Edilas y ediles analizaron los distintos proyectos y se plantearon alternativas de discusión, entre ellas, una audiencia pública.

Concejalas y concejales se reunieron el miércoles 16 de noviembre para dar continuidad al debate sobre la modificación o derogación de la ordenanza 7.218 sobre Espectáculos Públicos, a fines de enmarcarla en el concepto de “nocturnidad”.

La reunión se realizó en el anexo “Alfredo Palacios” y estuvo presidida por la titular de la comisión de Gobierno, Caren Tepp, de Ciudad Futura, acompañada por Jesica Pellegrini, de la misma bancada; Silvana Teisa, Julia Irigoitia y Lisandro Cavatorta, de Todos Hacemos Rosario; y Susana Rueda, de Rosario Progresista.

En el inicio,Tepp expuso un cuadro comparativo que incluye a los seis proyectos presentados con el objetivo de analizar diferencias, coincidencias y alcanzar puntos de acuerdo.

Irigoitia consideró que en el debate “se debe definir si finalmente se derogará la ordenanza en vigencia, como lo plantean algunos proyectos, lo que implica un cambio en la lógica de rubros, o bien se la modificará”.

Por su parte, Pellegrini señaló que el actual sistema de rubros debe modificarse diferenciando distintos tipos de funcionamiento durante el día y la noche, e incluir el factor ocupacional.

Teisa se refirió a los horarios de funcionamiento de los locales y entendió que “tienen que ver con la movilidad ya que la extensión horaria podrá adaptarse o extenderse si existe una mejor frecuencia” en el transporte público. “Hay actividades que requieren salidas masivas y eso también debe tenerse en cuenta para la tranquilidad del vecino”, apuntó.

Tepp señaló que se deben considerar aquellos puntos de discusión que generan mayor controversia como el factor ocupacional, la presencia de linderos, los nivel de deciveles y vibración, registro de oposición y la inclusión o no de menores de edad. Sobre ese último ítem, Pellegrini aclaró que se deberá tener en cuenta en las habilitaciones, para que en los locales nocturnos no haya convivencia de adolescentes y mayores, entre otras cuestiones.

Por su parte, Cavatorta expresó que “hay que discutir la industria del divertimento nocturno, ya que se trata de un ecosistema, porque los vecinos no se quejan si la gente baila, sino se quejan por el ruido y la música fuerte, sea la hora que sea”.

Para el edil justicialista, lo que se debe garantizar en las actividades de esparcimiento es la seguridad, el control y la higiene urbana en cualquier horario. A modo de ejemplo, citó que «en la zona de Pichincha existen bares que funcionan hasta las 9 o 10 de la noche», en coincidencia a momentos de esparcimiento luego de la jornada laboral y que no se extienden hasta la madrugada.

Hacia el final, Rueda propuso que, en vez de convocar a los vecinos y distintos actores de manera aislada, se realice una audiencia pública en un horario no laboral para poder escuchar a todos de manera integral, y así dar un debate a fondo.

La ordenanza 7.218 de Espectáculos Públicos que se encuentra en vigencia, fue sancionada en 2001 y se basa en la definición de rubros, define locales con actividad bailable y sin ella, horarios, factor ocupacional y establece sanciones.

Dada la antigüedad de la normativa y los cambios culturales que se generaron a lo largo de dos décadas y otros factores económicos y sociales, se presentaron diferentes proyectos para modificarla o bien reemplazarla.