LOS CAMINOS DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL O CUARTO REICH DESDE LA
ARGENTINA HACIA OTROS RINCONES DE AMERICA LATINA
Una presentación nazi de una historia oculta
Las historias de los nazis que llegaron en la Argentina y mucho más allá de nuestro territorio -parte del cono sur-, se mezcla entre la leyenda y la realidad pero lo interesante es que los fugados de la justicia por crímenes de lesa humanidad pudieron escabullirse entre los recovecos de América del Sur, en especial en nuestro país, como veremos no solamente fue la Patagonia la única gran protagonista de un peregrinar cuasi policial y de oscuros entretelones. Cuando uno empieza a analizar cómo fue que se infiltraron y quienes los protegían; saltan documentos olvidados en secretos lugares que el tiempo cubrió de polvo.
Una historia no contada para otros, veremos lugares como Santa Fe, Entre Ríos, Misiones,
Chaco, donde los alemanes en fuga encontraron a los protectores de los mismos y lo significativo fue durante los años ´40 durante el gobierno peronista donde sin duda hubo un acuerdo secreto para proteger a los nazis en fuga.
Antisemitismo y superioridad
La situación en toda la provincia presentaba focos de militancia y accionar fascista en diferentes localidades. Apenas comenzada la segunda guerra mundial, el poderío alemán en todos los frentes de batalla de Europa hacía caer las fronteras de los países y el Tercer
Reich incrementaba su poder en cada batalla. Esto fortalecía la idea de un Reich invencible y los militantes pronazis de Entre Ríos ya se mostraban sin tapujos.
En Crespo, una ciudad con un fuerte arraigo alemán, se suscitaron hechos en torno a una gran cantidad de entidades vinculadas directamente con Alemania. El Instituto Crespo, la
Sociedad Unión Germánica, la sociedad Teutonia, el Deutscher Turn Verein, y otros espacios como bibliotecas y sociedades, fueron vinculados al movimiento nazi, ya que, según los periódicos de la época, “en las paredes de las aulas se ven con profusión los retratos de Hitler y la cruz esvástica”, señala el diario Los Principios.
Sin embargo, el historiador de dicha localidad, Orlando Britos, destaca:”se han exagerado muchas de esas circunstancias, ya que el vínculo era con el gobierno de Alemania de entonces, y ni siquiera los propios alemanes sabían de los horrores que luego se hicieron públicos”. El antisemitismo se infiltraba en todos los ámbitos de la sociedad. En la ciudad de Victoria se organizó un campeonato de ajedrez que llevaba el nombre del campeón argentino de aquel momento Roberto Grau. Al enterarse Grau que los organizadores no habían dejado inscribir a dos participantes de origen judío, envió una carga exigiendo que, de confirmarse dicha versión retiraran su nombre y apellido de aquel torneo “por cuanto no estaba de acuerdo con que las entidades deportivas hagan distingo de razas”.
Las prohibiciones
General Galarza siguió generando actos y causando estupor en el resto de la provincia durante varios años. En los últimos meses de 1939 se organizó un nuevo encuentro pronazi que obligó al gobierno provincial a prohibirlo, de igual manera hubo prohibiciones de actos en Nogoyá y otras ciudades vecinas. Paralelamente, en diferentes localidades se organizaban actos de repudio a quienes apoyaban regímenes totalitarios, y muchas personalidades de la política, la vida social y la cultura, se agrupaban para hacer frente al creciente nacionalismo de ultraderecha de esos años.
El mayor de esos actos se organizó en el Teatro 3 de Febrero de la ciudad de Paraná. La
Unión Cívica Radical, partido gobernante que había ubicado a Enrique Mihura al frente de la Gobernación de Entre Ríos, organizó un gran acto que tuvo lugar el 29 de julio de 1941.
Pese a que hubo serios disturbios en el hall del teatro, con detenidos y varios hechos de violencia, el encuentro marcó una posición concreta en contra de los movimientos nazi-fascistas que proliferaban en la provincia.
En su libro, Busiello y Argachá remarcan que “el gobierno de Entre Ríos, dirigido por el
Dr. Enrique Mihura, decidió intensificar su acción contra los elementos que denominaba
antiargentinos, tomando rápidas medidas”. Se canceló el funcionamiento de muchas escuelas que contaban con financiamiento extranjero y donde se enseñaba religión y el idioma alemán.
De igual manera se cancelaron gran cantidad de actos y se multiplicaron las entidades y asociaciones que buscaban desterrar de este territorio aquellos movimientos de la extrema derecha entrerriana.
El avance de la guerra fue ganando su propio espacio y los movimientos fascistas fueron perdiendo fuerza. Pero los años siguientes, y aún después de finalizada la contienda en
1945, todavía reservarían mucho espacio para la influencia del nazismo en territorio argentino.