Coordinador General del «Taller de Comunicación Ambiental» (Rosario).- (Especial para El Vecino).-

Nuevamente este año 2019 estuvimos en el sur de nuestro país, en la provincia de Chubut, más precisamente la bella Puerto Madryn que nos acogió nuevamente como desde hace 35 años.

En realidad en la visita estival de este año se cumplieron los 35 años de nuestro primer viaje…Fue en el ya lejano febrero de 1984 que de mochilero llegaba por primera vez a la patagonia. Luego de visitar la ahora muy conocida localidad de Las Grutas, en la provincia de Río Negro, recalábamos en la ciudad madrynense, ahí a la vera del Golfo Nuevo. Nuestro corazón se uniría para siempre a esa zona en sucesivos viajes que hicimos en diferentes épocas del año…Solo en un puñado de meses de los doce que tiene el año no hemos viajado, pero siempre y en diferentes épocas, otoñal, invernal, primaveral, o de verano, nos hemos llegado a esa ciudad y a ese paraíso natural que es la Península de Valdés…ese accidente costero que fue declarado en su momento Patrimonio de la Humanidad…
En estos 35 años muchas veces fuimos a admirar la llegada a sus costas de la Ballena Franca Austral. Nuestras historias son múltiples allí y muchas de ellas la hemos narrado aquí en nuestra querida revista El Vecino…En las notas «El Rey de las Ballenas» primera y segunda parte que escribimos este año encontrarán muchos de esos relatos. En este año 2019 con dos de mis hijos, Marianela y Pedro, fuimos en verano…En esa época las ballenas no están ya que están alimentándose en las aguas frías próximas a el continente blanco…
Y además en este año cumple 30 años de trabajo serio, comprometido e ininterrumpido la Fundación Patagonia Natural…querida ONG de la cual mucho hemos aprendido…FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDA Y AMIGA ORGANIZACIÓN..

PROYECTO: «EL RETORNO DEL CÓNDOR AL MAR”…
FELICITACIONES A LA «FUNDACIÓN PATAGONIA NATURAL» DE LA CIUDAD DE PUERTO MADRYN POR LOS 30 AÑOS DE TRABAJO ININTERRUMPIDO QUE SE CUMPLEN EN ESTE AÑO 2019…

NOTICIA COMPARTIDA DE ADNSUR
Este mes de septiembre liberarán seis cóndores en la costa atlántica…
Es parte de un proyecto de reinserción de esta especie en la zona costera. La bandada ya se encuentra conviviendo en recintos de liberación.
Se trata de un trabajo en conjunto de distintas instituciones provinciales, nacionales e internacionales, que desde diciembre de 2003, han logrado reintroducir 51 ejemplares de la especie en su antigua área de distribución. Seis ejemplares nuevos permanecerán en recintos de liberación, antes de la suelta que está programada para el 6 de septiembre de 2019.
El Gobierno del Chubut, a través de la Dirección de Fauna y Flora Silvestre dependiente del Ministerio de la Producción, informó que se completó la bandada del proyecto de conservación “El Retorno del Cóndor al Mar”, en el que seis ejemplares de Cóndor Andino (Vulturgryphus), permanecerán en recintos de liberación durante dos meses, fortaleciendo sus lazos sociales y familiarizándose con su nuevo hogar, antes de la suelta definitiva en la Costa Atlántica.

Liberación de Cóndores en la Costa Atlántica

El día 11 de Julio, tres ejemplares de Cóndor Andino fueron derivados a la Base de Campo en Sierra Paileman, Departamento Valcheta, Provincia de Río Negro, para ser incluidos en la próxima liberación de cóndores en la Costa Atlántica patagónica.

Los padrinos del proyecto, Aerolíneas Argentinas, hicieron posible el traslado aéreo a la ciudad de Trelew, donde personal de la Dirección de Fauna y Flora del Chubut, asistentes de campo del Ecoparque Bs. As., Fundación BioAndina, y miembros de la Fundación Patagonia Natural los recibieron, para transportarlos por vía terrestre hasta la Sierra Paileman. La comunidad de Trelew y Sierra Grande honraron el paso de las aves por su ciudad.

Los cóndores (Karut, Ñorquinquera y Takiyiwe), junto con otros tres ejemplares, durante dos meses, permanecerán en recintos de liberación, fortaleciendo sus lazos sociales y familiarizándose con su nuevo hogar, antes de la suelta que está programada para el 6 de septiembre de 2019.

Trabajo en red

Este esfuerzo de conservación solo es posible gracias al trabajo en red de varias instituciones, nacionales e internacionales, que articulan el retorno de estas aves a la costa atlántica. Las instituciones son: Organización Ecoparque Bs As y Fundación BioAndina Argentina, con la colaboración de Aerolíneas Argentinas, Parque Faunístico y Ecológico Yastay de La Rioja, Secretaría de Ambiente La Rioja, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable San Juan, Parque Faunístico San Juan, Bioparque Temaikén, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable Río Negro, Dirección de Fauna y Flora Silvestre Chubut, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable Nación, Fundación Patagonia Natural y la Fundación Bioparc, Association Beauval Nature Pour la Conservation et la Recherche, Asociación Beauval Nature, AFdPZ y Grand Parc du Puy du Fou de Francia.

“El retorno del Cóndor al Mar”
A mediados del siglo XIX, naturalistas como Charles Darwin, Enrique Hudson y Perito Moreno, avistaban Cóndores en la costa Atlántica Patagónica, incluso tan al norte como la desembocadura del Río Negro. Esta imagen, que supo cautivar a los antiguos naturalistas, se había perdido con la extinción local de la especie durante más de 100 años.

A partir de diciembre de 2003, gracias a un esfuerzo internacional de conservación denominado “El Retorno del Cóndor al Mar”, fue posible reintroducir la especie en su antigua área de distribución. Desde entonces, 51 ejemplares han sido liberados y, gracias a intensos trabajos de campo y sofisticados sistemas de seguimiento satelital, sabemos que están ganando día a día mayor experiencia de vuelo, llegando a recorrer distancias mayores a 600 km desde su lugar de suelta, sobrevolando las provincias de Río Negro, Chubut, Neuquén, incluso cruzando los ‘limites con Chile, evidenciando con sus vuelos los lugares clave para la conservación de estas fabulosas aves.

Su adaptación al entornoes altamente exitosa. En noviembre de 2009, fueron descubiertos los primeros nidos y, desde entonces, ya son 10 los pichones nacidos en vida silvestre. A través de refugios camuflados, se pudo ser testigos de la crianza por parte de sus padres, seguir sus vuelos uniendo la cordillera con el mar y ver cómo van madurando.

La nueva bandada

Los cóndores que conforman la bandada del Capítulo XVI del Retorno del Cóndor al Mar son: SUYAN, PAQARINA, AMANCAY, KARUT, ÑORQUINQUERA y TAKIYIWE.

INFORMACIONES SOBRE BALLENAS. GRACIAS «INSTITUTO DE CONSERVACIÓN DE BALLENAS (ICB)…

40 ORGANIZACIONES SOLICITAN QUE AMÉRICA LATINA EXPRESE A JAPÓN SU RECHAZO FRENTE A LA REANUDACIÓN DE LA CAZA COMERCIAL DE BALLENAS…

Coincidiendo con el 37 aniversario de la aprobación de la moratoria a la caza comercial de ballenas, desde el Instituto de Conservación de Ballenas reiteramos la solicitud realizada por 40 organizaciones latinoamericanas y del Caribe a los países de la región para que expresen a Japón su rechazo frente a la reanudación de la caza comercial de ballenas.

La primer victima de la cacería “pirata” de Japón cuando fue desembarcada en el Puerto de Kushiro. Esta es la primera ballena minke de 227 que este país cazará durante el 2019, desafiando la prohibición existente a nivel mundial.

Japón el nuevo pirata del mar

El 23 de julio de 1982, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) aprobó una prohibición internacional a la caza comercial de ballenas, reconocida como “la moratoria”. Gracias a su adopción varias especies de ballenas se salvaron de la extinción y algunas poblaciones pudieron recuperarse. Se estima que 2.9 millones de ballenas fueron cazadas durante el Siglo XX.

Hoy a más de tres décadas de la aprobación de la moratoria, Japón ha pasado a ser un pirata del mar al retirarse de la CBI en vez de respetar las decisiones tomadas por este foro internacional de avanzar hacia la conservación y uso no letal de las ballenas.

Tras hacerse efectiva su salida de la CBI, el 1 de julio de 2019, Japón abandonó sus programas de cacería científica que tan vehemente defendió e inició la caza con fines comerciales en sus aguas territoriales.

Esto deja en evidencia, que las más de 15.000 ballenas cazadas bajo fines científicos desde la implementación de la moratoria encubrieron sus fines comerciales, tal cual lo había dictaminado la Corte Internacional de Justicia en el 2014.

Los precios de las subastas de la carne proveniente de las primeras dos ballenas capturadas alcanzaron los 15.000 yenes (140 dólares) por kilo. En 2017, se consumieron menos de 3.000 toneladas, el equivalente a dos cucharadas de carne de ballena per cápita al año.

Un atropello a la moratoria

La reanudación de la caza comercial, fuera del ámbito de la CBI es una clara violación de la moratoria establecida por este foro internacional, inclusive si la caza se realiza en sus aguas territoriales y Zona económica exclusiva.

Por este motivo, el pasado 1 de julio, 40 organizaciones civiles de 12 países de América Latina y el Caribe e internacionales dedicadas a la investigación y conservación de biodiversidad marina, solicitaron a los representantes de los gobiernos que integran el Grupo Buenos Aires una acción conjunta en rechazo a la reanudación de las operaciones balleneras de carácter comercial fuera del ámbito de la CBI.

El Grupo Buenos Aires, que está conformado por los países conservacionistas miembros de la CBI, a lo largo de las últimas dos décadas se ha posicionado como el bloque que ejerció la mayor defensa del uso no letal y no extractivo de las ballenas en este foro internacional.

Su pronunciamiento es clave para ejercer la defensa de la moratoria y ratificar lo acordado en la Declaración de Florianópolis, que fuera aprobada en la última reunión plenaria de la CBI en el 2018.

En la nota, las organizaciones expresaron que:

“El accionar de Japón es una peligrosa señal de menosprecio al estado de derecho internacional, toda vez que la moratoria se aplica a las aguas nacionales e internacionales y agregan que volver a la caza comercial es una gran amenaza para la conservación de poblaciones y especies de cetáceos, así como socava peligrosamente el estado de derecho internacional en materia de manejo y conservación de la biodiversidad marina”.

Japón finalmente decidió abandonar este foro internacional tras la gran derrota sufrida en la última Asamblea plenaria de la CBI, al no poder lograr aprobar su propuesta, para levantar la moratoria a través de la asignación de una cuota para cazar ballenas en sus costas.
Un silencio preocupante
El silencio tanto del Grupo Buenos Aires como de otros países conservacionistas de la CBI , motivó que el Instituto de Conservación de Ballenas, Centro Conservación Cetácea y la Fundación Promar, organizaciones que lideraron el envío de la nota suscrita por las 40 organizaciones, reiteren la solicitud a los representantes del Grupo Buenos Aires para que expresen en forma urgente su rechazo al gobierno de Japón en nombre de la ciudadanía.
Roxana Schteinbarg coordinadora del área de incidencia del Instituto de Conservación de Ballenas afirma que:

“Si bien, el retiro de Japón de la CBI ha liberado las aguas del hemisferio sur de las operaciones balleneras y el Santuario del Océano Austral será respetado, sigue siendo necesario y urgente que nuestros representantes defiendan la moratoria no solo por el futuro de las ballenas y los océanos sino también por el respeto al derecho internacional, dado que con su accionar también viola varias convenciones internacionales, entre ellas la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR)»

Desde el ICB esperamos que los gobiernos de América Latina y el Caribe, atendiendo a nuestra solicitud se pronuncien prontamente en rechazo al accionar de Japón, que como se ha expresado en la nota conjunta, tiene grave implicaciones políticas globales para el manejo y la conservación de especies y poblaciones de cetáceos que aún no se recuperan de los impactos generados por la caza comercial.

La caza de ballenas en el siglo XXI debería ser historia del pasado, miles de ballenas y otros cetáceos mueren a consecuencia de las actividades humanas. Mantener las ballenas vivas es nuestra obligación no solo para darle una oportunidad de recuperarse, sino también por la salud de los ecosistemas marinos. La caza es por todo esto una actividad extractiva que no sólo afecta a las especies objetivo sino también a la ecología oceánica de todo el planeta.

TALLER DE COMUNICACIÓN AMBIENTAL

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