Cual tropel de sarracenos blandiendo sus cimitarras arremetieron, así, así… Como una tropilla de caballos salvajes.
Eran los virus. No con Federico Moura a la cabeza esta vez…. Con el corona haciendo punta… era un virus muy viejo… que ya tienen y tuvieron muchos, casi todos los animales… que ahora se transmitía a los humanos y se metamorfoseaba de tal forma según el lugar en el que fuere que siempre aparecía distinto pero en el fondo, en el fondo, era siempre el mismo virus…
Siempre hay virus… eso se sabe… De la polio, del sarampión, del herpes, de la varicela, de la gripe, etcétera y etcétera…. Siempre hay cepas que se reciclan y se renuevan y se tunean para arremeter otra vez, hasta el fondo, a ver si estragan o no estragan o a cuántos humanos estragan hasta que inventen alguna vacuna eficaz…
Convengamos…. Si perdemos unos cuantos humanos por el camino no nos vendría para nada mal…. Hacen estragos, inventan guerras, destruyen los animales y las plantas, roban y asesinan, se matan entre ellos y ni siquiera se comen, inventaron el capitalismo que es la plaga más pandémica de todas, y matan a mucha gente en el nombre de algún Dios.
También se matan con el tránsito, las plagas propias de la pobreza como la tuberculosis, el chagas, la lectopirosis, el cólera y la desnutrición, infantil o no…
Un humano más, un humano menos, no cambia demasiado la historia de este mundo… Eso sí, si son muchos los humanos fenecidos esto hace a la diferencia…
De todos modos y a lo largo de la historia de la humanidad hubo otras pandemias y la humanidad, como especie, sobrevivió…. Sin embargo, la misma humanidad fue destruyendo especies que no sobrevivieron, murieron, o fueron destruidas, justamente por sufrir la pandemia de la humanidad….
¿Aprenderán los humanos, alguna vez, en una de ésas, a pesar de todo, a compartir el planeta con los otros?
Sí, digo, con los otros que son los otros de las otras especies, los seres vegetales, los seres animales, los extraterrestres también, ponele, y además, entre otras cosas, los virus, las bacterias, los hongos y en fin, todo lo que viva y sobreviva en el planeta que no sea lo propio de la especie humana, a ver si en una de ésas pasa, como dice la peli, que nos gobiernan los simios, y bueno, en una de ésas se da, y ellos saben gobernar mejor que nosotros, porque sino, fijate en Trump que, a estas alturas, es más mono que un mono cualquiera, y tiene más de simio que cualquier simio, y entonces, fijate que el tipo, con ese perfil viene gobernando desde hace rato el país más poderoso del mundo, y encima, pretende candidatearse para otro período presidencial…. Y encima, capaz que lo votan y todo…
Acá pasó algo parecido, a pesar de todo el perfil simiesco el Mauricio perdió las presidenciales con el 40 % de los votos a su favor…. ¿Qué tal?? Es demasiado para un perdedor…. Da para candidatearse otra vez…¿O no? ¿O la Vidal ya se tornó demasiado indefendible, junto con la Carrió, la Bullrich y la Alonso??
Y Bolsonaro ya mató a miles de brasileños por ineptitud o por estupidez, vaya a saber… (¿O fue el Corona, che?)
Entre medio de tantas guerras, tantas matanzas, tantos genocidios, encubiertos o no, los humanos avanzan hacia su propia autodestrucción. Cada uno arrastra, como puede, su propia desventura del vivir. Cada uno lleva, como su propia cruz, el humano dolor de su difícil existencia. Cada uno sabe, desde siempre, que nacemos para morir y morimos para nacer. No hay otra vuelta.
La tecnología nos dio herramientas para sobrevivir al aislamiento y al encierro, mediatizó el encuentro entre los seres vivientes. Divulgó información falsa, creó enfermedades inexistentes, marginó abiertamente a la vejez, trastocó información preventiva, y, también, creó el movimiento anticuarentena que sostiene que no hay nada mejor que el capitalismo y que el sistema, a pesar de tantos muertos, tiene que seguirse sosteniendo.
¿Se sostendrá después de esto?
¿Respetaremos los humanos, otra vez, a los animales en tanto animales, a la tierra en tanto tierra, a las plantas en tanto tales?
Parece un chiste pero la mayor tala de árboles en el país se produjo durante la cuarentena impuesta por el Coronavirus, los incendios más grandes de todos los tiempos arrasaron el delta del Paraná, frente a Rosario, y ésos son truquitos que los capitalistas de siempre usan para aumentar sus riquezas, en plena pandemia, porque, tal cual como sostienen los anticuarentena, el sistema tiene que seguir funcionando…
Sana, sana, culito de rana, si no pasará hoy, pasará mañana, cantaban nuestras madres y abuelas… La pandemia pasará… vendrán otras pandemias… Morirá mucha gente…. Más muere en la guerra, en el tránsito, en la quieta paz del hogar (¿o no?)
Espiritualmente, ¿sanaremos? Yo todavía no entiendo cómo hay gente que vive en la calle cuando hay gente que tiene mansiones, palacios y toneladas de riquezas. El humano otro es un semejante, es un alter ego, otro-igual-a-uno-mismo, no es un disímil, un nadie, un inexistente. Es otro. Nada más.
¿Sanaremos? ¿Dejará el capitalismo de aniquilar la flora y la fauna para pasar a preservar el planeta, ya que sigue siendo, al menos hasta ahora, nuestro único lugar en el mundo, al menos, en este mundo?
Esta pandemia abre preguntas sin respuestas… El pulmón de la Amazonia está siendo aniquilado y, con ello, nuestros pulmones. No es casual que la muerte por Covid sea por falta de oxígeno. El día en que los humanos dejemos de respirar nos daremos cuenta de que ya es muy tarde para salvar los árboles….
Alondra de la paz