Actualmente, las semillas de soja, maíz, algodón, etc., están modificadas genéticamente en laboratorio para que resistan determinados agrotóxicos. Es decir, que se le incorporan genes de otros seres que son resistentes a un determinado químico, y que le transfiere a esta nueva semilla esa resistencia.

Por ejemplo, cuando se aplica glifosato en un cultivo de soja resistente al glifosato, se mueren todos los vegetales menos la planta de soja. Lo que las convierten en un riesgo para la salud y el ambiente por la utilización masiva de agrotóxicos, que en nuestro país, son más de 600millones de lts/kg que se esparcen por año en nuestra región. Una cantidad de veneno muy difícil de dimensionar y con impactos tremendos en la salud y el ambiente.

Y ahora también han modificado genéticamente el trigo, el HB4, siendo nuestro país el primero a nivel global en hacer una semilla de trigo transgénico, resistente al agrotóxico Glufosinato de Amonio, considerado varias veces más tóxico que el glifosato. Es importante destacar que el Glufosinato de Amonio es un agrotóxico prohibido en Europa desde hace varios años y aquí, nuestros “investigadores” lo incorporan, nada menos, que a la semilla de trigo. También debemos decir que esta nueva semilla transgénica de trigo, llamada HB4, fue creada en los laboratorios de la UNL/Conicet de la ciudad de Santa Fe.

Pero además, la implementación del trigo HB4 podría resultar irreversible, ya que no es posible la coexistencia de trigo transgénico y no transgénico debido al proceso de “contaminación genética” que ocurre durante la polinización y cuyos residuos de agrotóxicos quedarán en la harina obtenida. En sociedades empobrecidas y culturalmente dependientes, el trigo por ende harinas, son un claro peligro para salud pública.

“Todos los reclamos y alertas producidos por científicos, investigadores y profesionales de la salud, como así también de innumerables organizaciones no han sido escuchados y/o ignorados por las autoridades responsables -La SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA del MINISTERIO DE ECONOMÍA – y hoy la empresa Bioceres comercializa este trigo tan cuestionado”

Las autoridades responsables deben atender el reclamo y/o campaña de organizaciones socio- ambientales denominada “Con Nuestro Pan NO” y profundizar este tema, reverlo y aplicar al menos el PRINCIPIO PRECAUTORIO, contenido en la Ley General del Ambiente, que dice que ante la duda hay que abstenerse, priorizando la salud de la población.