Fue en el marco de la reunión de Planeamiento y Urbanismo que convocó a vecinas y vecinos para que transmitieran problemas, opiniones y soluciones a nivel territorial.

El lunes 22 de agosto, la reunión de la comisión de Planeamiento y Urbanismo se trasladó al recinto de sesiones “Raún Ricardo Alfonsín”, ámbito en el que estuvieron presentes referentes de distintos barrios populares de Rosario. Asistieron vecinas y vecinos de Casiano Casas, Cañaveral, Las Flores, La Paloma, Tablada, Mangrullo, Nuevo Alberdi, Ciudad Oculta, Alvear, La Cariñosa, La Lagunita, Empalme Graneros y 27 de Febrero.

Estuvieron asimimo Jesica Pellegrini y Pedro Salinas, de Ciudad Futura; María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular; Julia Eva Irigoitia, de Todos Hacemos Rosario; Verónica Irizar, del bloque Socialista, y el titular de la Oficina Municipal del Consumidor, Antonio Salinas.

De Monteverde

La actividad estuvo encabezada por Juan Monteverde, de Ciudad Futura, quien explicó las distintas instancias de tratamiento que se llevaron a cabo desde la Aceleradora para la Urbanización de Barrios Populares. “El rol de la Aceleradora es darle voz a aquellos que padecen lo que les falta en sus territorios y quienes muchas veces tienen las ideas y las soluciones”, afirmó el concejal.

Y luego continuó: “El objetivo es que desde la comisión de Planeamiento podamos desarrollar algunos proyectos de una manera más operativa, por los aportes que traen ustedes desde sus barrios.”

Hablan los habitantes de los barrios

Luego se dio la palabra a los protagonistas que se encontraban sentados en las bancas de los concejales. Javi, de Casiano Casas, planteó la necesidad de que el barrio cuente con un mejor servicio de alumbrado, demanda que también la amplió a limpieza de zanjas y recolección de residuos porque “quedaron muy a la deriva”.

María, de Alvear, relató sobrr los problemas que sufren los vecinos y vecinas por la falta de obras de saneamiento. “Es muy feo ser pobre y encima no tener cloacas”, apuntó y recordó que ese es el barrio de la zona que quedó excluído de esas obras.

Viviana, de La Cariñosa, se refirió a la necesidad de contar con servicio de agua potable. “Hay vecinos que hicieron perforación, pero sabemos que esa agua no sirve para beber, solo para bañarse y limpieza”, dijo y señaló que cuentan con una cuba que los asiste, pero solo una vez por semana. Luego relató la situación que afecta a comedores y merenderos que, ante la falta de agua, a veces no pueden cocinar, más “en momentos de tanta necesidad”. Asimismo agregó que “ni siquiera entra el que vende el bidón” y sostuvo “es horrible vivir así. Queremos darle una vida digna a nuestros hijos”.

Por su parte Sandra, de barrio Tablada, aseveró que el “mayor problema es la inseguridad, la situación que se vive minuto a minuto”. También indicó que “muchas familias no tienen una vivienda digna ni agua en lugares esenciales, como el baño y la cocina”, para mencionar asimismo que “las cloacas son inexistentes y la falta de iluminación agrava el tema seguridad”.

De igual modo Sandra sostuvo que desde la organización que integra, Nuestra América, “tenemos 3 comedores colmados, la demanda es cada vez más grande” y precisó que entregan 2.380 raciones por día.

Hizo también referencia a la presencia de basurales y consignó que “no llegan los recolectores”.

Sabrina, de barrio Las Flores, resaltó que “el 97 por ciento de quienes vivimos en barrios populares no tenemos agua potable”, sumó a ello la falta de cloacas y los inconvenientes con la provisión de energía eléctrica.

Planteó la necesidad que “el Estado en los diferentes niveles, Nación, provincia y municipio, coordinen acciones”, y destacó acerca del agua potable que se trabaja para el funcionamiento de “un tanque, una cisterna y electrobombas”. Asimismo destacó Sabrina la tarea conjunta “con la Escuela Técnica Nº 407, la Secretaría de Integración Socio Urbana (Sisu), Aguas Santafesinas (Assa) y la comunidad”.

La concejala Irigoitia, ratificó la realización en ese barrio de un Proyecto de Obras Tempranas (POT) en el marco de los trabajos en sitios que integran el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap).

Mientras que el edil Monteverde dijo que “me parece interesante que empiecen a aparecer las escuelas técnicas”.

María, de Ciudad Oculta, también coincidió con otros participantes respecto al problema del agua potable, en este caso “para casi 300 personas” y mencionó que hace algunos meses se incendiaron 3 casas y “no había agua para apagar el fuego”. Precisó que el barrio queda entre la ex Zona Cero –hoy Fontanarrosa- y barrio Olímpico.

Mariana, de barrio La Paloma, consignó como uno de los problemas principales “el basural” al lado del arroyo Saladillo, a los que sumó “volquetes que rebalsan de basura, cloacas rotas o tapadas, la situación con el agua potable, la falta de iluminación y la inseguridad”.

Pidió “hacer algo con el microbasural sobre el arroyo Saladillo”.

En tanto Marcelo, también de La Paloma, coincidió en que “se está contaminando cada vez más” la zona con el basural y remarcó que “todos saben que el arroyo Saladillo está contaminado” por quienes arrojan sus efluentes al mismo, para indicar que “nací y me crié en el barrio y antes veía como nadaban los peces” por el curso de agua. Requirió construir “alguna contención de mampostería” para los residuos.

A su turno una habitante de El Mangrullo, reclamó por los problemas en la provisión de energía eléctrica y por ejemplo situación de columnas, respecto a o cual hizo referencia a la Empresa Provincial de la Energía (EPE).

También mencionó la situación de “calles deterioradas” y mencionó que la baja altura de los cables dificulta el ingreso de los camiones de recolección de residuos. Igualmente consignó lo relativo al denominado “barrio Chino”, donde viven 150 familias, “con agua servida en los pasillos, cloacas tapadas” y la falta de agua potable.

Juliana, de la zona rural de Nuevo Alberdi, consignó igual problemática, la falta de agua potable, y dijo que “hace 20 años, 7.200 días, dos décadas, que tenemos problemas con el agua”. Dijo que es “un área apta para cultivar alimentos” pero requieren el agua y “una estructura de distribución” de la misma.

Mary, de barrio Alvear, consignó que “son problemáticas similares”, dado que “no hay agua para 100 familias”. Dijo que “se han roto las canillas del tanque” que criticó que no se lo llena. Agregó la cuestión de la energía eléctrica y de la falta de desagües, respecto a ello dijo que “cada desagote de un pozo orilla los 5.000 pesos”.

En su intervención Susana, conocida, según precisó como “La Susi”, de Empalme Graneros, dijo que “hace 30 años que vivo en Empalme y nunca tuvimos agua, para marcar que se está trabajando respecto a “luz segura”.

Como la mayor parte de los que expusieron, Estefanía, del barrio El Cañaveral,  también coincidió respecto a la falta de agua y energía eléctrica”, para explicar que “la cuba ni siquiera abastece a la mitad de los habitantes del lugar”.

Hizo referencia a la “inseguridad”, a la situación del alumbrado público y a la red cloacal, que dijo “tiene una parte, el resto son pozos”.

Entre las últimas  intervenciones de los vecinos, Soledad, del barrio 27 de Febrero, ubicado detrás del cementerio La Piedad, según resaltó , que aludió a la situación respecto a la seguridad y a la falta de agua potable, “no hay presión”, mientras que dijo que “mantenemos limpias las zanjas con un grupo de trabajo que tenemos” los habitantes del lugar.

Un vecino de la zona oeste, del Movimiento Evita, sostuvo que “no podemos estar hablando que la solución para el agua sea una cuba. Tenemos que tener agua para abrir la canilla o tirar la cadena”.

También requirió para los barrios populares “un potrero, una biblioteca y talleres de formación”.

Mientras que en el cierre por parte de los vecinos, Ramón, de Carlos Casado, coincidió con “los mismos problemas”, acerca de la falta de agua.

De los ediles

El concejal Monteverde, dijo que la idea “es armar una agenda de prioridades” y mencionó que “la situación de la seguridad” merecía otra reunión como la de la fecha, para indicar la intención de trabajar “sobre los servicios básicos que deben estar garantizados”.

La concejala Irigoitia, destacó la tarea que se realiza desde la Secretaría de Integración Socio Urbana (Sisu), entre otros aspectos en agua, energía eléctrica o cloacas.

Marcó que hace dos semanas se firmó un convenio entre el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat de la provincia y la Sisu  “para dotar de agua a 8 polígonos –incluidos en el Renabap- en el barrio Toba, dado que es claramente una cuestión de orden público”.

Por parte también refirió a la inauguración del Centro Comunitario en el barrio Empalme, también en el marco de los trabajos financiados por la Sisu.

Destacó la existencia de “gran cantidad de recursos, pero falta la capacidad técnica” para la realización de los proyectos, por lo que planteó “el objetivo de presentar la mayor cantidad de proyectos”.

Consideró a su turno la concejala Gigliani que reuniones de éste tipo “tienen que repetirse porque hay más barrios que falta que tengan su voz”.

“Ahora hay plata, lo peor que nos puede pasar es que los proyectos no se concreten”, afirmó.

Recordó casos de barrios en las que las urbanizaciones estaban por concretarse, como en el barrio 27 de Febrero “y el Renabap sirvió de excusa para no hacer nada”.

Expresó su preocupación “porque haya uno o dos camiones desagotadores para toda la ciudad” en el ámbito municipal y fue absolutamente explícita: “Eso el Estado lo tiene que resolver, tiene que sacar la mierda de las casas”.

Como otro inconveniente planteó la falta de recursos técnicos para hacer proyectos.

La concejala Pellegrini mencionó “el derecho legal a la tierra” y recordó que en una de las reuniones anteriores participaron funcionarios judiciales, para mencionar la “voluntad política que no haya nadie con riesgo de desalojo”.

En tanto el jefe de la Oficina Municipal del Consumidor, Antonio Salinas, destacó el número de “una ciencia exacta, la estadística” que marca que el 97 por ciento de los barrios populares no tiene agua potable y expresó la coincidencia con lo expresado por los participantes de la reunión en dicha temática.

Hizo referencia a la ley provincial Nº 11.220, sobre agua potable y saneamiento, y dijo que la empresa  -Assa- “sólo está obligada en el área de servicio”, para recordar que la ley es de la etapa en que la empresa prestadora del servicio era privada, por lo que planteó que debe modificarse la normativa.

Dijo también que en el marco de un trabajo junto a la Universidad Nacional de Rosario, se comparó los 112 barrios populares con las zonas servidas por Assa y en 47 de ellos coincide, “por lo que sería muy fácil”, lograr el servicio, dado que recordó el Certificado de Vivienda Familiar, sirve como un título de propiedad o un contrato de alquiler.

Propuso finalmente el concejal Monteverde diagramar dos mesas de trabajo, con el área de Ambiente municipal, ante los reclamos por los basurales, a las que propusieron también las Áreas de Servicios Urbanos, respecto a los reclamos de zanjeo; y otra con la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y Aguas Santafesinas SA (Assa), siempre en el marco de las tareas encaradas desde la Aceleradora para la Urbanización de Barrios Populares.