¡Bajen las armas

                                                 Que aquí  sólo hay pibes comiendo!

León Gieco, “El Ángel de la Bicicleta”

El  “Ángel de la Bicicleta” fue un tema musical dedicado por León Gieco a la memoria del activista social Claudio Pocho Lepratti, asesinado el 19 de diciembre de 2001 en la ciudad de Rosario, en barrio Ludueña,  por las fuerzas de seguridad, en plena revuelta popular debido a la crisis socioeconómica del momento. “Bajen las armas que aquí solo hay pibes comiendo”, según testigos, fueron las últimas palabras del Pocho antes de caer…

En este país las balas perdidas tienen muy buena puntería, en esta ciudad, tienen mucho más…

Benjamín, de 8 años recibió un impacto de bala en la cabeza mientras estaba practicando antes de entrar a jugar un partido de fútbol con un equipo local en la canchita de fútbol Paulo VI de Garzón y Boulevard Seguí. El niño se desmayó de repente y nadie supo qué pasaba hasta que en el Hospital de Niños le encontraron la bala en la cabeza… Luego de varias cirugías y un tiempo en coma el niño despertó fue dado de alta y se está recuperando favorablemente en su casa con su familia. Final feliz. Al menos todavía.

El acontecimiento de estos últimos días da la pauta de la cantidad de balas perdidas (la que le dio a Benjamín,  que jugaba como visitante contra un equipo local, nadie supo de dónde venía) que andan circulando por algunos barrios de la ciudad, muchas veces por el centro o muy cerca… Yo vivo en Pichincha y por la zona los ánimos están caldeados… El otro día asesinaron a uno a la vuelta de mi casa, en un horario en el que siempre hay mucho tránsito y los chicos van a la escuela… El tipo andaba en merca y era un tipo de la noche, decían, pero bueno, los que paseamos el perro a esa hora por el barrio no tenemos la culpa… Hicieron la de siempre, pasaron dos en moto y lo balearon bastante mal cuando estaba entrando al edificio en donde vivía…

La gran Chicago argentina despliega sus alas y muchas veces pagan con sus vidas los  inocentes.  La bala perdida que le dio a Benjamín puso sobre la mesa las condiciones en que vivimos los rosarinos, en esta ciudad tan bella, tan turística, tan acogedora y hospitalaria pero en muchos aspectos y sentidos mucho más que violenta… Acabo de escuchar que Benjamín tuvo que reingresar al Hospital de Niños por un pico de fiebre…Nada grave, sostienen los médicos…

En lo que va del 2019,el Hospital de Niños Víctor J. Vilela atendió a 17 chicos heridos graves por balas perdidas. En 2018 hubo 19 casos. En 2017 hubo 23 niños baleados.

El periodista Lucas Ameriso aseguró en el programa de Bigote Acosta que cada vez son más los niños asesinados por balas perdidas en la ciudad de Rosario.

El 23 de noviembre de 2018 Pablo Silva de 14 años fue asesinado por una bala perdida en el Barrio Itatí. El 5 de abril de este año fue asesinada en el acto una adolescente de 14 años que quedó en el medio de una balacera que hirió gravemente a Celeste de 13 años y a Kevin de 14 años. Estaban en Villa Banana, en la vereda.

La convivencia que hacemos a diario con la violencia en la ciudad no es para nada sutil. El narcomenudeo se ha expandido en forma estrepitosa a lo largo y a lo ancho de las calles de la ciudad y siempre hay alguien que le tiene que cobrar algo a alguien, no importa si en el camino mueren inocentes… Las disputas por el territorio comercial entre los que venden la merca ya está en todas las cuadras y a cualquier hora. Es más, muchas balaceras no son para cobrar determinadas cuestiones sino para amedrentar y atemorizar a la población, propiamente…

Fue emblemático y recorrió todo el país la balacera de la que fue víctima la Iglesia María Reina de Méjico, en barrio Larrea, calle Méjico al 1100. Entre la Iglesia y la escuela de enfrente tiraron más de 20 tiros en la madrugada de setiembre de 2018. Unos días antes el párroco de esta Iglesia, Juan Pablo Núñez había denunciado la existencia de un búnker de drogas en la zona. Pidieron custodia policial y de gendarmería, tanto para la iglesia como para la escuela, la cual fue retirada en marzo de este año. El curaexpresó “la situación se agravó mucho más. La calle es tierra de ellos” (…)“Lo de la iglesia quedó como una balacera más, en el barrio todos los días hay una balacera”.

Ya trató el tema de la violencia entre narcos y curas barriales la película “Elefante Blanco”, interpretada por Ricardo Darín. Dicha película, dirigida por Pablo Trapero y estrenada en el 2012 se basa en la vida del cura tercermundista Carlos Mugica, asesinado por la triple A (Alianza Anticomunista Argentina), el 11 de mayo de 1974. Mugica, que adhirió al movimiento de los sacerdotes del Tercer Mundo y a la Teología de la Liberación, dedicó su vida al trabajo entre los más pobres y necesitados en la Villa 31 de Retiro.

Si bien la película deja translucir una especie de bala perdida en un enfrentamiento entre narcos, y está aggiornada a los tiempos en que fue filmada, el asesinato de Mugica fue ordenada desde las instancias supremas del poder de la época (1974), que querían suprimir los movimientos de izquierda en todas las instancias (escolar, eclesiástica, barrial, industrial, universitaria, etc.) Su muerte fue similar a la de Monseñor Angelelli, obispo de la provincia de la Rioja, asesinado el 4 de agosto de 1976 cuando volvía de dar una misa en memoria de dos curas  también tercermundistas secuestrados, torturados y asesinados por la dictadura, los padres Murias y Longville. En julio de 2014 se declaró responsable mediato de la muerte de Angelelli al por entonces Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.

Monseñor Enrique Angelelli fue beatificado por el Vaticano, Papa Francisco mediante, en marzo de este año, los curas Murias y Longville también. Existe la expectativa sobre una posible beatificación del padre Mugica, algo que se está tramitando en este momento. La prédica de Angelelli, “Con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”  continuó en muchos curas que lo sucedieron…

A propósito son emblemáticas las palabras que el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cagnello dirigió al Presidente de la República con motivo de la celebración de la Virgen de los Milagros en la capital salteña el pasado 15 de setiembre: “Cuando usted empezó dijo que iba a luchar por la pobreza cero, ¿qué le puede decir a Salta ahora?”; “Por eso Mauricio, has hablado de la pobreza, llévate el rostro de la pobreza. Los pobres son dignos, son argentinos, son respetuosos y merecen que nos pongamos de rodillas ante ellos”. “Los mineros son gente humilde, que trabaja horas y horas en situaciones de inclemencia total para dar riqueza a la república”; “Los pobres no son una molestia sino que son una oportunidad para que el país crezca. Los pobres son maestros que nos enseñan”

Si bien cambiaron las épocas entre los ’70, los ’90 y el casi 2020 por el que transitamos, el trabajo de los curas barriales en los barrios más carenciados sigue siendo crucial al momento de entender y comprender ciertas instancias de la violencia narcopolicial que padecen amplios sectores de la población, leánse varones jóvenes y adolescentes, sobre todo, al que, últimamente, se han agregado, también, gran número de mujeres adolescentes y jóvenes.

Son los que consumen, transportan y venden mercadería… Muchos son asesinados por no querer entrar, ni en el consumo, ni en la venta…. Muchos por denunciar…muchos por vender en territorio ajeno… Entre los años ’70 y los actuales no sólo empeoró las condiciones de vida de las poblaciones más carenciadas, sino que aumentó en forma geométrica el consumo, ya la cocaína se engorda con cualquier cosa y se vende y compra en cualquier parte y a ello se agregó el consumo del paco (descarte de la cocaína) y el consumo de ácidos y pastillas caseras fabricadas con andá a saber qué cosa, amén del consumo de heroína que viene “in crescendo”…

Tanto los curas barriales como los militantes sociales aparecen como enemigos públicos frente a determinadas encrucijadas de connivencia  narcopolicial porque no sólo quieren acabar con el narcomenudeo y el consumo en la zona sino porque además (y encima) pretenden que los jóvenes tengan un proyecto de vida propio, singular y único que les permita crecer como personas y como seres humanos, existiendo a través del ser y no del tener. Nos hicieron creer que el comunismo era un monstruo y ahora que reina el ultracapitalismo resulta que el monstruo es esto que nos dijeron que era la libertad.

Tanto el triple crimen de Villa Moreno, donde perdieron la vida tres jóvenes militantes sociales barriales en una balacera de más de 40 detonaciones en las que había una ametralladora y una 9 mm. (era un vuelto que no era para ellos) ocurrido el1° de enero del 2012 a las 4 de la madrugada, como la muerte de Pocho Lepratti, asesinado en el 2001 a escopetazos por la policía de la provincia, evidencia el desamparo con el que conviven los que trabajan en los barrios más humildes…  La existencia de bandas armadas disputando el territorio, con armas de grueso calibre de tipo militar (no olvidemos que robaron varias veces la fábrica de armas de Fray Luis Beltrán) con la que conviven a diario muchas familias, porque no les queda otra, da cuenta de que en ámbitos en donde el único negocio parece ser la merca la militancia social aparece como un peligro a exterminar…. Vengan los tiros desde donde vengan…

marianamiranda66@gmail.com