo que sugiere fuertemente que el disparo en la cabeza fue efectuado desde la parte delantera.[18][19]
Roy Kellerman dijo que vio un agujero de cinco pulgadas de diámetro en la parte de atrás derecha de la cabeza del Presidente.
Sherry Gutiérrez ha llegado a la conclusión de que la explosión frontal derecha en la película de Zapruder era algo llamado «salpicaduras de huevo» a partir de una herida de entrada en la sien. [2]
Después de estudiar cuidadosamente la película Z, un ex francotirador de la marina, Craig Roberts, aseguró que el disparo fue hecho desde el frente. Roberts dice que la explosión de la derecha-frontal y el derrame hacia adelante son característicos del impacto de un proyectil de alta velocidad en un cráneo humano.
Massad Ayoob, periodista entrenador de la policía y especialista en armas de fuego, que ha impartido cursos sobre los efectos de las balas sobre los cuerpos humanos en las escuelas de instructores de la policía y en las instituciones médicas, cree que la secuencia de tiro en la cabeza en la película de Zapruder no es muy consistente con un tiro por la espalda, sino que es «mucho más consistente con una herida explosiva de entrada de una bala de rifle de pequeño calibre a hipervelocidad, que viaja entre 3000 y 4000 ms». El experto en balística, Dr. Roger McCarthy del Failure Analysis, Inc., testificó en el simulacro de juicio a Oswald ABA 1992 que la secuencia del disparo en la cabeza era indicativo de un disparo efectuado desde la parte frontal derecha.
Más de un Oswald
Muy pronto aparecieron argumentos que señalaban que Oswald fue personificado por un señuelo político. La obra del profesor Richard H Popkin, publicada en 1966, The Second Oswald, estableció el mejor escenario para que se personificara al supuesto asesino. La mayor parte de esto estaba basado en testimonios oculares, pero Popkin tenía un «testigo estrella» en la persona del director de la Oficina
Federal de Investigación (FBI), J. Edgar Hoover, quien escribió un memorándum antes del asesinato, en el que advertía que un impostor estaba usando los datos personales de Oswald.
Recientemente, el trabajo de John Armstrong ha supuestamente identificado al «Oswald falso» como parte de un experimento del MK Ultra que originalmente no tendría relación con el asesinato.
Más de un JFK
Un teórico ha señalado que el oficial de policía J.D. Tippit tenía tal semejanza con JFK que los colegas lo apodaban «JFK».[23] Robert Morningstar sostiene que Tippit fue asesinado para que su cuerpo fuera analizado por los médicos y para hacerlo pasar por JFK. Esta teoría explicaría las contradicciones médicas sobre la autopsia al existir realmente dos cuerpos, y tener estas heridas parecidas.
Morningstar sostiene que encontró signos sobre una cirugía cosmética en las fotografías de la autopsia de Kennedy.
También cita los siguientes comentarios de personas que conocían de cerca de JFK y vieron el cuerpo: No se parece a él en nada Robert F. Kennedy.
Sus ojos llorosos, el Fiscal General se vuelve hacia Bill Walton y susurra, ‘Por favor mira, quiero saber lo que tú piensas.’ Walton miró por el tiempo que pudo, con una creciente emoción de desdicha. Dijo a Bob, ‘No tienes que seguir con ello. No tiene ningún parecido al Presidente. Es un muñeco de cera… no lo hagas’.
William Manchester, en su libro Death of A President.
Es característico. A primera vista todo se ve bien. Cuando me aproximaba se veía cada vez menos como él.
Arthur Schlesinger
No era Jack. Era como algo que podrías ver en el Madame Tussaud.
Jacqueline Kennedy (según Manchester).