-Cambian los jugadores pero el juego siempre es el mismo – es la frase más conocida que se le atribuye al “Chapo” Guzmán en relación al narcotráfico. En Rosario tiene una acepción permanente: el año 2013 nunca termina. Desde ese calendario al presente, los negocios mafiosos están alrededor, especialmente, de “Los Monos” y “el Esteban”. Fue el año, además, del atentado contra Antonio Bonfatti cuando era gobernador de la provincia y el asesinato de Luis Medina y Justina Pérez Castelli.

En la tercera semana del juicio contra Alvarado, las voces del pasado, incluso de testigos protegidos que terminaron asesinados como Carlos Argüelles, determinaron medidas en el presente, volviendo difusas las fronteras entre el ayer y hoy.

Un funcionario del actual gobierno, Horacio Lucchini, nada menos que Director de Análisis Criminal Estratégico, tuvo que renunciar por los dichos de Mariana Ortigala que, en realidad, fueron pronunciados a fines del año pasado. Una vez más el ayer protagonizando el presente. Cambian los jugadores, el juego sigue siendo siempre el mismo. O, en nuestra rantifusa manera de pensar, el año 2013 nunca termina en Rosario.

La otra postal de la tenacidad del pasado abierto en la actualidad fue la consecuencia de una serie de allanamientos que determinaron las conexiones internacionales de Alvarado ante la mirada siempre pasiva de fuerzas de seguridad, nichos de la justicia, la política y el empresariado vernáculo. La detención de Adelaida «Reina Titi» Castillo y parte del clan de Valdemar Loza mientras transportaban 389 kilogramos de clorhidrato de cocaína en jurisdicción de la localidad bonaerense de Ramallo el 24 de septiembre de 2020 hizo que el Juzgado Federal 1 de Salta comenzara a recopilar información de al menos media docena de causas.

Entre la gente que cayó en esta tercera semana del juicio, por afuera de las audiencias, está Gustavo “Calavera” Pelozo uno de los abastecedores de Esteban Lindor Alvarado. El suegro de Peloso vive en Ybarlucea y tiene otra casa en esa localidad conmovida por el triple crimen de finales de enero de 2022. El primero de los domicilios se utilizaba para acopiar droga que luego era distribuida en puntos de venta de Rosario y su área de influencia.

El segundo fue el lugar donde a Adelaida Castillo le entregaron los 389 kilos de cocaína con los que perdió en Ramallo en septiembre de 2020. Según los investigadores Maximiliano Iván Giménez, una de las víctimas del triple crimen operaba desde la casa avenida Rosario en Ybarlucea.  También se hace referencia a la participación Pelozo “con el homicidio de Nahuel Fernández”.  Pero Pelozo ya figuraba en los cuadernos que Carlos Argüelles, antes de ser asesinado. La hipótesis es que  Alvarado habría ordenado el triple crimen cuando se enteró de que había un plan para asesinar a uno de sus hijos.

La causa Alvarado, entonces, depara nuevas sorpresas, tantas como las que son capaces de surgir de un tiempo siempre presente porque el juego sigue siendo siempre el mismo.