Además se declaró Sitio de Interés Histórico y Cultural el estudio del dibujante ubicado en calle San Lorenzo al 1400.
Con un acto realizado el pasado viernes 10 en el recinto de sesiones del Palacio Vasallo, el Concejo Municipal declaró “Ciudadano Ilustre Post Mortem” al docente, dibujante, diseñador gráfico y pionero del cine de animación Luis Bras, y a su estudio taller, ubicado en el sótano del edificio de calle San Lorenzo 1453 (Rosario), como “Sitio de Interés Histórico y Cultural”, condición que implicará la colocación de una placa identificatoria.
En cuanto al decreto de distinción, cabe mencionar que en su parte dispositiva, infiere sobre el artista y da cuenta de “su sensibilidad y su impulso creativo que marcó con sinceridad la certeza en una obra y en un cine completamente personal e independiente, que lo convierten en un valioso patrimonio cultural para nuestra ciudad”.
El acto fue presidido desde el estrado, por la autora de la distinción, la concejala Susana Rueda, del bloque Rosario Progresista. Se encontraban presentes, en el palco de Honor “Manuel Belgrano”, los hijos del homenajeado, Daniela y Luis Bras (h), mientras que en las bancas se ubicaron la docente e investigadora de la Universidad Nacional de Rosario, y presidenta de la Asociación Argentina de Estudiantes Canadienses, Olga Corna; el actual coordinador de la Escuela de Animación de la Secretaría de Cultura, y discípulo de Luis Bras, Pablo Rodríguez Jáuregui; y el ex secretario de Cultura municipal, Horacio Ríos, entre otros.
Presentación y protagonistas
Al inicio, se dio lectura a las adhesiones a este acto, por un lado una salutación proveniente del periodista Hugo Fernández Moreno, y por otro lado, un mensaje de admiración autoría la investigadora del cine de animación y becaria del gobierno de Canadá, Irene Blei.
Seguidamente, se proyectó un video donde se retrató la carrera profesional de Luis Bras y con posterioridad comenzó con la alocución alusiva al reconocimiento la autora de la iniciativa de distinción, Susana Rueda.
Habló de los requisitos especiales para revestir la condición de ciudadano ilustre, y contó sobre la fecha especial elegida para este reconocimiento. Puntualmente hoy, 10 de noviembre, se conmemora el día del dibujante argentino, en reconocimiento al fallecido historietista y dibujante Alberto Breccia; en tanto que ayer, 9 de noviembre, fue el día de la animación argentina, fecha conmemorativa de la película argentina “El Apóstol”, de Quirino Cristiani, el primer largometraje animado de la historia.
En este sentido Rueda elogió las aptitudes de Bras para dibujar y pintar a mano; repasó su taller, su vida profesional, sus trabajos en el exterior, y dio cuenta de los argumentos que se esgrimen en el proyecto de distinción.
Contó sobre la reciente distinción a la comisión directiva de la Biblioteca Vigil, y remarcó su importancia para las nuevas generaciones, del mismo modo que resaltar desde el Concejo Municipal la figura de personalidades del arte y la cultura como Luis Bras. “Se trata de marcar un camino de lo que debe ser, de lo que se crea con pasión, con impronta, con riesgo“, expresó.
Prosiguió Olga Corna, quien sobre el reconocimiento, subrayó que “como todo lo que ocurre en la Argentina viene como dilatado”. Hizo extensivo el saludo de la embajada canadiense, país que tuvo una vinculación laboral con Bras, ya que el rosarino solicitó una beca con un gran libro que cuenta su vida. “Fue tan increíble que la embajada tiene como reliquia en sus documentos a este ejemplar”, dijo sobre esta particular forma de presentar un CV para aspirar a una beca.
“Bras refiere Rosario, a la cultura, a la creatividad, y a la necesidad de expandir conocimiento. Generalmente nuestros creativos forman recursos humanos, por acción, por omisión, por exceso, o por defecto, tiene todas las características. Era un solitario que formaba”, agregó Corna.
“La artesanía creativa es lo que nos identifica. Rosario es eso, es el semillero que fue porteño, ´antes de los porteños, porque teníamos puerto, y regalamos designaciones en otros´. Pero además sostenemos desde un lugar una mirada inaudita, que sale de lo común; somos marginales maravillosos de la cultura, y Bras es esto, no en vano trabajaba en un sótano”, reflejó la semióloga e investigadora docente.
Atributos y palabras finales
Con posterioridad se procedió a la entrega formal de los atributos del Concejo Municipal. Rueda hizo entrega a los hijos del ciudadano ilustre (PM) del decreto que contiene el texto legal de la distinción, y el correspondiente diploma.
Luego fue el turno de Luis Bras (h) quien recordó el día previo al fallecimiento de su padre. Contó que le pidió que le dé todas sus pertenencias a su discípulo, Pablo Rodríguez Jáuregui. Recordó su transmisión de valores, de enseñanzas, entre ellas, el valor de la palabra; y repasó sus obras y sus intervenciones artísticas.
Continuó Pablo Rodríguez Jáuregui, quien narró sobre su labor en la Isla de los Inventos, en el Museo de la Animación.
“Entran 60 chicos por año. Y le decimos, nosotros venimos de acá. El enfoque artesanal, la figura del realizador, productor que se pone la película al hombro. Por suerte lo tenemos (Bras) en el patrimonio del museo, el mayor legado es trabajar con sus equipos, y poder sistematizar de una forma la animación”, indicó.
Contó que crearon un canal de YouTube llamado “Luis Ricardo Bras, pionero en la animación rosarina” donde se publicó todo lo relativo al autor, que sirve para todos los estudiantes que hacen sus tesis sobre esta figura de la ciudad.
Culminó aludiendo a Bras como “patrimonio cultural de la ciudad”.
Sobre Luis Bras
Describe el proyecto de distinción “la enorme trayectoria en el campo del dibujo, el diseño gráfico y el cine de animación del artista rosarino Luis Bras”.
Bras nació el 29 de noviembre de 1923 y falleció el 14 de noviembre de 1995, en Rosario, ciudad en donde vivió y trabajó durante toda su prolífica y singular vida.
En su sótano taller de calle San Lorenzo 1453 desarrolló su obra de realización audiovisual e investigación, mientras allí mismo daba clases particulares.
En 1969 -con 46 años de edad- fue nombrado titular de la cátedra Laboratorio de Medios Audiovisuales en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario, cargo que mantuvo 26 años, hasta su muerte en 1995.
Por su entrega y solidaridad con las nuevas generaciones de animadores y artistas puede considerarse un verdadero «maestro».
“El Sótano” de Luis Bras fue todo un símbolo de la personalidad y los hábitos del artista. En él distribuía toda la mesa de filmación para las animaciones, ubicando la cámara en una estructura adecuada y creada para el trabajo específico de cada corto.
Trabajó también como diseñador de stands para la Rural rosarina y la de Palermo y también proyectó la decoración de los carnavales del Club Gimnasia y Esgrima, en la década del 70, diferentes ambientaciones temáticas de galerías comerciales y, además, montó uno de los famosos corsos de Bulevar Oroño.
Puede hablarse también de un Bras letrista que se desempeñaba tanto en la pintura de vidrieras comerciales como en gráfica estática publicitaria para revistas; una de ellas se imprimía en la editorial Amalevi. Para este trabajo artesanalmente realizado, Bras utilizaba sólo un pincel, con el cual dibujaba una a una las letras con un gran dominio gráfico.
Realizó por encargo ilustraciones para agencias publicitarias desde los años 60, que usaban las vidrieras de la tienda La Favorita como pantalla para proyectar filmaciones en 16 mm blanco y negro. Empezó a mezclar las imágenes y agregó movimientos simples a las tipografías y los dibujos. En los siguientes 15 años (con la televisión local en pleno desarrollo), animó para la agencia Camilo Serbali cerca de 300 publicidades, entre las que se encuentran personajes clásicos como el avestruz de Radicura, el gauchito de Paladini y el fúlmine de Desinfectal.
Una de sus principales referencias desde principios de los años 60 fue el trabajo de Norman McLaren, el artista y animador escocés nacionalizado canadiense. Bras y McLaren tuvieron un breve encuentro personal en un festival de cine en la ciudad de Córdoba, en 1963, donde Bras le proyectó sus primeros cortos e iniciaron una conversación que perdurará a través de los años. En el año 1993, gracias a una beca de la sede local de la Agencia de Asuntos Culturales Canadienses, Bras fue invitado a conocer el National Film Board, en Montreal. Que allí se le ofrecieron las instalaciones para desarrollar tres nuevos proyectos marcados por Bras: la restauración del original en 16 mm. de Bongo Rock (1969) para rehacer en 35 mm; la Danza de los Cubos (1975) y el Danubio Azul (1977). De esta serie de eventos se desprende que Bongo Rock sea la única película con copión, negativo de sonido y varias copias, mientras que las otras dos películas no vieron concretarse el proyecto y quedaron a la espera de un nuevo viaje de Bras, que nunca realizó.
El arraigo para con la ciudad de Rosario lo mantuvo en su taller “El Sótano” hasta los últimos días de su vida, en los que continuaba aún desafiando y experimentando entre los bordes de las disciplinas plásticas y los del medio audiovisual».