Paula tiene 30 años y Julieta 18. En esta nota cuentan sobre sus recorridos como lectoras, la experiencia con la escritura, y anticipan sus libros de cuentos. Ambas serán publicadas en la EMR.
En octubre de 2021, el municipio, en el marco del Plan Ciudadano de Lecturas Leer Rosario, realizó una convocatoria a través de la Editorial Municipal al Concurso Municipal de Narrativa Manuel Musto 2021 que buscó premiar con su publicación a libros de cuentos inéditos, escritos en idioma castellano, de tema y forma libres. El concurso estaba destinado a personas que residieran en Rosario o en el área Metropolitana y se postularon 270 obras entre las que el jurado seleccionó dos ganadoras.
Paula Galansky ganó en categoría mayor con su libro de cuentos El lugar en el que estoy cayendo elegida por el jurado integrado por Francisco Bitar, Marina Closs y Matías Capelli.
Paula nació en Concordia, Entre Ríos, en 1991 y El lugar en el que estoy cayendo es su primer libro de cuentos. Siempre leyó mucho y por eso vino a estudiar Letras a Rosario. «Me anoté en esa carrera porque me gustaba mucho leer. Sinceramente fue un poco por descarte, como leer era de las cosas que más me gustaban, elegí Letras. Recién empecé a asistir a talleres de escritura cuando terminé la carrera», cuenta.
La primera experiencia relacionada a la escritura fue cuando quedó seleccionada en la Bienal de la Ciudad de Buenos Aires en 2019 por su cuento El espacio vacío del plato. Luego, publicó Inventario con la editorial rosarina Danke.
Con el tiempo escribir se convirtió en una práctica cotidiana e intenta escribir todos los días. «Siempre leí, pero la escritura llegó después. Ahora que escribo incluso hay una manera distinta de leer, no siempre, pero la atención suele enfocarse en cómo está escrito. Cuando leo algo que me gusta mucho intento entender cómo lo hizo quien escribe», dice.
Acerca de la experiencia de hacer talleres de escritura cuenta que realizó capacitaciones con Alejandra Zina y el año pasado también con Santiago Craig. «Me gusta hacer talleres porque es un espacio de conversación y de poder ver cosas en los textos que una no ve, otras miradas que aportan, sino una queda muy cerrada en sus mañas».
Estos cuentos no los escribió para el concurso, son relatos a los que venía intentando darle forma desde hacía tiempo y el concurso le permitió enfocarse y tener una fecha límite para terminar de corregirlos. Sobre los cuentos que integran El lugar en el que estoy cayendo menciona que están ligados entre sí aunque el hilo que los conecta es algo misterioso. «Creo que surgen de una misma sensación, de una misma búsqueda, pero hay algunos más realistas y otros quizás con elementos más fantásticos, elementos de un mundo y de otro. Entre los protagonistas de estos cuentos se encuentran personas mayores, niños, hay perros, otros seres vivos, también hay un meteorito. Hay una historia más autobiográfica, otras historias que surgieron a partir de historias que me contaron y a partir de eso imaginé e inventé un mundo. Nunca me propuse escribir sobre mujeres, sino que surgen universos que se me aparecen y veo qué hacer con eso», explica.
El título del libro es el nombre de uno de los cuentos, que según la autora, es el que de alguna manera es distinto al resto y que generó esa unión entre ellos. «Escribí relatos pero nunca había pensado en cómo organizar un libro de cuentos. Por eso fue muy interesante generar serie entre ellos y me llevó bastante tiempo ese proceso, pensar el orden en que los ubicaba, quería generar un recorrido entre un cuento y el otro, aunque después cada persona que lo lea pueda hacer el recorrido que quiera».
Sobre el proceso de realización, Paula cuenta que durante el 2021 cursó la Diplomatura en Escritura Creativa de la Universidad Tres de Febrero y que un profesor, Iosi Havillio, la ayudó en la construcción de estos cuentos, con una idea distinta con la que los estaba pensando. «Ese seminario me permitió pensar en la escritura desde el lado de la libertad y la diversión. Y me sirvió como un impulso para escribir estos cuentos. Además, se los mostré a Alejandra Zina y a amigos que escriben que me hicieron correcciones», dice.
Los libros de las escritoras Claire Keegan y Alice Munro fueron lecturas que la acompañaron en el momento de escribir. «Me gustan mucho y ojalá haya algo de su influencia, pero tampoco escribo pensando en hacerlo como ellas». Para Paula la literatura es una búsqueda. «Es algo que va cambiando de significado, es un lugar de exploración, como una pequeña aventura cotidiana. Necesito contrarrestar la vida cotidiana con la literatura y la escritura».
Categoría juvenil
Julieta Elzeard nació en Rosario en 2003. Creció en Roldán y viajó siempre a Rosario para ir al secundario. Hace un mes se anotó en la carrera de Letras y también en 2022 piensa realizar cursos de cine con mucho entusiasmo. Su libro de cuentos Monarca ganó el Concurso Manuel Musto en la categoría juvenil.
Le encanta leer y escribir desde chica. «Mi mamá es profesora de Educación Física y aunque no tiene vínculo con la literatura, cuando era chica me trajo un libro de Luis María Pescetti y me encantó. Desde entonces empecé a leer, tenía nueve años. También me di cuenta que me gustaba escribir, desde chica quiero ser escritora. Mientras leía pensaba ‘yo quiero hacer algo tan magnífico como esto, que alguien te haga sentir cosas a través de lo que escribe’. Desde ese momento no paré de leer, libros e incluso también historietas», cuenta. Entre los escritores que disfrutaba de leer menciona a Julio Verne y a Edgar Allan Poe. «Sigo amando a Poe, y siento que lo que escribo tiene esa influencia, porque creo que tiene algo de oscuridad».
Antes de la pandemia participó de un taller en el que se leían cuentos y en esa instancia se acercó al género. «Creía que los cuentos no me gustaban, desde chica quería escribir un libro grande, pero no me salía, y ahí me di cuenta que no era necesario, que podía empezar escribiendo cuentos. También mi mamá fue quien me alentó a escribirlos. En el taller aprendí la importancia de los cuentos», menciona.
También menciona la importancia que tuvo su escuela para alentarla a escribir. «Cuando me cambié al Normal N°2 encontré una biblioteca enorme y llena de libros y también con un concurso de literatura. Seguí escribiendo los cuentos que había empezado a producir en el taller y en quinto año gané el concurso». Eso la estimuló a seguir produciendo. Y agrega: «Es muy importante que en la escuela te estimulen a escribir y leer. En la escuela anterior no tenía una biblioteca tan grande y la del Normal la aproveché mucho».
Julieta se enteró del concurso y no dudó en presentarse. Incluso, terminó de escribir el libro de cuentos en la cuarentena, cuando tuvo más tiempo. Cuando le avisaron que había ganado dice que no lo podía creer, que festejó con su mamá que siempre la apoya y la estimula a crecer en lo que la apasiona. Sobre el libro Monarca, menciona que los cuentos tienen mucho de misterio, de buitres volando, hay detectives, hay cuentos más raros y mucho del género gótico. En ese sentido, sin dudas recupera la influencia que tiene en ella escritoras como Mariana Enriquez, Silvina Ocampo o Leonora Carrington. «Siempre leía a varones porque era lo que encontraba en librerías, pero empecé a encontrar a más escritoras mujeres que escriben como a mí me gustaría escribir, es hermoso poder encontrar a mujeres que escriben tan fantástico y de manera tan maravillosa».
Sobre si las personas jóvenes leen o no leen, escriben o no escriben, Julieta piensa que es un prejuicio. «Hay muchos jóvenes que aman leer y escribir, incluso hay adultos que solo por ser joven te tratan de manera distinta». Por eso cree que es cuestión de estimularlos y darles espacios para desarrollarse.
Actualmente Julieta junto con un grupo de amigas y amigos están creando una editorial artesanal, su deseo está en seguir leyendo, escribiendo y promoviendo la escritura. Para ella la literatura es lo más maravilloso que conoce. «Es una manera de salvarme del mundo. De chica no la estaba pasando bien y al abrir un libro me olvidaba de todo lo que pasaba alrededor».
Menciones y finalistas
También hubo menciones especiales para El descubrimiento de Simón Menéndez Bravo, y para Perdón por no ir de Delfina Medicina, en ambas categorías, y fueron distinguidos ocho libros en calidad de finalistas: A veces parecen tres de Juan Vitulli; Desde lejos de Ignacio Jara; Huele a diablo suelto de Oscar Ayala; Karaoke para principiantes de Julia Mariana Sánchez; Los cuentos de Crespín de Gregorio Molbert; Los gastos de la carne de Leonardo Berneri; Voz de vaca de Ernesto Gallo, y Zippo de Natalia López Gagliardo.
Ediciones anteriores
Los ganadores anteriores del Concurso Manuel Musto fueron Marcelo Britos con la novela Empalme y Amanda Poliester con Patas de rana, publicadas por la Editorial Municipal.